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Ficha de personaje #47: Gente del trabajo

Joel Soler

Las fichas serán publicadas una vez por domingo. Puedes acceder a toda la lista aquí.


    Venga, hoy toca una ficha de personajes menores. Nos hemos quedado sin personajes destacados ya.

    Tengo dos trabajos, aunque eso empiece a ser algo insostenible para mí, pero, en principio, todavía los tengo.


Trabajo de publicidad

    Además de Pablo Merino e Ignacio, trabajo con un equipo de otras trece personas. No me hablo con casi ninguno, la verdad. Pero, si tengo que destacar a tres, serían el jefe de Pablo y los dos que comparten mesa conmigo.


--El jefe del jefe--

    Apenas le veo el pelo. Más que un jefe, parece un gestor. Pablo es su voz de cara a los empleados, por así decirlo. Supongo que es alguien que gestiona la empresa, sea por talento o por enchufe, pero que no le apetece la parte de la relación con los demás empleados, y por eso recurrió a Pablo y su buena presencia, para que ocupe esa cara visible de la dirección. En ese sentido, no tengo ningún problema con él, ni tampoco tenemos contacto, así que poco más puedo opinar.


--Compañera--

    Se supone que se encarga de la parte creativa de los proyectos, y suele hacer diseños muy animados y coloridos, lo que contrasta una barbaridad con su voz monótona y sus ojos cansados. Solo viene para cumplir las horas, le da igual todo, no se fija en lo que pasa en el entorno, no sabe cómo me llamo, no sé cómo se llama. Todo bien con ella. No sé, es el tipo de persona que, si le preguntas algo, te dice “¿eh…?” con lentitud y desgana, como si hubiese sido una faena enorme salir de su mundo y tener, encima, que hacer el esfuerzo de escucharme y luego el esfuerzo de contestarme.


--Compañero--

    El que siempre se queda el último y se asegura de apagarlo todo. Yo creo que aprovecha los ordenadores de aquí para no tener que gastar luz en su casa o algo así, porque ya he visto más de una vez que aprovecha el tiempo extra en el que se queda en la oficina para mirar cosas aleatorias por internet. A veces también avanza faena, pero creo que eso es la excepción. Sospeché lo de que no quiere gastar luz en su casa porque casi todos los días carga el móvil aquí, y alguna vez lo he visto cargar otras cosas, como un reproductor de música y cosas así. Hay gente que sabe aprovechar las pequeñas ventajas que te da la vida. O a lo mejor es que no quiere volver pronto a casa, no lo sé.


 

Trabajo en la cafetería

    Además de Julia, hay un equipo que trabaja en la cocina y otro que trabajamos en la sala. Todas las que trabajan en la sala son mujeres menos yo. Y, en la cocina, son todo hombres menos una mujer. No sé si es alguna suerte de estructura mental para que el jefe se quede tranquilo, o si se ha dado así por casualidad, pero es así.

    De la cocina solo he hablado con uno en todo el tiempo que llevo aquí. De mis compañeras de sala, además de Julia, con las que más tiempo paso son otras dos.


--El majo de la cocina--

    No tengo ni idea de cómo se llama, pero, cuando me ve, me dice “¡Despierta, Izan! ¡A trabajar, campeón!”. Al principio se me hacía super pesada esa frase así, gritada, pero… Ahora, cuando alguna vez no me la dice (ni cosas parecidas), me preocupo y siento que falta algo. Además, es alguien que da muy buen rollo, porque siempre trata muy bien a todo el mundo, se ríe muy fuerte y nos hace chistes a todos. Se nota que no tiene ningún tipo de maldad.


--Compañera 1--

    Se llama Katy, y se mueve a una velocidad impresionante, de verdad. Llega y creo que se ha tomado tres bebidas energéticas para acompañar el café, porque se pone a hacerlo todo y nadie la puede detener. A veces le pasa que se queda sin pilas de golpe y se queda como quieta sin ningún motivo, no sé. Por lo general, solo interactúo con ella para que me dé órdenes rápidas que yo debo cumplir para no cortarle su ritmo impresionante.


--Compañera 2--

    Se llama Estefanía. Tiene cuarenta y pocos, creo, y me parece que es bastante veterana en la cafetería. Se lo toma con más calma, pero sabe resolver las cosas bien, y es a quien acudimos siempre cuando tenemos alguna duda. Bueno, yo prefiero consultarlo con Julia, con la que tengo más confianza, pero con Estefanía la cosa está bien también. A veces aprovecha los ratos muertos para criticar al jefe o para explicar historias de clientes super problemáticos que hubo en el pasado.


--El jefe cabrón--

    No me cae bien. Percibo que es una persona racista (pese a que tiene a dos o tres chicas latinas en plantilla) y que le dan igual cosas como la integridad física de sus trabajadores. Por lo menos la mía. Pero lo bueno es que pasa tanto de todo, que me genera muy poca presión, así que… Bueno, puedo decir que, más o menos, lo tolero. Pero no tengo ninguna clase de respeto por él.

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