Capítulo 278
Discuto con Frank
"Por lo menos vuelve…"
Al volver a casa después del trabajo, me encuentro con que Frank ya está ahí.
No me ando con rodeos.
—Tu padre nunca se lesionó, ¿no?
Frank no me contesta.
—Y te fuiste para que el día treinta no leyese delante de ti la predicción en la que discutimos. No has vuelto hasta que no te quedaba más remedio, por la predicción…
Sigue en silencio, pero no deja de mirarme a los ojos.
—Llevas ocultando cosas desde antes de venir a vivir conmigo. Desde antes de tu segunda salida de la cárcel… Has estado raro desde ese momento…
—Crees que todo gira en torno a ti y a tu calendario, ¿no? —dice.
No me esperaba algo así dirigido hacia mí, viniendo de Frank…
—¿Por qué dices eso…?
—Estás asumiendo que todas las cosas raras que me están pasando tienen que encajar como piezas de un rompecabezas en tu historia con el calendario, ¿verdad? Joder, Izan, como un puto rompecabezas. Así nos ves a todos. Piezas que tienen que encajar o no. Jodidas piezas.
—¿A qué viene esto? ¿De repente te molesta que todo en mi vida esté conectado al calendario? ¡Pues lo siento! La próxima vez iré con más cuidado escogiendo las cosas paranormales que me ocurren para no molestarte.
—Tú qué sabrás, Izan… No sabes nada de lo que pasa conmigo. Así que relájate.
—¡No! Es que me parece muy fuerte. Llevo días preguntándome por qué puedes haberme mentido. He llegado a pensar que lo hacías por mi bien… ¿Y ahora me vienes con que era porque tienes tus mierdas y te jode que yo me piense que tiene que ver con el calendario? ¡Pues mira, lo siento si pido que mi amigo me ayude en un momento tan asqueroso donde tengo a mafiosos y brujas jugando conmigo y matando a gente en mi cara cada vez que pueden! ¡Lo siento si te he molestado por un momento!
—Vale. Solo venía a hablar las cosas. Ya sabía que le preguntaste a mi padre por la lesión, y te lo quería aclarar, pero si ese es el plan, me voy.
—Ya estás tardando. Hostia puta, Frank, qué lamentable lo tuyo. Qué decepción…
Frank me mira. Creo que le ha dolido muchísimo lo que le he dicho. Y a mí me ha dolido decírselo.
Recoge sus cosas y empieza a irse. Yo me quedo callado esperando a que termine. Cada segundo que pasa, estoy más arrepentido que el anterior.
No puede ser verdad. Frank no puede haber hecho eso por esos motivos… No me lo creo.
Cuando Frank termina de recoger y abre la puerta para irse, procuro detenerlo por puro instinto.
—¡Espera!
Se detiene, pero no me mira. Sigue con los pies apuntando a la salida.
—Frank… Te vas porque ya se ha cumplido la predicción, ¿verdad?
—Otra vez con eso… —dice.
—Me da igual lo que me digas. Creo que me estás mintiendo. Creo que sí estás haciendo esto por el calendario. Que lo estás haciendo por mí.
—Izan, para…
—Me estás mintiendo porque es lo mejor para mí, ¿verdad?
—Si piensas eso y luego soy una decepción, ¿qué pasará?
—Lo pensaré de todas formas. No contemplo otra opción. Deja de intentar que te vea de otra forma, por favor.
No contesta. Cierra la puerta y se va corriendo escaleras abajo.
Frank lo hace por mí. No lo pienso porque me convenga ni porque sea mi deseo ingenuo… Sé que tengo razón.
Pero, incluso aunque esté tan seguro… Una parte de mí tiene mucho miedo.
Solo espero saber la verdad muy pronto, porque no sé si podré soportar mucho más esta situación.
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