Capítulo 287
Despiden a Lydia
“No puedo evitar sentirme culpable, sabiendo que la habrán despedido por culpa del calendario y la gente que hay detrás…”
He quedado con Estrella por la tarde.
Está mirando con mucha atención el calendario para ver en qué predicciones puede entrar y en qué predicciones no.
—Este es el mes de Olivia —dice—, así que vas a necesitar ayuda. El problema es que la maestra Sallares me sabe manejar bastante bien, y no tendré toda la libertad que me gustaría. Eso lo entiendes, ¿verdad?
—Sí, claro. ¿Quién tiene libertad con este calendario?
—Ya… La verdad es que tienes toda la razón.
—¿Hay alguna predicción que te llame la atención?
—Bueno, para empezar, pasado mañana tienes una en la que Olivia te da miedo.
—Esa se cumple todos los días. Fácil —digo, levantando el dedo pulgar.
—Ya, pero algo hará… Ese día estaré contigo.
—Gracias. La verdad es que lo agradezco mucho.
—Déjame ver… —dice, mirando con muchísima concentración cada una de las frases—. Los S son horribles y Olivia no te deja en paz. Dos días seguidos. No me da buena espina. No sé si podré ayudarte los dos días. Encima en la primera de las predicciones tienes problemas con toda la familia… Eso creo que será difícil de controlar.
—Sí, yo también lo creo. ¿Y qué me dices del proyecto Esmeralda? Nora y Olivia están esperando esa predicción. Es la última predicción conectada a Olivia y a Salvador, pero no sé de qué forma.
—¿Seguro que te han informado bien? No me fiaría de ellas, y nunca he escuchado nada de un proyecto Esmeralda ni nada…
—Lástima. Tenía la esperanza de que te sonara ese proyecto.
—Lo siento —dice Estrella, mucho más afectada por esto de lo que podía calcular.
—¡No! Es normal. Son las mierdas de los S. Ellos sabrán. Ya me adaptaré, no te preocupes. Todavía me quedarán enero y febrero, así que no te preocupes por mí.
—Es tan difícil esto…
—Y, oye, una cosa —señalo la predicción que indica el fin de los VDLS—. ¿Y esto? Los VDLS ya terminaron, ¿verdad? ¿Por qué sale esto aquí? ¿Hay alguna división de los VDLS activa todavía?
—Que yo sepa, no. A mí también me tiene preocupada. Me da un poco de miedo. ¿Crees que nos pasará algo a los VDLS? Sabemos que Hugo y Rafael no salen más, y del resto de los VDLS no sabemos nada…
—No podemos permitir que os haga nada a los VDLS.
—Gracias… Pero no sé si dependerá de nosotros.
—Es muy difícil —digo, agarrando un puñado de pelos de mi cabeza—. Me bloqueo. No sé qué hacer con estas predicciones. No sé cómo sacarle partido…
Estrella mira con atención la hoja otra vez.
—Algo intentaré hacer con alguna de estas predicciones.
Al decir esto, llaman a la puerta. Es Lydia.
Al entrar, sin decir nada, me pide un abrazo.
—Me han despedido —dice—. Qué sorpresa, ¿verdad?
—Mierda… —digo.
Estrella se acerca y abraza a Lydia también. Las dos se abrazan en silencio por un largo rato.
—¿Cómo ha sido? —pregunto.
—Rarísimo —dice—. El jefe estaba raro e incómodo. No ha sido porque sí, te lo juro. Alguien ha hecho algo.
—¿Alguien relacionado con el calendario…? —digo.
—¿Por qué no? Saúl, Nora, alguien de su familia… Quién sabe. Cualquiera puede ser. Me han despedido para que la predicción se cumpla, lo tengo clarísimo, sinceramente.
—Tiene sentido —dice Estrella—. Hay gente que se mueve para que se cumplan las predicciones, así que me encaja mucho. ¿Para qué poner en peligro el calendario pudiendo cumplir la predicción a la primera?
—Qué impotencia… —digo.
—La gente que controla esto tiene mucho poder, ¿verdad? —dice Estrella—. Tenemos muy pocas armas contra ellos.
—Izan —dice Lydia, determinada—. Me vengo a vivir contigo. Usaré mis ahorros para pagarte alquiler y comida, no te preocupes. Me vengo aquí para luchar full time contra la gente del calendario y que esto se resuelva, pero ya. ¡Qué rabia de gente! ¡Qué pesados son!
—¿Seguro? —pregunto—. Bueno… Tal vez me venga bien. No te preocupes por el dinero, te lo dejaré por el mínimo. O incluso te lo puedo dejar gratis hasta que termine el mes de febrero y acabemos con esto.
—Gracias… Pero te pagaré, cállate —dice, y me pega una hostia en el hombro. Estrella se ríe un poco.
—Yo también quiero ayudar en todo lo que pueda —dice Estrella—. Faltan solo dos meses y medio, ¿no? Haremos algo. Ellos tienen información y poder, pero nosotros también somos bastantes y hemos ganado mucha experiencia con todo esto.
—Sí… —digo—. Pero no sé muy bien qué hacer. Es tan difícil.
Tanto Lydia como Estrella me dan un golpe en cada hombro. Se han coordinado a la perfección.
—Con la cabeza alta —dice Lydia—. ¡Que es a mí a quien han despedido!
La actitud de Lydia me motiva. Está poniendo esa voz que me da tanta energía. Tiene mucho mérito que consiga esto el día de su despido.
—Es verdad. Va… ¡Con la cabeza alta!
Lydia está motivada y cabreada. Estrella sonríe y no deja de mirarla. Y yo… Me quedo mucho más tranquilo al ver que tengo dos aliadas de este nivel.
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