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Sábado 24 de febrero de 2024

Joel Soler

Actualizado: 25 feb 2024


Capítulo 361


Oliver está furioso


“Yo también lo estoy. Encima no puedo acceder a mi móvil…”


 

    Estoy en una de esas habitaciones que suelen tener personas como Olivia y Jordi, para tenerme encerrado, pero con una pantalla para que yo vea cosas. Es como el día del Proyecto Esmeralda, pero sin barrotes y en una habitación más limpia. Supongo que Jordi tiene más clase.

   Ahora mismo me está cotilleando el móvil. Estoy en ese punto de mi vida en el que eso ya me da igual.

    —No me puedo creer que apuntes cosas cada día en esta cuenta privada —dice Jordi—. Creo que voy a escribir como si fueras tú.

    —Haz lo que te dé la gana. Es privada.

    —Entonces puede que tenga que escribirle a Lydia y compañía y decirles que estás bien.

    No sé cómo salir de esta. Si es como me dijo ayer, tiene ya un plan definido que termina conmigo y con Oliver muertos el día veintisiete o veintiocho, según cómo avancen sus planes. Jordi romperá el calendario uno de esos dos días, y no necesita sacarme de aquí hasta ese momento.

    Creo que es muy probable que haya perdido, por no saber jugar… O por no poder jugar más.

    Si pudiera hacer una sola cosa, sería intentar que las predicciones no se cumplan. Si Saúl sabe que he desaparecido y que las predicciones no se están cumpliendo, podrá usar sus reinicios para conseguir más y más pistas cada día, hasta poder sacarme de aquí.

    Ahora mismo no puedo hacer nada más… Y dudo que dependa de mí.

    —Mira —dice Jordi—. Le he escrito al grupo de los CDLS. He dicho: he tenido que irme lejos para seguir a Oliver y a Anna. No puedo hablar mucho, pero juro que me aseguraré de que se cumplan las predicciones. Volveré lo más pronto posible.

    Hostia… Qué cabrón. Me lo he creído hasta yo, en parte. Solo espero que alguno de ellos no se lo crea, y que empiecen a moverse desde ya.

    —Bueno, Izan… Esa tele está protegida para que no puedas romperla, ni apagarla, ni silenciarla. Quieras o no, tendrás que ver, o como mínimo escuchar, lo que salga por ahí. Eso quiere decir que verás cumplida la predicción en un rato. ¡Deséame suerte! Que Oliver no sabe que estás aquí, y tengo que conseguir que se enfurezca sin que le parezca raro que eso no ocurra delante de ti.

    —Eres un capullo…

    —¿Sabes? —dice—. Ahora que he recordado mi vida en el mundo anterior… Te puedo garantizar que soy incluso peor de lo que te piensas. Pero también soy mucho más listo que tú. He estado haciendo cosas mientras tú cumplías de forma pasiva las predicciones, ¿sabes? Pero ahora lo verás.

    No. No pienso mirar ni escuchar. Tengo que evitar que se cumpla la predicción. Saúl necesita varios reinicios para poder hacer algo. Si lo que sabe de mí es que me he ido a seguir a Oliver, y justo la predicción de Oliver enfurecido no se cumple… Él lo tiene que notar. Es en lo primero en lo que pensará.

 

    Me tienen esperando hasta la noche. Por fin, veo en la pantalla a Oliver y a Jordi. Procuro hacer lo posible por no escuchar la conversación… Pero hay palabras que se cuelan. Por ejemplo, Oliver pregunta, muy enfadado, por Nora. ¿Qué pasa con ella…?

    El enfado de Oliver se puede intuir, aunque tenga las orejas tapadas. No tiene ningún sentido lo que estoy haciendo. Puedo escuchar sus gritos, y sé de lo que es capaz Jordi. Para lo único que sirve lo que estoy haciendo es para no enterarme de nada.

    Al final, caigo y termino escuchando lo que dicen. No lo puedo evitar.

    —¡Si Nora lo supo hace días, ¿por qué no me dijo nada?!

    —¿Qué pregunta es esa? —dice Jordi—. ¡Es Nora! Ahora mismo te odia por lo que le estás haciendo a toda su lista.

    —Déjate de tonterías de la lista de Nora. Esto es un tema serio de verdad. ¡Nora sabe quién es el asesino de Anna! ¡Ella estuvo delante!

    —Exacto. Te puedo confirmar que ella lo recuerda.

    —¿Y tú? ¿Sabes quién mató a Anna? ¿Nora no te dijo nada?

    —Nora me odia. No me quiere decir nada. Pero, cuando le dije un nombre, para probar suerte… Su cara cambió, como si quisiera ocultarlo.

    —¿Has dicho que le dijiste un nombre…? ¿Por qué le ibas a decir un nombre? ¿Es que tú sospechabas de alguien?

    —Por lo que me has contado. Piénsalo… En realidad, es fácil, si le das media vuelta.

    Jordi se acerca a Oliver. No puedo escuchar lo que dicen. ¿Están hablando de quién es el asesino de Anna?

    —¡Eh! —grito—. ¡Oliver, estoy aquí! ¡Oliver!

    Nadie me oye. Nadie reacciona en la pantalla.

    Oliver ha terminado de escuchar a Jordi, y su cara está desencajada.

    Ha empezado a gritar. Está chillando con todas sus fuerzas. Está golpeando la pared. No sé lo que le ha dicho Jordi… Pero ha terminado con el poco aguante que le quedaba.

    —Ve a comprobarlo —dice Jordi—. Estoy seguro de que Nora te lo dirá.

    —Ninguna… ¡Ninguna! —dice Oliver. No entiendo a lo que se refiere—. No me puedo confiar… Es tan… Tan…

    —Lo sé. A mí, qué quieres que te diga. No me sorprendió.

    —¡Ni un solo Izan es de fiar! —grita Oliver, dando golpes en el suelo.

    ¿Ni un solo Izan…? ¿Qué quiere decir? Pero si no fui yo el que mató a Anna. No fue mi anterior versión. ¿De qué habla…?

    —Eso te pasa por juntarte con gente tan falsa, Oliver. Yo solo soy falso con mis enemigos, pero voy de frente con mis amigos.

    —Tengo que matarlo… —dice Oliver.

    —Escucha. Yo siempre te diré la verdad. Lo sabes, ¿no?

    —¿Tú…? —dice Oliver, mirando a Jordi de arriba abajo.

    —Cuando no sabes quién soy, te engañaré. Cuando por fin lo sabes, iré de frente. Esa es mi política. Yo no tengo recuerdos del otro mundo, así que no tengo la necesidad de romper el calendario.

    ¡Mentira! ¡Le está mintiendo! Si Oliver pudiera escucharme…

    —Pero no te fías de mí —dice Oliver—. Crees que, si yo sigo adelante, podría reiniciar el mundo.

    —Exacto. No quiero que reinicies el mundo. Por eso quiero que rompamos antes el calendario. Que encontremos a Izan, lo matemos, y luego rompas el calendario delante de mí, antes de llegar al día veintinueve. Si lo hacemos así, podremos fiarnos el uno del otro, porque querremos lo mismo.

    —Antes de encontrar a Izan, tengo que ir a matar al otro Izan.

    ¿Al otro Izan…?

    —Quién sabe… —dice Jordi—. Puede que, siendo también un Izan, el viejo Gris haya recuperado los recuerdos del día que mató a Anna en la anterior versión de la historia… Y que se lo esté callando, esperando en el asilo a que alguien venga a acabar con su vida, y purgar sus pecados. Le pega tanto… ¡Qué trágico!

    ¿Gris…? ¿Acaba de decir Gris…?

    —Hablaré con Nora para que me diga todo lo que sabe… Y luego mataré a Gris.

    Oliver sale corriendo, y Jordi se queda solo.

    —Izan —dice, mirando a la cámara—. No me esperes despierto, cariño. No iré a verte, así que, si me quieres preguntar algo, tendrás que esperar a mañana cuando te traiga el desayuno a la cama. Dale vueltas a la noche para pensar. Chao.

    La tele se apaga.

    Las luces también se apagan.

    No puedo salir de aquí de ninguna manera.

    No puedo dejar de pensar en que Gris mató a Anna en el anterior mundo.

    Me gustaría decir que no me lo creo, pero… ¿Quién más pudo dejar pruebas que apuntasen a Izan Robles, si no es alguien con mis huellas?

   

    Pasadas unas horas, me entra mucho sueño. No sé ni qué hora es.

    No quiero creerlo… Siento que algo falla. Puede que encaje, pero… ¡Es Jordi el que lo ha dicho! Y acabo de ver a Jordi mentir a Oliver en su cara. Le ha dicho que no tiene recuerdos del otro mundo, pero sí que los tiene. Puede haber mentido en eso también. Su objetivo era hacer que Oliver se enfureciera… Y le ha nombrado a un Izan como culpable para conseguirlo. Es demasiado oportuno. Pero, entonces… ¿Quién mató a Anna?

    Pido a los Voyat que me guíen. No sé si eso tiene sentido, pero estando tan cerca del veintinueve de febrero, y estando en mi cabeza… ¿Quién sabe?

    Mientras empiezo a perder el conocimiento por el sueño, me parece tener a un Izan frente a mí. No sé si estoy soñando, o si estoy viéndolo de verdad. Viéndome de verdad…

    —¿Eres el otro Izan…? ¿El de la anterior vida…? —digo.

    —No —dice—. Ese Izan no.

    —¿Entonces quién eres…?

    —Necesito que me digas quién fue testigo de la muerte de Anna en el segundo mundo.

    —¿Qué…? ¿A qué te refieres?

    —¿Alguien lo vio? ¿Anna no te ha contado si estaba con alguien?

    —Con Nora… —digo.

    —¿Con Nora? ¿Estás seguro?

    —Sí… Nora estaba con Anna. Eran amigas… Y Nora vio con horror como alguien mataba a Anna…

    —Nora… Pues claro. Por eso Nora colapsó el veintisiete de febrero… ¡Muchas gracias, otro yo!

    —Pero… ¿Quién eres…?

    —Si tienes alguna pregunta sobre tu momento actual, hazla antes de que desaparezca. A lo mejor hemos conectado porque tú tenías una respuesta para mí, y yo una para ti.

    —¿Qué dices…?

    —Qué he pedido que alguien me dé la respuesta. ¿Quién era el testigo? Y has aparecido tú. Y estoy seguro de que no es un sueño. Ahora dime… ¿Qué has preguntado tú?

    —¿Yo…? Que quién es el asesino de Anna…

    —Claro. Tú tienes la versión de Anna, que solo vio a su testigo. Yo tengo la versión del asesino, que no me quiso contar quién era el testigo. Ninguno debió de tener la versión de Nora, que sabía las dos cosas. Yo necesito que Nora nos diga quién era, para que Oliver me crea, y tú… Espero que tengas suerte.

    —¿Quién era el asesino…? ¿Lo sabes…?

    —Sí. Sé quién es.






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