Capítulo 173
TORNEO
“Así, dicho en mayúsculas. TORNEO. Que no se pierda el hype, hombre.
Sería espectacular si encima me hubiese preparado para el gran día.”
La composición del torneo es de equipos de cuatro, y yo estoy en el equipo de Accel, junto con Liam y Shulk. Es un poco triste, porque me enteré hace poco que yo era el primer suplente. Había un jugador llamado Tempest que iba a ser el cuarto jugador, pero se ve que encontró un trabajo de fines de semana, y es gracias a eso que yo entro también. Accel dice que confía en mí igual, que él, de hecho, quería añadirme a mí, pero que me veía mucho más descentrado y que Tempest tenía mejores resultados.
De todas formas, creo que Accel antes tenía muchas ganas de jugar y de hablar conmigo, pero eso se fue desinflando por algún motivo. Empiezo a pensar que Liam le ha hablado mal de mí. Sería muy triste, la verdad.
Nos metemos en el chat de voz con Accel. Como siempre, su voz se escucha rara y distorsionada. Creo que en las últimas semanas se ha escuchado incluso peor.
—Muy bien, mis soldados del apocalipsis. Vamos a destrozar a todos los equipos rivales porque somos el equipo definitivo. Os quiero ver motivados y dándolo todo. Llevamos tiempo preparando esto, ¿verdad?
—Nos ha faltado entrenar más en equipo —dice Liam.
—Pero somos los amos —dice Shulk—. Va, a la final de cabeza.
—¡Izan! —dice Accel—. ¿Estás motivado?
—Sí, estoy motivado —digo sin mucha motivación. Con razón les caigo mal.
Empieza el torneo. Nuestro equipo tiene mucha atención, porque Accel es de los jugadores pro más reconocidos de la comunidad. En los torneos individuales siempre queda en el podio.
Para esta competición, participan más de cincuenta equipos de cuatro jugadores. En la primera ronda, nos van emparejando de manera aleatoria con otros equipos para hacer partidas rápidas durante setenta y cinco minutos. Cuando termine ese tiempo, los veinticuatro equipos que más puntos tengan pasan a la segunda fase. No basta con ganar, hay que hacerlo de manera contundente y completa para conseguir puntos extra. Eso será lo que nos haga ganar o perder respecto a otros equipos que hayan cosechado el mismo número de victorias que nosotros.
Al terminar esta primera ronda, nuestro equipo es el décimo que mejor ha puntuado. No vamos mal, pero podría ser mejor. Al menos me ha servido para calentar.
Para la segunda ronda, nos ponen en salas de tres equipos, y nos enfrentamos entre todos por turnos. El equipo que peor puntúe de los tres de cada sala, queda eliminado. De esta forma solo quedan dieciséis en pie. Esta ronda también la hemos pasado, pero hemos quedado segundos en la sala, así que, de nuevo, podría ser mejor.
Con los dieciséis que quedamos en pie, ya solo queda seguir adelante en formato torneo eliminatorio.
—Hemos llegado a la fase de torneo, mis guerreros —dice Accel—. Los que están aquí ya son los mejores, aunque se puede haber colado alguno porque le tocó un grupo fácil. Solo quedaremos los buenos de verdad si pasamos una ronda más. ¡Espíritus arriba, guerrilleros!
Nos enfrentamos a un equipo buenísimo y la partida está igualada todo el tiempo. Al final, por una jugada combinada bestial entre Accel y Liam, que parece que la habían ensayado mil veces teniendo en cuenta cómo se movería el enemigo y todo, conseguimos ganar. Está claro que han hablado y entrenado juntos todos los días.
Estamos entre los ocho mejores. No es una mala posición, pero seguro que mis compañeros quieren más y más. Tengo que estar a la altura o me odiarán.
Vamos contra un equipo que está ganando sus partidas por los pelos, como nosotros, así que es bastante asequible.
La partida está igualada por ahora.
Me pongo nervioso al ver que tengo a tiro al líder del otro equipo y que no se ha dado ni cuenta de mi presencia en el edificio que está a su espalda. Está preparando trampas o algo así. Es ahora o nunca. Creo que le da igual si estoy aquí porque se habrá alejado de Accel y Liam, y le damos igual los demás.
Me gustaría decir que voy a demostrarle que se equivoca, pero… Intento hacer el disparo decisivo contra él, y fallo estrepitosamente. El fallo más tonto de mi vida.
Liam llega justo detrás de mí. Creo que sabía que el líder tomaría esta posición, y ha decidido venir a emboscarle por la espalda. Qué bueno es el cabrón. Si no hubiese estado yo aquí, creo que le hubiese salido bien la estrategia. En su lugar, he advertido al líder de que no está seguro, y Liam ha podido ver mi fracaso en directo. Ahora ya ni tenemos el factor sorpresa, así que solo toca luchar. Disparamos todos a la vez y eso hace que tanto el líder del otro equipo como yo muramos. Sería un buen resultado, de no ser porque la distracción de todo esto ha hecho que otro jugador dispare a Liam por la espalda.
Si yo hubiese hecho lo que tenía que hacer, ellos habrían perdido a un jugador y nosotros a ninguno. Por mi error, ellos han perdido a uno y nosotros a dos.
Shulk también ha caído, lo que deja a Accel solo contra tres. Se consigue cargar a uno, pero se queda en una posición vulnerable y los otros dos la aprovechan para tender una emboscada. Aunque Accel consigue ganar a uno de los dos restantes, es atacado por la espalda por el que queda.
Hemos perdido.
Nuestro equipo ha quedado entre los ocho mejores.
El equipo que nos ha ganado ha perdido en la siguiente ronda. Y el que ha ganado a ese, ha perdido en la final. Eso quiere decir que hemos perdido contra los peores de las semifinales. Hemos quedado octavos. No tenemos ni el consuelo de haber perdido contra el ganador en una suerte de final anticipada.
—Es lo que he dicho —dice Liam—. Esto con un buen juego en equipo, bien entrenado, hubiese sido diferente. Nos hemos confiado.
—Bueno, no ha ido tan mal —dice Shulk—. Aunque me siento fatal porque no he hecho casi nada en la ronda en la que hemos caído.
—¡No te preocupes! —dice Accel—. Me da un poco de pena, porque llevo preparándome para esto desde hace meses, pero bueno, tampoco lo hemos hecho mal del todo. Ahora tengo a gente burlándose de mí en otros chats, pero es que me da igual. De la derrota también se aprende. Ese es el mensaje. Ese será nuestro espíritu y nuestro mantra.
—Ahí, ahí —dice Shulk—, que tú ganas siempre. Seguro que ahora harás entrenamientos más duros y te prepararás mejor. Ahí sí que serás imbatible.
—Hemos perdido por mi culpa —digo.
—No digas tonterías —dice Accel—. Somos un equipo y hay un montón de factores.
—Liam lo ha visto. Tenía a uno a tiro y…
—Da igual —dice Liam—. Eso son cosas que pasan en cualquier partida.
—Bueno, perdón de todas formas —digo. Acto seguido, me desconecto del chat de voz.
Unos minutos después, Accel viene a hablarme por privado.
[Accel. 20:09]
Oye, Izan.
¿Mañana tienes algo que hacer?
[Izan. 20:12]
Hola.
Pues…
Es un poco complicado.
Me tienen que confirmar algo.
[Accel. 20:13]
Me gustaría hablar un momento contigo en persona.
[Izan. 20:14]
¿En persona?
¿Pero tú de dónde eres?
[Accel. 20:16]
Mañana te lo aclaro mejor.
Pero déjame verte un momento mañana.
Quiero hablar contigo.
¿Puedes acercarte un rato a la estación de tu barrio?
A la hora que tú quieras.
[Izan. 20:19]
Oye, pero…
Es muy raro esto, ¿no?
[Accel. 20:23]
Hazlo por mí.
Que me he quedado triste con lo del torneo.
Pero quiero hablar contigo mañana en persona.
Es importante.
[Izan. 20:26]
Vale…
Luego te confirmo la hora.
Ha sido raro. Me ha dado mala espina.
Intento hablar con Aurora para ver si quiere quedar o no. En teoría la veré mañana.
No me contesta.
Oye… ¿Por qué sabe Accel cuál es mi barrio?
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