Capítulo 65
Final épica del reality
“Última oportunidad para ver este programa como es debido, sin interrupciones. Además, dice que será épica. Qué ofertón.”
No estoy en las mejores condiciones mentales y emocionales para ver el reality, pero quiero pensar que, con esta predicción tan optimista, al final acabará siendo una buena experiencia. Una experiencia épica, ¿verdad?
No sé cómo lo hago, pero consigo que nadie me pregunte nada crucial en el trabajo. Creo que Eric quería hacerlo, pero ha notado mi poca disposición. La jornada de hoy tenía que ser una rutina rápida, en piloto automático, volver a casa y a esperar al reality.
Al salir y llegar a la estación de tren, me encuentro con Lydia esperándome.
—¡Hola! —digo, nervioso—. ¿Qué haces aquí?
—¿Estás tonto? ¿Cómo que qué hago aquí? Habíamos quedado, ¿no?
—¡Ah! Sí, sí… Es que no habíamos dicho hora ni sitio.
—¿Qué más da? Sabes que siempre que me apetece aparezco cerca de tu oficina después del trabajo. No debería sorprenderte ya por estas cosas.
—Tenía que haber tenido en cuenta eso antes de ayer cuando me seguiste hasta verme con Estrella.
—Exacto. Parece que no me conozcas. Si ya lo hago sin ninguna razón, imagínate si hay predicciones que me involucran de por medio.
—Ya… Bueno, lo de hoy no es que me haya sorprendido. Me ves aturdido porque ayer se me terminó de freír el cerebro.
—¿Es por el encuentro con la abogada esa?
—Sí…
—Va, cuéntame, anda.
De camino a mi casa, le cuento a Lydia lo que pasó ayer. No conseguimos entender nada ninguno de los dos. A lo máximo a lo que llegamos es a que, además de todos esos misterios, Dana ha resultado ser la abogada de Hugo, y que ha debido convencer a Ignacio de que no despida a Hugo, o tendrá problemas legales. Ignacio habrá entendido que no puede hacer nada contra el poder indestructible de Dana como abogada, y habrá aceptado sacrificar la seguridad de sus impresoras y mantener a Hugo en la plantilla.
—¿Cuánto crees que durará esto de los calendarios? —pregunto.
—No lo sé, Izan… Me preocupa más cuál será el motivo que haga que terminen. Si esto te lo está haciendo alguien, ¿qué quiere? ¿Te pasará algo malo al final?
—No tengo ni idea… No sé a dónde lleva esto… Pero cada vez lo veo más difícil de sobrellevar. Después del primer mes, bromeaba con que me generaba dependencia. Pero, después de la muerte de mi profesor, y de ver que cada vez pasan más cosas raras a mi alrededor… No quiero seguir con esto. Necesito no saber nada de mi futuro.
—Hay una forma de hacer eso, ¿no? —me dice, deteniéndose en seco—. Cuando llegue el de junio, no lo mires. El futuro estará escrito y tendrá tu letra, cierto, pero quién sabe si todo el mundo tiene escrito el futuro y la única diferencia es que no lo puede leer. Mientras tú no lo sepas, siempre podrás tener incertidumbre, que es lo que ahora necesitas, ¿no?
—Sabes que eso es imposible…
—¿Lo es porque no te podrás resistir a mirar?
—Bueno, eso por un lado. Pero, a lo que me refiero es a que no soluciona el problema principal, que es saber qué está pasando. ¿Por qué hay gente que me manda mensajes extraños? ¿Qué es VDLS? ¿Por qué hay gente que no conozco que sí me conoce a mí? Y muchas otras cosas que están ligadas a lo del calendario, lo mire o no. Además, si alguien me los está dando, es por algo. No creo que se solucione solo porque no mire. Todo esto lleva a alguna parte, y es eso lo que me da miedo. Eso es lo que quiero que se acabe.
—Tienes razón… Quería buscar una manera de que no te agobien más las predicciones, pero no he tenido en cuenta todo lo demás… Lo siento.
—No te disculpes por eso.
—Izan… Me duele admitirlo, pero tienes razón en una cosa: Estrella podría serte de mucha ayuda.
—¿Qué? —me cuesta unos segundos procesar eso—. ¿Lo dices en serio?
—A ver… Sigo pensando que existe la posibilidad de que te utilice, te manipule, te traicione y te haga daño. Pero veo más posible que solo quiera ayudarte y saber más sobre el calendario. Ella conoce cosas que yo no puedo ni imaginar, así que, si vas a descubrir algo, seguro que será gracias a ella. Por lo menos, mucho más que si solo te ayudo yo, eso está claro…
—Pero Lydia…
—No hablemos más de Estrella salvo que sea muy necesario, ¿vale?
—Vale…
Llegamos a mi casa. Nos ponemos cómodos y esperamos a la hora del reality.
Escuchamos mientras tanto algunos gritos de la familia de los LuLu. Lydia aprieta el puño al escuchar lo mal que tratan a Flora.
Esperamos a ver si Flora sale de casa y se esconde en el tercero, como otras veces, pero no es el caso.
Por fin llega la hora del reality.
Uno que me encanta ver cada año y que poca gente conoce. El equipo que está detrás es el mismo que el de la Jester League de baloncesto. Hacen cosas que enganchan, pero no tienen todo el público que deberían.
Es un reality de convivencia, secretos, pruebas, traiciones, dilemas morales… Tiene de todo.
Los tres que han llegado más lejos son: mi favorita, el favorito de Lydia, y uno que odiamos los dos.
Tal y como dice la predicción, la final es épica. Primero, eliminan al que queda tercero, que resulta ser el que odiamos los dos. Celebramos por todo lo alto. Lo importante no es que eliminen al más odioso o que por fin estoy viendo el programa entero y sin interrupciones. Lo importante es poder estar así de bien con Lydia, incluso después de todo lo que ha pasado, y después de las veces que nos hemos peleado por el tema de Estrella en las últimas semanas. Más de una vez he llegado a creer que perderíamos esta amistad, pero ver el reality y celebrar juntos de esta manera me da mucha tranquilidad y regenera parte de mi estabilidad mental.
Después de esa merecida eliminación, solo queda decidir al ganador. Mi favorita contra el favorito de Lydia. Nos miramos con intensidad, como si fuese mérito nuestro que gane uno u otro.
—Te machacaré… —me dice.
—Quiero ver cómo lo intentas… —le contesto.
Tras artificios, música épica y un repaso de todo lo vivido en el concurso, mi favorita se alza como la vencedora.
Sentado en el sofá, con Lydia a mi derecha, me levanto para celebrarlo, pensando en abrazar a alguien y, por impulso, me giro a la izquierda. No sé por qué he hecho esto. Ha sido un acto reflejo y solo ha durado medio segundo. Después, hago como si nada.
También, durante medio segundo, creo notar el olor. Sospecho que ha sido un error de mi cerebro. El olor siempre aparece en citas con Abril, así que no tiene cabida aquí. Creo que solo estoy confuso y desorientado… Solo ha sido un instante, en todo caso. No me ha torturado.
Por el momento, hoy toca ser feliz, porque he podido ver en condiciones el reality, la final épica, y se me ha recompensado, por todas esas veces en que no podía ver ni la mitad del programa, haciendo vencedora a mi favorita.
Lydia murmura que por lo menos ha ganado el mal menor, que peor hubiese sido que ganase el que ha quedado tercero. Yo celebro, feliz. Intento olvidarme del olor y de mi acto reflejo, pero sigo mirando instintivamente a mi izquierda.
Espero no estar perdiendo la cabeza.

Comments