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Martes 20 de febrero de 2024

Joel Soler

Actualizado: 21 feb 2024


Capítulo 357


Anna ya no puede más, por mi culpa…


“Creo que se ha roto. Es mi culpa, y no sé qué hacer…”


 

    Anna quiere que duerma con ella. No sé si de verdad está en facultades, pero su forma de hablar me parece la de siempre, solo que… Temblando.

    También tiene claro que no quiere que Oliver venga. Quiere que me acerque a ella. Que duerma con ella.

    En el caso de que, como dijo Oliver, Anna haya recordado el momento de su muerte, y la identidad de su asesino… ¿Qué es lo que querría hacer conmigo ahora que me tiene delante? Si sabe eso… ¿Querrá hacerle daño a su asesino? Si fuera yo, me tendría miedo, pero… A lo mejor se ha roto del todo. Está muy mal, y ya no puede más…

    —Por favor… —insiste ella.

    Me acerco poco a poco y me siento en la cama. No me tumbo.

    De repente, Anna se abalanza sobre mí.

    Es un abrazo. Me abraza con todas sus fuerzas.

    Yo cedo, y me tumbo con ella. Nos miramos frente a frente.

    —Anna… ¿Qué está pasando? ¿Has recordado muchas cosas de tu otra vida…?

    —Muchísimas —dice, conteniendo sus ganas de llorar—. Ahora lo que siento es que te echaba de menos… Que necesitaba volver a verte…

    —¿Me echabas de menos? Espera… ¿Eres la Anna de este mundo, o del anterior?

    —Soy la Anna de este mundo. No podía seguir esperando, Izan… Me mataba por dentro esperar, y Oliver se comportaba tan raro, que lo obligué a hablar conmigo. Además, poco a poco… Los recuerdos empezaban a venir a mi mente.

    Es lo que me contó Lydia. Conforme nos acercamos al veintinueve de febrero, los recuerdos están empezando a desbordarse poco a poco, y más en gente con sensibilidad para esto como Anna.

    —Oliver me dijo ayer que él tenía todos los recuerdos de los dos mundos anteriores, y que preparó todo lo del calendario. Me contó todo lo que hiciste, y fui yo misma a que Pol me diera una respuesta fiable. Pero, al mismo tiempo… Soy la del anterior mundo. Muchos de sus recuerdos reprimidos se han diluido en mí. Todo un año entero de vivencias tan distintas… No sé como no ha colapsado mi cabeza, vamos…

    —Es extraño… —digo—. Mi personalidad actual y la anterior casi no se han mezclado en todo este tiempo.

    —Pol me avisó de que, en mi caso, podría ser diferente. Tú y Oliver tenéis la conexión con los Voyat por el calendario, así que funcionáis de una manera. Los demás no estamos protegidos por los Voyat, así que todo es más caótico. Nos abandonan a nuestra suerte.

    —Joder, sí que sabe Pol sobre la materia después de un solo día con Olivia…

    —Sí. Por eso he tenido que adaptarme a todo este torrente de nuevos recuerdos. Ha sido muy duro…

    —Por eso te has quedado inmovilizada durante más de un día…

    —Por eso, y porque pude sentir mi muerte.

    —Oliver dijo que fui yo el que te mató… ¿Es eso verdad?

    —No sé quién es mi asesino —dice.

    —¿Qué? —casi grito, pero lo he conseguido susurrar—. ¿Cómo puede ser?

    —Te puedo decir algo que seguro que te quitará un peso de encima: sé que no fuiste tú. Sobre ti he recordado muchísimas cosas, y la mayoría eran buenas… Aunque también hubo cosas muy malas. Cosas torpes, ya sabes… Pero no fuiste malo. Yo te mareé mucho, por no saber lidiar con mis recuerdos de la primera versión de todas. Sé que la segunda versión de ti fue muchísimo mejor… Y que el tú actual es el mejor de todos. Por eso te quiero.

    Quería contestar que qué podía decirme sobre su muerte, pero eso último… Me ha desarmado por completo. No me lo esperaba.

    —Así que no sé quién me mató —sigue—, pero sé que no fuiste ni tú, ni Nora.

    —¿Nora? ¿Qué pinta ella aquí?

    Es verdad… Oliver dijo que Anna repitió el nombre de Nora durante buena parte de la sesión con Pol. Eso quiere decir que Nora estaba ahí.

    —Ese día quedé con Nora —dice Anna—. Fue el veintisiete de febrero. Ella me iba a ayudar a arreglar las cosas contigo.

    —¿En serio? ¿Nora…?

    —Sí. Eso lo recuerdo bien. Entonces, estando yo delante, pero escondida, ella te llamó. Fue por videollamada, así que te vi en tu casa. El plan era que quedases con ella, para que yo apareciera por sorpresa. Ahí, aclararíamos muchísimas cosas los tres… Ya que las cosas entre Nora y yo habían cambiado, y ella estaba segura de que, si nos demostraba que el veneno de tu vida, que era ella, desaparecía… Nosotros podríamos empezar a florecer. Así lo dijo.

    —¿Qué…? Creo que me cuesta mucho seguir esto… No lo entiendo, y no se parece en nada a lo que me dijo Oliver.

    —Después de la llamada, apenas dos o tres minutos después, mientras ella y yo hablábamos… Alguien me disparó por la espalda. Lo último que vi es la cara de Nora, horrorizada, con mi sangre en su ropa… Y ese fue mi final.

    …

    No me lo puedo creer. Me estoy mareando. No puede ser…

    —Cuando Pol me hizo esa sesión… Recordé la cara de Nora, y la llamé una y otra vez. Quería abrazarla… Qué raro, ¿verdad? Ahora mismo, todavía me cuesta entender qué relación teníamos…

    —No… No sé qué decir. No sé por dónde empezar… No…

    —Izan. Abrázame.

    Hago caso sin pensármelo dos veces. Nos abrazamos muy fuerte.

    —Bésame.

    También sin pensarlo, le doy un beso en la frente. Es lo que me nace.

    —No —dice ella—. Bésame de verdad. Por favor.

    —No, Anna… Ahora no…

    —He recordado todo lo que sentía por ti. Todo lo que éramos. Si con solo un olor, o una canción, sentimos todo aquello… ¿Qué crees que siento ahora que recuerdo casi todo?

    —Pero ahora no estás en condiciones de… O sea, estás confusa, con todo…

    Anna me besa.

    Mi primera intención era apartarme, pero… No he sido capaz. Nos besamos, y vuelvo a sentir el olor, oír la canción, y sentir cosas que no puedo ni explicar. Sin embargo, sé que no me está besando a mí… Está besando al anterior Izan.

    Al final, consigo apartarme un poco.

    —Puedo dormir contigo, pero será mejor que no hagamos esto. Al menos por ahora…

    Ella no contesta. Solo apoya su cabeza en mi pecho, y llora.

    Puedo sentir su dolor. Que no puede más.

    Yo la abrazo y le acaricio el pelo.

    Está llorando. Yo también quiero llorar… Pero me gustaría hacerlo cuando todo esto termine. Quiero dedicar el uno de marzo solo a llorar, y aguantar hasta entonces.

    Así, abrazado a ella, poco a poco voy perdiendo el conocimiento, por todo el cansancio y el desvelo acumulado…

 

    No sé qué hora es.

    Ya es por la mañana, eso seguro.

    Me ha despertado un ruido, me parece.

    Al girarme, veo que el ruido venía de alguien que acababa de entrar en la habitación.

    Es Oliver…

    —Vete.

    —¿Eh…? —digo, un poco desorientado. Anna sigue durmiendo conmigo—. Escucha, Oliver… Tenemos que hablar.

    —Vete. Anna ya está mejor, ¿no? Pues ya te puedes ir.

    —Escucha —digo, incorporándome—. Hay algo importante sobre el mundo anterior que te tengo que decir…

    —No. Tú tenías que avisarme si ella se ponía mejor, y no lo has hecho. Así que eres tú el que ha decidido que ya no hablamos más. ¡Ahora vete!

    —¡No! Escucha, es muy importante.

    Sin esperármelo, Oliver me agarra del pelo y tira con fuerza.

    —¡Vete! ¡Si te veo un segundo más no sé lo que te puedo hacer!

    —¡Suelta! ¡Me haces daño!

    —¡Pues vete! Si Anna me tiene que decir algo, que me lo diga ella. ¡Contigo no tengo que hablar nada más!

    Oliver me arrastra con toda su fuerza hasta la puerta. Yo hago caso y me voy. No creo que sea capaz de escucharme. Espero que Anna se lo diga.

    Yo no puedo hacer mucho más… Nunca había visto a Oliver así… Y creo que nunca había visto a nadie así. A su padre, tal vez, cuando me pegó aquella paliza.

    Creo que lo entiendo… Él ya no confía en mí, pero he conseguido que vuelva a sentirse traicionado otra vez. Hasta en las pequeñas cosas, termino fallando a Oliver… Yo también querría tirarme de los pelos.

    Pero yo no maté a Anna. Eso tiene que saberlo. Sé que no cambiará nada entre nosotros, y que siempre me odiará por otras muchas cosas, pero necesito que eso lo sepa.

    Hoy no podré.

    Vuelvo a casa. Necesito procesar esto.

 

   Por la tarde, Anna me escribe. Dice que Oliver entiende que yo no la maté en el segundo mundo pero, tal y como pensaba, eso no cambia mucho las cosas entre nosotros.

    No ha querido contarme gran cosa sobre su conversación con Oliver. Los dos tienen recuerdos del anterior mundo… Es posible que yo no pinte nada en esa conversación. Es como si Oliver se hubiese podido reencontrar con la anterior Anna… Y yo me he pasado mucho tiempo sin informar a Anna, dando por hecho que me esperaría con paciencia… Entiendo que es justo que no quiera darme detalles ahora.

    No sé qué hacer. No sé qué pensar.






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