Sábado 25 de marzo de 2023
- Joel Soler
- 25 mar 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 11 oct 2023
Capítulo 25
Gran día en el mercado
“Bien, un pronóstico optimista. A pasarlo bien y a desconectar.”
Mi paseo por el mercado comienza con Lydia apartándome de todo el mundo para que le cuente con todo lujo de detalles lo de Frank, ya que al final me fui a dormir sin comentarle nada.
Cuando nos reunimos todos, nos vamos a nuestra cafetería de siempre, donde trabaja nuestra amiga Julia. Yo consigo ser hábil y detectar el momento en que Abril elige una silla para sentarme a su lado.
El rato en la cafetería es muy agradable. Lydia está exaltada y divertida. Soy el único que sabe que es su forma de soltar su energía por todo lo que lleva encima asimilando lo del calendario.
Julia, la camarera, a veces charla con nosotros en la mesa. Antes era Anna la que trabajaba en esta cafetería, y así es como la conocimos. Los últimos meses de Anna como camarera en este sitio fueron los primeros de Julia, y durante ese tiempo fueron compañeras. Se llevan bien, y cuando venimos con Anna, siempre se acerca a hablar con nosotros. Es el tipo de persona que siempre nos pregunta qué pasa si alguien suspira o deja caer que no está en su mejor momento, por lo que siempre acaba dándole consejos y ánimos a Serena cuando trae uno de sus problemas laborales o burocráticos.
Como suele pasar, Lydia, Anna, Abril y Serena son las que más hablan, mientras que Iris, Oliver y yo estamos mucho más callados. Quien se sienta a mi otro lado, de hecho, es Oliver. A veces, cuando la charla va por un lado que nos interesa menos, hablamos él y yo en un tono más sosegado. Es una persona que me da mucha tranquilidad, aunque sea el hermano de mi expareja. Él sabe que yo no terminé bien con Nora y por eso nunca me habla de ella. Creo que quiere llevarse bien conmigo sin que nuestra conexión pasada nos condicione, y yo estoy de acuerdo con eso. ¿Qué culpa tiene él de ser el hermano de Nora?
—Entonces, ¿tú también conoces a Estrella? —me pregunta.
—Sí, yo debo de haber sido el último en conocerla. Oye, pero… El sábado pasado la vimos, y no me suena que te saludase a ti.
—Bueno, no tenemos casi ninguna relación. Estrella visitaba algunas veces a mi abuela, y como hubo una época en que tuvimos que cuidarla en casa, Estrella vino varias veces, ya sabes.
—Qué raro. ¿Qué tipo de contacto tenía con tu abuela?
—Unas veces nos decían que Estrella era su cuidadora, y otras que daban clases… Yo nunca me enteré.
—Ya veo… Y, si venía mucho a tu casa, imagino que debía conocer a Nora también, ¿no?
—Sí, pero casi nunca hablaron, por lo menos que yo recuerde.
No me gusta eso. Saber que una persona como Estrella, que me dice cosas raras como que quiere hablar conmigo porque tengo una energía rara, resulte ser conocida de Nora… Me da muy poca confianza.
Cuando salimos de la cafetería, paseamos un buen rato por los puestos del mercado. Oliver está animado hoy, porque Anna y Abril están tirando de él para que no sea tan tímido. Otras veces es a mí a quién le hacen eso, y otras a Iris. Rotación de gente tímida. Iris y yo caminamos por detrás del grupo, riendo con lo que hacen los demás y hablando poco o nada. Ella es una chica que nos acompaña muchas veces, pero que prefiere escuchar antes que hablar. Sonríe mucho y es agradable, pero poco más es lo que puedo añadir.
El grupo se va despidiendo gradualmente hasta que me quedo a solas con Abril. Como la otra vez me acompañó a mi casa, considero que hoy me toca a mí.
—No tengo ni idea de cuál es mi elemento favorito, lo siento.
—Muy mal, Izan. Todos conectamos con un elemento. Va, si tienes que decir uno… ¿Cuál es? El primero que te venga a la mente.
—Fuego.
—¿Fuego? ¿Por qué fuego?
Me da un poco de vergüenza decir el motivo, pero me siento cómodo hablando con Abril, así que lo haré igual.
—El personaje que uso en el juego de rol online al que juego los domingos usa el fuego como principal arma. Su mejor hechizo es unas cadenas de fuego que apresan a un grupo de enemigos. Estoy obsesionado con ese ataque. Así que… Sí, fuego.
—¡Me encanta! La elección y el motivo —yo sonrío casi como un niño sin darme cuenta—. El fuego es mi favorito también. Es el elemento de Aries, pero no sabría decirte si es por eso. Me gusta mirar el fuego, y me gusta imaginarme con llamas cuando hago algún movimiento en un deporte.
—¡Podríamos hacer eso en un videojuego! —le digo—. Hay juegos donde puedes crear personajes y darles habilidades. Se me ocurren dos o tres con buenas opciones de edición y que puedo confirmar que tienen la opción de añadir jugabilidades de fuego.
—¡¿En serio?! Eso me lo tienes que enseñar en algún momento.
Lástima que hemos ido para su casa y no para la mía. Hubiese sido una buena oportunidad para invitarla a subir.
Me gustaría pedirle si quiere venir mañana y creamos al personaje, pero no me atrevo. Me imagino sonando ridículo, tomándome demasiado en serio su respuesta. A lo mejor me lo ha dicho solo por decirme algo agradable. No lo sé.
Por el camino también hablamos del relato de Aries. Lo que más ilusión le hizo fue saber que tuve en cuenta su fecha de nacimiento para pasárselo. La conversación se vuelve todavía mejor cuando le cuento todos los detalles que tiene el relato sobre ese signo y que ella no se fijó. En realidad yo los sé por Estrella, pero no creo que a Abril le importe ese detalle.
Una vez llegamos a su casa, charlamos veinte minutos más frente a su puerta y luego nos despedimos. Siento que el abrazo es más largo y cariñoso que otras veces. Mi corazón me pega un puñetazo desde dentro. Al terminar de abrazarnos me besa en la mejilla, se separa de mí, me sonríe y me hace un gesto con la mano para despedirse. Yo imito el gesto y me quedo ahí quieto. No quiero ni pensar cuanto rato he tardado en reaccionar.
Me voy a casa sin poder pensar en otra cosa. Ha sido un gran día.

Comments