Capítulo 195
Frank me anima
“Ahora preferiría más que nunca que esté aquí, pero de verdad…”
Pocas horas después de despertarme, soy yo mismo quien toma la iniciativa de llamar a Dana para ver si me puede poner en contacto con Frank cuanto antes.
—Hola, Izan. Dime.
—Buenos días. ¿Tienes algo para mí?
—¿Qué? —Dana hace una pausa, y yo no digo nada tampoco—. Ah, ya. El calendario siempre te marca cuándo vas a hablar con Frank, ¿verdad? Qué tierno eres.
—Ahora eres tú la que se hace la graciosa.
—No te agobies. Te iba a llamar ya mismo para avisarte de que Frank te llamará en una hora. Oye, antes de eso, ¿qué tal el calendario de este mes? No nos has dicho nada. ¿Hay alguna predicción que tenga que ver conmigo o con los VDLS como grupo?
—Perdón, he empezado el mes muy atropellado y no pensé en avisaros de las predicciones más llamativas. De hecho, sí, hay cosas interesantes. Mira, esta semana tengo dos eventos importantes con los VDLS: el jueves hablaré con Rojo, y el domingo pone que quedaré con todos los VDLS.
—Con todos… Vaya. Parece que Rojo y Gris se animarán por fin.
—Y espera que, a finales de mes, hay una predicción que dice “Visitamos a Dana”.
—¿Qué? ¿Me visitarás con quién y por qué? Qué raro, ¿no?
—Es raro, sí…
Después de la charla previa con Dana, me recuerda que tengo que estar atento a la llamada de Frank y, acto seguido, colgamos. Pasada la hora, recibo la llamada.
Puedo notar frustración en su tono de voz. Quiere salir y quiere poder hacer algo más, pero es imposible. Parece que el paso de los días hace que todo sea más insoportable para él.
No tardo en comentarle el tema de la amenaza de Salvador Santalla y de su conexión con Lucas y Lucía.
—¿Crees que Salvador Santalla tiene que ver con Víctor Abad y con el hermano de Lucía? —pregunto.
—Menudo cabrón… Le da igual dejar toda clase de hilos de los que tirar y que gente como nosotros se entere de que están conectados, porque sabe que no le podemos hacer una mierda. Sabe que le viene mejor amenazarte y dejarte con el miedo en el cuerpo para que te quedes quietecito. Joder, Izan… Ojalá no te hubieses involucrado con esa gente.
—¿Tú conocías el nombre de Salvador Santalla?
—Deja de decir su nombre —dice Frank—. Déjalo, Izan. Ese tiene oídos por todas partes, y prefiero que se te meta en la cabeza que no puedes decir su nombre, ¿lo entiendes? No digas su nombre, Izan… No lo digas. Grábate eso a fuego.
—Vale, vale… No lo digo.
—Sí, alguna vez lo había escuchado. Rojo me dijo que ni se me pasase por la cabeza acercarme a él.
—¿Rojo? ¿Tu contacto el que cambió de identidad una vez?
Rojo es el contacto de Frank para investigar a la mafia de Víctor Abad. Según él, al principio era una persona, pero después pasó a ser otra, ambos sin pelo, con el mismo sobrenombre, misma ropa, mismo rol… Pero eran personas diferentes. Para mí, uno de esos dos debería ser el Rojo de los VDLS, no solo por el sobrenombre y por las características físicas, que coinciden, por lo poco que sé… El motivo principal es que, tanto ese contacto como el VDLS, tienen a Dana como mano derecha. Es imposible que no sean la misma persona.
—El primer Rojo iba detrás de la familia Santalla, pero, para cuando hicieron el cambio de persona, el nuevo Rojo me dijo que me olvidase de ellos y que me centrase en algo mucho más manejable como es Víctor Abad. Por eso me jode que ahora tú tengas que tener que ver con él. No sé qué hacer desde aquí…
—Hay una cosa que a lo mejor puedes hacer… Habla de esto con Rojo.
—¿Qué? ¿Para qué quieres que hable con Rojo? Joder, Izan, que te acabo de decir que no te involucres y que yo no me he de involucrar tampoco. Te lo he dicho, Izan, te lo he dicho…
—Rojo es un VDLS, y estoy seguro de que son la misma persona. En el calendario pone que hablaré por fin con él el jueves que viene. Lo ideal sería que esté preparado para ayudarme también con el tema de los Santalla, con lo de la amenaza por lo menos, y que no desaproveche esa conversación que tendré con él con sus misticismos. Quiero que esté preparado para ayudarme lo mejor posible.
—Joder… No me gusta, Izan. No me gusta nada la idea.
—Pero si sabes que voy a hablar con él igual… Es mejor que sea una conversación de provecho, ¿no?
—Sí, eso sí. Siempre que mi contacto sea la misma persona que el tuyo. Te veo muy seguro.
—¿Podrás hacer algo?
—Tengo poco margen de maniobra, pero creo que podré hacerle llegar el mensaje. Pero vamos, que se lo podrías haber pedido a Dana directamente.
—Sí, lo sé. Pero quiero que le llegue tanto por parte de Dana como por tu parte. Que note que ahora no puede pensar en otra cosa porque cada vez más voces se pronuncian en la misma dirección. No es lo mismo que se lo pida Dana en calidad de VDLS, que si se lo pides tú con el tono de voz algo más emocional, frustrado por lo que me ha pasado con las amenazas —pienso un poco antes de seguir hablando—. Puede que se lo pida a otros VDLS también…
—No te lo tomes como un juego, Izan —dice, levantando un poco el tono de voz, pero sin llegar a gritar—. No te lo tomes así, ¿eh? No. Asegúrate de que todo lo que hagas sirva para estar más protegido. Y, si quieres saber más cosas sobre esta gente, hazlo solo si estás seguro de que no te pasará nada.
—Tranquilo, Frank… Cada vez soy más experto en usar el calendario a mi favor. Así lo haré.
—No me quedo tranquilo, Izan. No me quedo nada tranquilo…
—Y, por cierto, no me lo tomo como un juego —digo, creo que con un tono indignado involuntario—. Estoy deseando irme de aquí. Estoy deseando que todo termine. Lucas y Lucía también me han amenazado, y yo no puedo más…
—Tienes razón. Perdón, la he cagado. Desde aquí es muy difícil aconsejar y proteger. Pero cuando salga… Se enterarán, y Lucas el primero. Vamos que si se enterarán, Izan…
—Eso me reconforta. Espero que puedas salir pronto. ¿Sabes si hay buenas posibilidades?
—Sí, creo que las hay, así que no te preocupes, que pronto estaré contigo de vuelta. Sigue fuerte hasta que vuelva, Izan. No te olvides de que me lo prometiste. Sigue fuerte.
—Sigo fuerte… Sí, no me olvido. Sigo fuerte.
La conversación termina poco después. Escuchar sus palabras me hace recuperar algo de confianza y seguridad. Ahora toca volver a plantear los días poco a poco.
Al mirar mi móvil, veo un mensaje de Oliver, que me dice de quedar mañana con él y con Hugo a tomar algo si quiero. Esa es la predicción de mañana, y no diré que no, porque tiene pinta de que me quieren invitar. A lo mejor me puedo quedar a solas con Hugo y pedirle también que le apriete las tuercas a Rojo. Tengo que prepararme bien para esa conversación.
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