top of page

Domingo 19 de noviembre de 2023

Joel Soler

Actualizado: 20 nov 2023


Capítulo 264

Una reunión horrible

“Esta predicción ya sonaba mal cuando la vi por primera vez. Conforme han ido pasando los días, peor color iba tomando. Con toda la información actual,

me hago una idea muy peligrosa de lo que es… Y no me gusta nada.”



Al salir del trabajo, al mediodía, un hombre se detiene frente a mí.

—Izan Robles, ¿me puedes acompañar?

Lo miro a la cara. Me suena un poco.

—¿Quién eres? —pregunto. Me sorprende lo tranquilo que lo he preguntado.

—Tienes que asistir a tu reunión horrible de hoy.

No me jodas… Otro más. Yo creo que, a la altura de febrero, tendré que preocuparme más de quién no sabe lo del calendario, que de quién sí lo sabe. Tardaré menos, eso seguro.

Miro de nuevo al hombre y ya sé de qué me suena. Cuando Frank sacó todos esos documentos con su investigación sobre el grupo de Víctor Abad, había tres o cuatro perfiles. La cara de este tipo salía en uno de ellos. No lo leí bien, pero su nombre empezaba por “Ma”.

—¿Manuel? —pregunto en voz alta. Por su expresión, parece que lo he clavado.

—No esperaba menos —dice Manuel—. Y yo que pensaba que el jefe se había vuelto loco…

—Pues ya ves que no… —digo, sin tener ni puta idea de lo que me está hablando.

Accedo a acompañarlo en coche, porque cualquiera le dice que no a Manuel, el hombre trajeado con pinta de asesino profesional.

Llegamos a un polígono industrial. La sensación de que me matarán, más pronto que tarde, está recorriendo cada partícula de mi cuerpo.

Me recuerda a cuando los VDLS me trajeron a un sitio así, solo que, en ese entonces, sospechaba incluso de las personas más amigables, y ahora creo que tengo motivos para sospechar de verdad.

No me ha dado tiempo a asimilar nada de esto. Hace unos minutos estaba saliendo del trabajo y no tenía previsto pasar la siguiente hora en un polígono mafioso…

Llegamos a la parte trasera de un taller. El mecánico me mira con cara de “madre mía lo que han traído hoy…”, y sigue a lo suyo.

Al entrar en el almacén, me espera una persona que, bueno, sí, le veo el parecido con Lucas Abad.

—Víctor Abad… —digo.

—Tú lo has dicho. Por fin nos conocemos, Izan Robles.

Me acerco poco a poco. Como nadie habla, lo hago yo, para rellenar el silencio.

—Pues… Tú dirás.

Joder. Suena a que me estoy burlando de él. Me matará.

Víctor me mira con una sonrisa tranquila, examinando todo de mí. Creo que nunca me habían juzgado tanto con una mirada.

Cuando ya se queda satisfecho, aspira con la nariz mientras se pone un poco más cómodo, en posición de iniciar un diálogo.

—Qué sorprendente esto del calendario, ¿verdad?

—Sí… Tanto como que se entere ya todo el planeta.

—¿Lo sabe mucha gente?

—¿Eh? Ah, no, bueno… —mejor no me pongo a decir nombres ahora, porque podría convertirse en una lista negra de futuras víctimas. ¿Para qué quiere saber si lo sabe mucha gente? Joder… ¿Cada cosa que diga sonará a muerte, o qué?

—¿No te interesa saber cómo me he enterado? —dice, sonriendo.

—Bueno… Siempre es bueno saber cómo se filtran mis cosas, sí…

Se vuelve a callar para mirarme con detenimiento. Tiene una sonrisa segura y tranquila. Da muchísimo miedo.

—Llevaba un tiempo buscando algo para separarme de Salvador Santalla. Lo del calendario no pinta mal, como herramienta, ¿no crees? ¡Ah! Oye… Mis fuentes me dicen que tú odias a Salvador, ¿verdad?

—Odio a Salvador Santalla con toda mi alma —digo, y me sale demasiado sincera esa respuesta. Tanto, que no me ha dado tiempo a sopesar si era buena idea hablar de esta manera del viejo junto con sus amigos mafiosos. Ojalá sea verdad lo que dice Víctor de que se quiere separar de él, porque, si no, estoy jodido.

—Aplaudo tu honestidad, Izan… No sé si te pillo el punto. Parece que estás muy asustado, pero, al mismo tiempo, dices con una seguridad inusitada que odias con toda tu alma al hombre más peligroso de la ciudad. ¿Cómo es eso?

—Porque cuando me asusto no tengo filtro… —digo—. Y porque mi odio hacia ese hombre es tan alto, que siempre admitiré eso, sea cual sea la situación.

—Vaya… No me esperaba esa respuesta. Se ha erizado un poco el bello de mi brazo, no te voy a mentir —se levanta y me muestra el brazo—. Te puedo asegurar que he intentado imaginarme muchas formas en las que me contestarías. Me gusta prepararme las reuniones, ¿me sigues? Las reuniones horribles, como dices tú. Pero… Guau. Esa respuesta sí que no me la esperaba.

—Ah… Pues gracias.

—Por eso ahora me jode tener que decirte que no te confíes tanto conmigo. Me has caído bien, y eso me da rabia, porque necesito que te quede claro que no somos amigos, y que te puedo matar en cualquier momento.

—Ah… Pues retiro las gracias.

No sé por qué, pensaba que se reiría con eso último. Al ver que no, me siento la persona más temeraria y estúpida del planeta.

—Mi contacto me ha dicho que, pase lo que pase, no puedo ir en contra de lo que pone en el calendario. ¿Qué es? ¿Un calendario mágico? ¿Todos tenemos que obedecer sus leyes? O sea, si el calendario pone que tú vives todo el mes de noviembre… ¿Yo no te puedo matar? Es todo un privilegio, ¿no? La gente no es consciente de que vivir es un privilegio, pero lo tuyo es pasarse. Porque, a ver, en primer lugar… ¿Por qué tienes tanto miedo si sabes que vas a sobrevivir?

—Es… Es complicado de explicar. Aunque sepa que ocurrirán ciertas cosas, hay otras que escapan a mi control. A veces, por confiarme, he perdido cosas muy importantes por el camino…

—¿Cuánto tiempo llevas con estos calendarios predictivos?

—Desde marzo.

—¡Marzo! Increíble. Llevas tiempo ya, ¿eh? A mí solo me han mostrado el calendario de noviembre. Por cierto, no me gustaría enterarme que la predicción de mañana hace referencia a mí.

—¿La de mañana…?

—Sí. La de que quieres… ¡No! ¡Necesitas! Que ese miserable no exista. ¿Quién es?

—No tengo ni idea. Confirmo las predicciones conforme se cumplen. Me adapto a ellas.

—Ah, ya veo… Prefiero no entrar en esos tecnicismos, por ahora. El caso es que me gustaría usar tu calendario para joder a Salvador. Mi contacto me ha dicho que tú sabrías cómo hacerlo.

—¿Qué…? No sé si sabría hacer eso. Para empezar, ¿quién es tu contacto?

—Izan, no pierdas de vista cuál es la pregunta importante aquí: ¿Salvador Santalla tiene que morir, o no?

—Pues sí. Tiene que morir.

—Me encanta. Estás asustado todo el rato, pero, cuando te hago sacar tu odio por Salvador… Guau. El contraste es precioso. No soporto que me caigas bien. No tienes consideración. ¿Cómo se te ocurre decir esas cosas?

—¿Qué puedo hacer yo contra Salvador…?

—Así me gusta. Veo que te has sabido adaptar bien a la situación. ¿Qué puedes hacer? Pues no lo sé. Tú eres el que tiene el calendario, y ahora puede disponer de nosotros también. Usa tus poderes y nuestros recursos. La clave de todo esto es que Salvador no sabe nada de nuestra pequeña alianza… Y eso es lo que usaremos a nuestro favor.

—No lo sé… Me da la sensación de que yo no debería estar aquí…

—No quieres que le pase nada al novio de Dana o a los padres de Frank, ¿verdad?

Hijo de puta… Estaba claro que había sido él, pero me ha jodido mucho escuchar esto.

Víctor extiende las dos manos con las palmas hacia arriba, como imitando a una balanza.

—Por un lado, la vida de Salvador Santalla. Por el otro, los padres de Frank y el novio de Dana. ¿Quién tiene que caer?

—¿Me das algo de tiempo? Para usar el calendario, necesito confirmar un montón de cosas primero. Hay ciertas reglas…

—Dime una. Necesito saber que no me estás poniendo excusas baratas. Dime una rápido, que no te dé tiempo a inventártela.

—¿Una? Bueno, pues… A ver. Dices que tú solo has visto el calendario de noviembre, ¿verdad?

—Así es.

—Se necesita información de los calendarios de diciembre, enero y febrero para poder tomar ciertas decisiones.

—¿Qué quieres decir? Me han dicho que a ti te llegan mes a mes. Tú no sabes la información de los siguientes.

—Y así es. Pero, escucha. Los calendarios llegan hasta febrero. Yo no tengo acceso tampoco a los siguientes, pero… Sí tengo algunos hilos de los que tirar para que se me confirmen algunas cosas muy específicas de esas tres hojas que todavía no he visto. Y hay una información que es crucial en todo esto: ¿Salvador Santalla aparecerá en las predicciones de esos meses? Si la respuesta es no, entonces hay vía libre para matarlo, y solo tendríamos que elegir qué predicción de noviembre nos da más ventajas, y formar un plan alrededor de esa frase. Si, por el contrario, Salvador sí que aparece en futuros meses… No lo podremos matar. Estaremos limitados a hacer cosas que encajen con esas predicciones futuras.

—Si aparece más adelante, ¿es intocable?

—Si se da el caso, tenemos dos opciones. La primera es esperar a que llegue esa fecha, y atacar después de eso. La segunda es hacer algo que se ajuste a la frase. Si, por ejemplo, la predicción indicase que el siete de enero, Salvador me amenaza por teléfono, no habría ningún problema en secuestrarlo, darle un teléfono el día siete de enero para que me llame, decirle que todo fue culpa mía, para asegurarnos de que me amenaza… Y, como ya no volvería a salir, entonces sí, lo matamos.

No me puedo creer que haya pensado en eso tan rápido. Es alucinante. Lo que hace pensar todos los días en la muerte de esa persona…

—Vale. Me has convencido. Haz lo que tengas que hacer.

Me hace una señal para que me levante. Yo lo hago y me extiende su mano para darnos un apretón.

Sin embargo, tal y como me ha avisado… No, no podemos ser amigos.

—Oye, Izan… Ya que estamos… ¿Sabes algo del topo que está en contacto con Frank?

—¿Qué…?

Se ha vuelto todo mucho más horrible de lo que ya era. Para hablar de la muerte de Salvador, lo que quieras, pero ahora quiere que delate a Frank…

—No te hagas el tonto. Me aseguré de que Dana os informaba de eso.

—Sí, lo hizo… Pero Frank dijo que no tenía ni idea de lo que hablaba. Yo le pregunté una única vez, y me dijo que no existía ningún topo.

—¿Me estás mintiendo?

Me siento igual que aquella vez que me desmayé delante de Eric…

—¡No! A lo mejor Frank me mintió… —¿qué coño digo? — ¡Pero no creo! Yo creo que ha habido un malentendido. En serio…

Me vuelve a examinar. Está escrutando cada parte de mi alma con la mirada más juzgadora que he visto en mi vida.

—Bueno. Por ahora…Centrémonos en lo de Salvador. El domingo vendré a recogerte otra vez, así que no hagas planes.

—Entendido. Tendré la tarea hecha… —digo. Vaya mierda de frase para hablar con un mafioso… Ni que fuera mi profesor o algo.

—La predicción del domingo que viene son unos puntos suspensivos. ¿Qué crees que significan, Izan?

—Es verdad… —intento pensar en ello, pero es que no tengo ni idea—. Pueden ser muchas cosas. Ese tipo de predicciones abstractas siempre me dan dolores de cabeza…

—Bueno. Tú enfócate en lo que te tienes que enfocar. Hasta el domingo que viene.

Le hace una señal a Manuel para que me acompañe. Él ha escuchado toda la conversación, así que también sabe que tengo un calendario mágico. Ya son muchas personas para poner en la lista.

Manuel me lleva al mismo lugar en el que nos hemos conocido. Antes de irse, me dedica las palabras propias de un fan.

—Que sepas que me has impresionado con tus poderes. Suerte con lo tuyo.

Y se va.

Esto es surrealista…

Lo primero que hago al llegar a casa es escribirle un mensaje a Nora para que me diga cuál es la última predicción en la que aparece Salvador Santalla en el calendario. Le he dejado claro que es muy, muy importante. Espero que no se ponga a jugar conmigo. No lo creo, teniendo en cuenta que la persona nombrada es su abuelo...

Tras enviar el mensaje, le cuento a Frank cómo ha ido. Está asustado por enviarme a lugares así a los que preferiría ir él, pero no nos queda otra. Pensamos en formas de utilizar el calendario contra Salvador Santalla. Tenemos menos de una semana para resolver esto...

Ha sido una reunión horrible, sin ninguna duda, pero… También me ha dado un poco de esperanza. Puede que todo salga mal, y puede que sea una muy mala idea confiarme frente a un asesino como Víctor Abad, pero…

Tengo esperanzas de que esto sea un paso de gigante para conseguir lo que tengo que conseguir: matar a Salvador Santalla.







27 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Epílogo y texto final

Epílogo: Más allá del calendario Este es el final de la historia. La historia que Izan ha vivido durante todo un año. La historia de doce...

Jueves 29 de febrero de 2024

Capítulo 366 Todos miramos a Oliver. Su frase se ha quedado a medias. —¿Oliver…? —pregunta Anna. —¿Qué? —pregunta él, con una expresión...

Miércoles 28 de febrero de 2024

Capítulo 365 A (Parte 1) CDLS al completo en el templo “Eso no ocurrirá. Y ya no importa de quién sea la otra letra. Acabaremos hoy, pase...

Comments


bottom of page