Capítulo 54
Paso el día investigando
“Pero investigando el qué.
No me lo dice para que no pueda adelantar faena, muy feo eso.”
Me da rabia porque, por culpa de la ambigüedad de la predicción, no he parado de darle vueltas a las diferentes posibilidades. Mi apuesta es que investigaré algo de Estrella o del calendario, pero es domingo, así que puede tener que ver con los VDLS. O tal vez tenga que investigar cualquier otra cosa mágica o rara que me proponga Estrella. O tal vez investigo a Jordi, ya que hoy es su santo y, si mal no recuerdo, ha quedado con Lydia. Algo no me cuadra con esa persona. Quién sabe.
Los nervios de todos estos pensamientos mezclados me han hecho hacer algo que tal vez no debería de haber hecho. Le he mandado mi ubicación a Estrella para que tengamos la reunión aquí, en mi casa. Mi pensamiento al hacerlo ha sido que, si VDLS me habla, estaré ahí mismo para contestar y no perder la oportunidad. También para enseñarle el calendario en casa, porque no me gusta llevármelo a la calle. Siempre que lo he hecho, he tenido la paranoia de que se me va a perder, y no quiero que lo encuentre nadie.
¿Estrella es peligrosa o no? En ese momento ni lo he pensado. Es como si mi intuición me dijera que no lo es, que me puedo fiar de ella. Que a mí no me quiere hacer ningún daño. Pero, por otro lado, hasta hace nada le tenía miedo, y el cambio solo viene motivado por esa intuición y por el alivio de que ella no haya matado a nadie. Al menos que yo sepa. No creo, ¿no?
Ni rastro de VDLS a lo largo de la mañana. Mientras espero, juego con Liam. Está un poco confuso con las cosas que le cuento.
[Liam. 11:43]
Pero entonces Estrella es la que te mola.
¿No?
[Izan. 11:44]
No.
Estrella es la bruja.
[Liam. 11:46]
Ah
La loca de los poderes.
Vale.
¿Y viene a tu casa?
[Izan. 11:48]
Sí, eso parece.
[Liam. 11:50]
¿Pero esa no era la enemiga de tu amiga o algo así?
[Izan. 11:52]
Sí, pero tenemos asuntos que tratar sobre cosas raras que me pasan…
La verdad es que más de una vez me he planteado contarle lo del calendario a Liam. Siento que lo entendería o como mínimo que me seguiría el juego. Sería una forma fácil de hablar del tema con alguien sin que me atosigue demasiado. Pero siempre muestra poca curiosidad, aunque yo tire alguna indirecta. Yo creo que, si se enterase de qué va la cosa, se motivaría bastante por lo fantasioso de la situación.
[Liam. 11:54]
Tú lo que quieres es no salir de casa.
Te entiendo bien.
[Izan. 11:56]
La verdad es que es un buen motivo.
En mitad de la charla, llaman a la puerta. Habíamos quedado dentro de más de media hora. Estrella debe de ser el tipo de persona impaciente que no respeta los horarios. No le pega nada, en cualquier caso. Podría haber avisado como mínimo.
Cuando abro la puerta, no me encuentro a nadie. En cambio, lo que me encuentro es una nota en el suelo. Empiezo a ver normal este tipo de cosas en mi vida. No creo que sea nada relacionado con el calendario, ¿no? Es demasiado pronto…
Al mirar lo que hay escrito en ella, leo un mensaje que me descoloca del todo.
“No dejes que Iris y Eric se sigan acercando.”
Corro al balcón a ver si veo salir a la persona que ha hecho esto, pero no veo a nadie. O ha salido ya a toda velocidad, o sigue dentro del edificio. Corro escaleras abajo a ver si lo encuentro escondido en algún rellano o en el portal, pero nada. Se me ha escapado.
Mientras estoy en el portal intentando pensar en lo que ha pasado, aparece Estrella. Al final sí que ha llegado pronto.
—¿Me estabas esperando? —me pregunta con una sonrisa amable.
—¡Hola! Todavía no es la hora, yo estaba aquí por otra cosa —ha sonado rarísimo lo que he dicho, pero ya me da igual todo.
—¿Subimos?
—Sí, subimos…
Mientras entramos en mi casa, pienso en qué le voy a contar. ¿Todo? ¿Calendario, VDLS, olores, visitas extrañas e incluso esta carta de última hora?
Una vez dentro, empieza a hablar ella.
—Izan… Sé que no hemos venido a hablar de Lydia, pero… Necesito que entiendas que todo lo que ella recuerda de mí, forma parte de un pasado que me da asco. Ya no soy así. Y aunque hubiese algo de verdad a día de hoy, a ti no te haría nada.
—Entonces las cosas que me contó fueron verdad en algún momento, ¿no?
—No sé como te lo contó, pero es muy posible que sí. La traté muy mal y la amenacé. Nos hicimos muchísimo daño la una a la otra, pero creo que, al final, todo quedó en que yo era el monstruo y ella tuvo que escapar de mí. Puede que fuera así, no lo quiero negar. Ni siquiera puedo decir con seguridad que recuerde todo lo que pasó en aquellas últimas discusiones entre ella y yo… Pero sé que Lydia es muy honesta en ese sentido, y creo que lo recuerda mejor de lo que me gustaría.
—De acuerdo. Yo no quiero opinar, no estuve allí. La gente puede cambiar, o eso se dice, ¿no?
Después de ese preludio, donde no tengo ni idea de qué más aportar, y tampoco creo que ella necesite que yo diga nada, porque solo quería expresarse, empezamos a hablar de los temas para los que hemos quedado.
Lo primero que hago es preguntarle si ha visto a alguien salir de mi edificio o correr por la zona. Ella niega, y yo le enseño la nota.
—¿Iris es la amiga de Serena? ¿La Iris del mercado?
—Sí, esa es. Y Eric es mi amigo del trabajo.
—¿Alguien te ha escrito esto y te lo ha dejado en la puerta ahora mismo?
—No sabes nada de esto, ¿no? ¿No puedes detectar la energía del dueño de la carta o algo?
Estrella sonríe, casi con compasión.
—No funciona así, Izan. Me gustaría ayudarte con esto, pero no creo que pueda.
—No pasa nada… Mira, lo mejor será que te muestre el calendario.
Ella asiente y yo voy a la mesa donde tengo las dos hojas preparadas. Se las enseño y le explico qué es lo que me ha estado pasando todo este tiempo. Lo examina durante lo que a mí me parece una eternidad. Toca el papel, cierra los ojos, lo mira por diferentes lados, repasa con el dedo todas y cada una de las predicciones de los dos meses…
—¿Quién te ha dado estos calendarios?
—El primero llegó por debajo de mi puerta el día uno de marzo a primera hora. Para el segundo, alguien se lo entregó a una niña que vive en este edificio, y ella me lo dio el último día de marzo. Estoy preparado para interceptar al que me los está dando, porque seguro que en mayo me traen otro.
Estrella señala la predicción que indicaba que probaría una bebida rara.
—Ese día… Tú sabías que yo te daría una bebida inusual porque lo pone aquí, ¿verdad?
—Así es. No pone que seas tú, pero lo fui pensando por el contexto.
—Y aquí, la pelea entre Lydia y yo… Tú lo sabías —señala el día de la pelea y me mira con más intensidad que las otras veces.
—Sí. Lydia también lo sabía. Como ya te dije, ella sabe de todo esto.
—Entiendo… —sigue mirando con mucha atención cada predicción. Señala la del día de hoy—. Así que hoy investigarás. ¿Por eso estoy aquí? ¿Para ayudarte a investigar?
—No sé si me ayudarás o no. En realidad, estás aquí porque quería hablar contigo antes de, bueno…
Estrella mira la predicción del martes que viene.
—Antes de que desaparezca, ¿verdad?
—Sí, antes de que desaparezcas… ¿Qué significa esa predicción? ¿Vas a desaparecer?
—No me extrañaría nada…
—¿Por qué? ¿Estás en peligro?
—¿Yo? Quién sabe… —Estrella suelta el calendario y se queda mirando al suelo.
—¿No me lo vas a contar? Yo te he contado lo del calendario, y creo que debería saber…
—¡Esto no tiene nada que ver! —después del grito, Estrella se me queda mirando con los ojos muy abiertos y se tapa la boca—. Perdón. No es nada relacionado con el calendario y tampoco es algo que te pueda resumir con facilidad. Dejémoslo ahí por el momento. No me pasará nada malo, Izan. Gracias por avisarme.
Una parte de mí siente que lo que me está diciendo es injusto. Yo le estoy contando muchas cosas, pero ella no quiere hacer lo mismo. Por otro lado, es verdad que yo lo hago para pedirle ayuda y que es improbable que yo la pueda ayudar con sus cosas, salvo que las predicciones del mes de mayo me den información muy valiosa que le pueda ser útil. Pero, para entonces, ya habrá desaparecido.
Ya que no me contará sus cosas, seguiré intentando que me resulte útil por lo menos.
—¿Cómo han conseguido crear un calendario así?
—¿Cómo? —me pregunta Estrella, sujetando el calendario de nuevo y pasando la yema de sus dedos por el papel—. Hay muchas maneras de conseguir esto. Cualquier persona que tenga acceso a según qué habilidades y objetos… Aunque es cierto que me parece avanzado incluso para lo que yo sé.
—Perdona, estoy un poco confuso. ¿Estás diciendo que es normal?
—Para la gente de a pie, no. Este tipo de… Magias, por llamarlas de alguna forma, no deberían involucrarse demasiado con las personas que prefieren vivir pensando que nada de eso existe. Ni siquiera con las personas que quieren creer, pero, en el fondo, no quieren profundizar hasta el lado más peligroso de esta disciplina. Personas como yo…
—Pero no me queda claro si sabes cómo lo han hecho.
—No lo sé, pero no es eso lo que me preocupa —Estrella aparta la vista del calendario y me mira con mucha seriedad—. Izan, no debería importarte tanto el cómo. Debería importante más por qué y quién. Esto te lo está haciendo alguien que te conoce y tiene motivos para hacerlo. Esa es mi teoría. Puede que esté errónea, pero no se me ocurre otra cosa. Esto no se hace por casualidad, esto está hecho a conciencia, con muchísimo trabajo, te lo aseguro. Tiene que ser algo muy personal…
—¿Pero yo qué le he hecho a nadie? Si yo no doy para más.
—Necesito entender si esto tiene que ver con la carga de tu energía. Hay mucho que pensar, Izan. De hecho, hay algo que tal vez debas saber, aunque no sé si ayudará en algo. ¿Recuerdas el día que nos vimos en el mercado? El primero, cuando nos cruzamos y te saludé de lejos.
—Sí.
—Yo no estaba ahí por casualidad. Ese día pasaba por una calle no muy lejana a la del mercado y, mirando en esa dirección, noté que había dos energías fuertes. Como la que solo veo en ti. Una era la tuya, pero me sorprendió que hubiese una segunda. Tenía que estar en el mercado esa otra persona. Me dirigí hacia allí y me acerqué expresamente a donde estabas. No fue casualidad que me cruzase con tu grupo. Por desgracia, para cuando llegué, la energía había desaparecido. La busqué por todas partes, pero no la encontré.
—¿Qué…? Espera. No proceso. No entiendo nada. Mejor dime qué conclusión sacaste de todo eso, y con palabras que incluso yo pueda entender, por favor.
—Que me acerqué al mercado por si había otra persona como tú, pero esa persona desapareció. Así que, o bien esa persona puede esconder su energía, o bien se fue antes de que yo llegase. ¿Entiendes? O bien estaba en el mercado ese día, o bien te siguió durante un rato y luego se marchó.
—Pero… No entiendo. ¿Qué pasa con que otra persona tenga esa energía?
—Pues pasa que a lo mejor esa persona tiene relación con todo lo que te está pasando. Que los dos estéis marcados por el mismo origen. Esa persona podría ser otra víctima como tú, o podría ser el culpable.
—Mismo origen, misma energía… ¿Crees que esa persona puedo ser yo mismo? Un segundo yo.
—Lo dices por lo que has comentado de que crees que esta es tu letra, ¿verdad?
—No lo creo. Es mi letra.
—Quién sabe… Hay magias que desconozco. Lo único que sabemos es que no podemos descartar nada de primeras.
—Pero… ¿Tiene sentido entonces? ¿Puede haber un yo del futuro o de una realidad alternativa?
—Me parece un poco bestia. Por ahora es un poco pronto para pensar que es eso. Además… Te he dicho que era el mismo tipo de energía que tú, pero se percibían muy diferentes. La otra persona tenía una energía mucho más oscura, y se sentía distinta en otros pequeños detalles. Intentaré averiguar quién es, ¿vale? Tal vez eso nos ayude a entender qué te pasa…
—Pero si desapareces, no me podrás ayudar…
—Si desaparezco, intentaré volver, ¿vale? No te preocupes. Te quiero ayudar, Izan.
El móvil de Estrella empieza a sonar. Ella mira y pone cara de molestia.
—Te tienes que ir, ¿verdad? —digo con pocas energías.
—Escucha… Te voy a pasar ahora algunos enlaces. Son páginas sobre cosas donde puedes preguntar por ciertos fenómenos paranormales, o puedes ver teorías y situaciones de otras personas. Quiero que le eches un vistazo a eso y busques si algo te resuena. Hay muchas cosas que yo no sé, así que investigaremos los dos. ¿Te parece bien?
—Sí, sin problema… Mi plan para hoy era investigar. Lo pone en el calendario.
—Hablaremos pronto. Si el martes por la tarde no he desaparecido, estaré en la cafetería de siempre.
—De acuerdo… —saber dónde estará el martes me hace pensar que por eso me enteraré de su desaparición. Iré a ver si está, no estará y por eso está apuntado que ha desaparecido. Estrella sabrá de estas cosas, pero, como a casi cualquiera, le queda grande entender cómo moverse usando las predicciones…
—Hasta la próxima, Izan. Gracias por invitarme. Nos vemos.
Cuando abre la puerta para salir, se queda quieta mirando al suelo un segundo.
—¡Izan! Creo que tienes otra nota.
Me asomo y corro a recogerla. La leo en voz alta.
—“Ignora la nota anterior. No molestes a Iris y a Eric.”
—Entiendo por qué estás tan nervioso siempre… —me dice Estrella—. Si te enteras de a qué vienen estas notas, ya me contarás. Me voy a toda prisa. ¡Adiós!
—Adiós… —miro la nota otra vez. Es la misma letra que la de antes. Mismo papel, mismo todo—. ¿Se están burlando de mí…?
El resto del día lo paso investigando. Ni rastro de los VDLS, pero no importa, porque la semana que viene sí que estarán, y puede que ahí esté mucho más preparado para hablar con ellos con toda la investigación que voy a realizar estos días.
Investigación que, por otro lado, no será fácil. Estoy leyendo muchas cosas de los links que me ha pasado Estrella y no me entero de nada. Bueno, Roma no se construyó en dos días, o algo así. No me sé el dicho. Da igual. Si hay cosas raras en este mundo que puedan llevar a alguien a hacerme un calendario predictivo personalizado, tengo que enterarme de cómo va. O las energías que pesan, o los olores que te cortan el rollo cuando estás con la chica que te gusta… Cualquier cosa extraña que me haya pasado. Quiero entenderla, y quiero prepararme.
Puede que no encuentre nada. Puede que me quede muy grande. Pero ahora tengo un objetivo: tengo que encontrar a la persona que me está haciendo esto.
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