Capítulo 163
Alex vs Flora
“La verdad es que la predicción pinta divertida. No sé qué tipo de versus tendrán,
pero puede ser algo muy digno de ver. ¿De parte de quién estaré?”
Por la mañana, Lydia se presenta en mi casa sin avisar. En estos momentos Alex está corriendo por ahí como hace una mañana sí y otra no. Estoy solo.
—Hola —me dice.
—Hola… No me contestaste el mensaje. Pensaba que no vendrías.
—¿Perderme un Alex contra Flora? ¿Por quién me tomas? Igual es que ya no me conoces.
—También te quería enseñar el calendario…
—¿Fue idea de Alex?
Mierda. No puedo mentir, pero me dejará fatal esto. Me ha pillado al instante la muy…
—Alex me empujó, sí. Lo vi clarísimo cuando me lo dijo y no entendí por qué no me vino a mí la idea. Ya sabes que soy un desastre…
Mierda otra vez. Tengo que vigilar las cosas que digo sobre mí mismo. Se lo he prometido a Abril.
—Ya me lo imaginaba.
—De verdad que quiero que tengas el calendario.
—Ya, ya —dice. Me mira fatal—. Izan, ¿por qué no has movido ni un dedo para volver a hablar conmigo?
Me imagino por qué no he tenido noticias de ella en todo este tiempo… Ha esperado a que me mueva yo. La conozco bien. Alguna vez nos hemos distanciado por eso mismo en el pasado. Casi siempre que pasa, Nora ha tenido algo que ver, y yo no he sabido recuperarme bien hasta mucho tiempo después.
—Cada vez que pensaba en ello, me daba un algo en el pecho y me bloqueaba. Llevo semanas con esa losa encima. En especial contigo y con Abril. Me siento fatal… Pero no me veía capaz de afrontar nada de eso. He querido ir afrontando los temas poco a poco, uno por uno.
—Ha tenido que venir Alex a empujarte un poco, ¿no?
—Sí, la verdad es que sí. Pero estoy aprendiendo a hacerlo por mí mismo.
—¿Ah, sí? —se cruza de brazos y me mira muy interesada en eso que he dicho, pero sin dejar de fruncir el ceño—. ¿Y qué estás haciendo al respecto?
—Bueno… Ayer conseguí tener una conversación decente con Abril y limar muchas cosas. Y estoy intentando cumplir una promesa que le hice.
—¿Puedo saber lo que es?
—No odiarme a mí mismo.
Me ha parecido notar que Lydia, por un momento, ha relajado su expresión y se ha compadecido un poco de mí. No me da tiempo a asegurarme, porque Alex entra a toda velocidad en casa.
—¡Izan! —dice, y luego se da cuenta de que Lydia ya está ahí—. Ah, perfecto, temía que no llegases a tiempo. Cuánto tiempo, ¿no? Luego hablamos.
Lydia se ríe un poco al ver el show de Alex. Creo que Alex le hace muchísima gracia y le provoca hasta fascinación.
—¡Niña repelente, pasa! —grita Alex.
Detrás de él, Flora hace acto de presencia y entra en mi casa, con cara de mala hostia, por cierto.
—¡Flora! ¡Hace mil años que no te veía! —grita Lydia.
—¡Anda! —dice Flora—. Ahora te saludo de verdad, Lydia, que primero tengo que solucionar lo del pesado este —dice al tiempo que señala a Alex.
—Pero, a ver —digo—. ¿Qué pasa aquí?
—Pues atended. Me he encontrado con esta niña repelente por las escaleras. Tengo la sospecha de que me estaba esperando y todo.
—No lo sospeches —dice—. Es que te estaba esperando.
—¡Pero bueno! —dice Alex—. Y lo confiesa la muy acosadora. ¿Y tú para qué me esperas?
—Te he visto varias veces. Paso bastante tiempo en el balcón, ¿sabes? Te veo entrar y salir todo el rato, y no tengo ni idea de quién eres.
Es triste, porque pasa mucho tiempo en el balcón para no tener que escuchar a Lucía cuando habla por teléfono. Por lo visto, la voz de su madre le hace hasta daño en el pecho.
—Yo soy un amigo de Izan. Bueno, ¡el mejor amigo de Izan!
—Izan está muy perdido y a lo mejor no elige bien a sus amigos —dice Flora.
—¡Qué feo eso! —dice Alex.
—¡Oye! —dice Lydia—. ¿Eso también va por mí?
—¡No, no! En realidad, quería decir relaciones en general, y estaba pensando en Nora.
Alex y Lydia asienten a la vez y murmuran cosas como afirmando que tiene mucho sentido lo que la niña ha dicho. De repente están de acuerdo con ella, cuando hace tres segundos se habían sentido ofendidos. Todos cómplices contra mí, pero creo que razón no les falta.
—Pues eso —dice Alex—, que me encuentro con la niña repelente, y lo primero que hace es acusarme del robo de los ancianos del segundo piso.
—¡Pero Flora! —dice Lydia—. ¿Qué es eso de acusar a la gente así de la nada?
—Flora, no pienses así de mi amigo, por favor. Ya sé que piensas que elijo mal las relaciones, pero él es de fiar —añado.
Flora nos mira a todos algo nerviosa. Se ha abrumado un poco con la situación.
—¡No, a ver, para! Yo no quería decir eso. No quiero decir que el chico sospechoso este sea el ladrón…
—Oye, niña repelente —dice Alex—, que me llamo Alex, te lo he dicho ya como dos veces. No me llames chico sospechoso.
—¡Tendrás cara! —dice Flora—. Yo también te he dicho cómo me llamo y tienes a Izan y a Lydia diciendo mi nombre todo el rato, y tú me sigues llamando niña repelente.
—Alex, no la interrumpas, y menos para no dar ejemplo con lo que pides —dice Lydia.
—Bueno, bueno… —contesta Alex—. Parece que tenemos a una partidaria del Team Niña repelente por aquí. ¿Tú de parte de quién estás, Izan?
—Exponed vuestros argumentos y luego os digo algo.
—Lo que estoy diciendo es que no estoy acusando al chico sospechoso de haber robado —dice Flora—. Yo estoy diciendo que es natural que le pregunte cosas, porque es uno de los sospechosos.
—Es que por lo visto —dice Alex—, la niña va de detective privada, y cree que haciéndome unas preguntillas, podrá saber si soy el culpable o no.
—Te sorprendería —digo.
—Tú no la conoces —añade Lydia.
—Vaya, vaya… Sí que te tienen confianza estos dos, ¿verdad, niña repelente?
Flora resopla, mirando fijamente a Alex a la cara, enfadada.
—Escucha, tú. Admite que es normal que te interrogue. Aquí nadie había robado nada, llegas tú a vivir unos días en casa de Izan, y de repente hay un robo. Si pensamos en alguien, el primero en el que pensaremos es en ti. Y si no tienes nada que ocultar, pues perfecto, pero no te hagas el ofendidito solo porque te interrogue.
—Es que sienta mal que te traten como un criminal, ¿sabes? —dice Alex.
—¡Pues mira, lo siento! Ahora lo que importa es que han robado en casa de dos ancianos que no se han metido con nadie. ¡Lo importante es saber quién lo ha hecho y solucionarlo!
—Eso es de muy mala educación. Hay procedimientos y cosas —dice Alex—, y tú no puedes ir lanzando acusaciones así como así.
—Uf… ¿Los procesos legales? ¡Eso es muy lento! ¿Y si se pierde el rastro del culpable por esperar? Si tengo una pequeña posibilidad de solucionarlo rápido, lo haré.
—¡Pero mira que eres repelente! A ver, los testigos —dice Alex, mirándonos a Lydia y a mí—. ¿Quién tiene razón? ¿Flora o yo?
—Flora —decimos tanto Lydia como yo al mismo tiempo y sin dudar.
—¡Au! —dice Alex, apretándose el pecho y bajando la cabeza—. No esperaba una derrota tan amarga…
—Es lo que hay —dice Flora, dándole palmaditas en la espalda—. Pero me alegra que te hayas dado cuenta de tu derrota rapidito. Los de mi clase, cuando discuten conmigo, saben que han perdido hace rato, pero siguen discutiendo igual, solo que cada vez peor y dando más pena.
—Tenías razón, Izan… Esta niña es invencible —dice Alex, levantando con dificultades la cabeza.
—Si ya te lo decía yo… —digo.
—¿Le dices a tus amigos que soy invencible? —dice Flora, y yo asiento—. Bien hecho, eso es repartir la palabra de la verdad por el mundo. Estoy orgullosa de ti, Izan.
—Tus palabras me llenan de gozo, socia.
Después de un interrogatorio y de algunas burlas contra Alex, Flora decide que va siendo hora de irse, concluyendo que Alex es inocente. Que está noventa y poco por ciento segura, dice.
Antes de que terminemos de despedirnos, tocan al timbre. Pocos segundos después, la persona que ha llamado empieza a aporrear la puerta.
Al abrir, me encuentro con alguien a quien no esperaba ver.
—¿Papá…? —dice Flora.
Lucas nos mira a todos y luego mira a su hija.
—¿Cuánto rato llevas aquí arriba? He vuelto hace una hora y no aparecías.
Flora no contesta. Está asustada.
—Va, vamos —dice Lucas—. ¡Va!
Flora se va. Los tres nos quedamos callados mirando a la puerta.
Me da un poco de miedo que haya vuelto Lucas. Flora estará mucho peor ahora y, además, amenacé a su mujer hace unas semanas, y no sé si eso me pasará factura, ahora que son dos contra uno y se pueden retroalimentar para joderme.
—No me gusta nada que ese asqueroso haya vuelto… —dice Lydia—. Tendrían que haberse quedado separados. ¿Qué hace aquí?
—No puede salir nada bueno de esto… —digo.
—¿Qué pasa con ese hombre? —dice Alex.
Lydia y yo le contamos toda la situación familiar de Flora y los LuLu.
Estamos todos de acuerdo en que, aunque Flora ha ganado el versus de hoy con Alex… Ha caído derrotada por su mala suerte. Que vuelva esa persona es lo peor que le podría pasar.

コメント