top of page

Jueves 21 de diciembre de 2023

Joel Soler

Actualizado: 22 dic 2023


Capítulo 296


Me río de Ignacio todo el día


“Dicen que la risa es una de las cosas más sanas que hay.

Me vendrá bien una buena dosis de salud.”



    Cuando pienso en Ignacio riéndose de Hugo el día en el que le dio un infarto, lo que siempre pienso es que, algún día, alguien tiene que reírse de él cuando le ocurra una desgracia. ¿Será hoy el día?

    Además, siento que hoy tengo que aprovechar el día para pasármelo bien, porque mañana es el Proyecto Esmeralda, y me da muchísima ansiedad pensar en eso. Y peor es cuando luego viene una predicción que habla del fin de los VDLS. ¿Por qué? ¿Pasará algo? Rafael sigue sin dar señales, y Olivia me preguntó por Hugo hace poco, y eso me dio muchísimo miedo. También podría pasarle algo a Dana, a Ángel, a Estrella… Me da mucho miedo que la predicción se llame así. No quiero que le ocurra nada a ninguno de ellos.

    Ayer le mandé un mensaje a Nora preguntando por Gris, pero la cabrona me ha dejado en leído y no me contesta. Siento que no me van a decir nada, y que lo sabré mañana con el Proyecto Esmeralda. Como le haya pasado algo, me voy a sentir responsable de por vida… No tendría que haberme ido sin él.

    Por ahora no puedo hacer nada más. No tengo a nadie más a quien preguntar. Sospecho que se quedó atrapado ahí, y que por eso no me puede contestar… Pero eso no significa que lo hayan matado, ¿no? A lo mejor Olivia lo quiere tener como mascota…

    Si es así, mañana tengo que ir yo mismo a casa de Olivia a ver si puedo hacer algo. La predicción ya indica que tendrá protagonismo, así que no me queda otra. Siento que no es la mejor decisión, pero no puedo dejar las cosas así…

    Por el momento, intento no pensar mucho más en el tema.

    La mañana en el trabajo es bastante placentera. Primero, y tal vez gracias al masaje, me noto muy inspirado para hacer bien y rápido las tareas del día, lo que me lleva a recibir felicitaciones de Pablo Merino y a quitarme muchísima faena muy rápido, lo que me hará ir más ligero mañana.  

    Por el contrario, Ignacio está frustrado. Hay un momento en el que le ha pegado un golpe a una de las impresoras, y Pablo Merino le ha metido una bronca de las que hacen que todo se detenga para poder ver bien el espectáculo. Yo me lo he pasado muy bien.

    En la hora del descanso, me acerco a mi exjefe.

    —¿Sabes a quién me recuerdas? —pregunto.

    —Déjame en paz.

    —¡Exacto! Él se comportaba igual. Eres igual que Hugo en sus tiempos mozos.

    —¿Y quién cojones es Hugo?

    De verdad, qué asco de persona.

    —¿Cómo que “quién cojones es Hugo”?

    —Pues eso, que de quién hablas.

    —Trabajaba para ti. El que tuvo un infarto y tú te reías de él.

    —Ah, sí. Perdona, me he olvidado de todos los nombres de ese nido de traidores. Ni me acordaba del viejo amargado ese.

    —Eso te iba a decir, que él está cambiando para bien, pero tú te estás convirtiendo en él. De hecho, acabas de llamar viejo amargado a alguien que se caracterizaba por golpear impresoras, como tú hoy.

    —Izan, no compares. Mi jefe me odia, pero en lo personal, ¿sabes? La tiene tomada conmigo. Yo os trataba a todos de la misma forma. Si ese hombre estaba amargado es porque venía así de casa. A mí me amarga el puto Pablo.

    —Ignazi… Tú estás amargado desde que te conozco, lo que pasa es que antes lo canalizabas desde tu posición de poder, y ahora que no tienes eso, pues a golpear impresoras.

    —Solo ha sido hoy. No molestes más.

    —Espera, solo una pregunta más. Si algún día te da un infarto en la oficina, ¿cómo te gustaría que reaccione?

    —Dejándome en paz.

    —No, pero, escucha. Si me rio de ti, así como a escondidas, pero lo disfruto, ya sabes. ¿Me considerarías mala persona?

    —A ver, Izan… ¿Qué quieres?

    —¿Sería mala persona o no?

    —Serías lo que ya me pareces: un capullo.

    —Ah, un capullo… Ya. ¿De verdad no recuerdas que tú te reías de Hugo cuando se lo llevaba la ambulancia por eso mismo?

    —Que me da igual. No te repetiré más veces que me dejes en paz. No me sigas.

    —Das muchísima pena… Luego le propondré a Pablo que te haga pagar a ti la impresora nueva, que seguro que la de ahora ha sufrido algún desperfecto con tremenda hostia.

    No me contesta. Se va haciendo ver que no me escucha.

    Qué bien me ha sentado. Noto que he podido compensar un poquito de todo lo que esta persona ha hecho, aunque solo sea una pequeña cantidad.

    Hoy he quedado con Eric en el Diamond Glass, así que es el momento perfecto para reírme de Ignacio con él.

    Por la mañana no ocurre nada más a destacar. Por la tarde tampoco.

    Por la noche me encuentro con Eric en la puerta de la coctelería, y veo que Elías también ha venido, lo cual es perfecto, porque podremos darle caña a Ignacio los tres juntos.

    Empiezo a contar la historia y madre mía lo bien que me lo paso con sus reacciones.

    —¿De verdad le has dicho que te reirías de él en caso de infarto? —pregunta Eric, aplaudiendo con respeto mis acciones.

    —Esta faceta tuya es la hostia —dice Elías—. Lo mejor que he hecho es mandarte a la empresa donde trabaja ese capullo, para que le sigas dando caña todo lo posible.

    —También le dije que le daría a Pablo la idea de que Ignacio pague una impresora nueva. No lo he hecho todavía, pero tal vez lo haga, en cuanto la impresora haga una mínima muestra de ir un poco peor que antes.

    —Hazlo, por favor —dice Elías—. ¡Grábalo! ¡Súbelo a alguna red social! ¡Inmortaliza el momento en el que Ignacio es notificado sobre eso!

    —Me alegra que te lo estés pasando bien —dice Eric—. Cuando supe que te codearías con el antiguo jefe en la nueva empresa, me supo muy mal por ti, pero veo que has sabido darle la vuelta.

    —Qué coño —dice Elías—, es que al siguiente cóctel te voy a invitar yo, por todo lo que has puteado a Ignacio y por todo lo que le putearás.

    —Lo haría gratis —digo—, pero si te pones así, no te diré que no.

    —¡Pues claro que no! Pide, pide. Pero no pidas el más caro, cabrón, que te conozco ya.

    —No hombre, no. Pediré el tercero más caro, que, por la foto, me ha seducido.

    Elías estalla en carcajadas y me golpea con violencia en la espalda. Es su estilo.

    Yo cuento todas las anécdotas que puedo sobre Ignacio y sus fotocopias, y el tema causa muchísimo furor. Dicen que están deseando contarlo por la oficina mañana.

    Después de tres copas (una de ellas, gratis), decidimos que es el momento de ir despidiéndonos, ya que mañana tenemos que trabajar. Aunque, en mi caso, no tengo ninguna obligación de ir, porque me he quitado toda la faena de la semana. La verdad es que ha sido un día bastante redondo. Ideal, junto con la liberación de ayer, para ir lo más mentalizado posible a dos predicciones que parecen complicadas.

    Mientras camino por la calle, me parece ver a alguien que me está espiando. Cada vez tengo la mirada más entrenada para eso.

    En el pasado hubiese huido, o me hubiese hecho el tonto para ver si averiguaba quién era de reojo, sin involucrarme mucho… Pero ahora pienso correr hacia esa persona.

    El movimiento brusco hace que mi acosador se asuste y se ponga a correr por un callejón. Yo corro todo lo posible detrás de él, aunque no es mi especialidad. Eso sí, pasar por un callejón así por la noche no me parece la mejor de las ideas…

    Cuando por fin me acerco a la persona, creo ver quién es.

    —¿Saúl…?

   Antes de poder situarme, alguien que tiene muchísima fuerza física me inmoviliza por la espalda y me pone un pañuelo en la boca y la nariz.

    Me estoy durmiendo…






18 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Epílogo y texto final

Epílogo: Más allá del calendario Este es el final de la historia. La historia que Izan ha vivido durante todo un año. La historia de doce...

Jueves 29 de febrero de 2024

Capítulo 366 Todos miramos a Oliver. Su frase se ha quedado a medias. —¿Oliver…? —pregunta Anna. —¿Qué? —pregunta él, con una expresión...

Miércoles 28 de febrero de 2024

Capítulo 365 A (Parte 1) CDLS al completo en el templo “Eso no ocurrirá. Y ya no importa de quién sea la otra letra. Acabaremos hoy, pase...

Comments


bottom of page