Capítulo 321
Lydia vuelve al trabajo
“Esta predicción parece de las fáciles. Parece…”
Yo he pasado un día normal (junto a mi dolor de espalda) y no me he enterado de nada, pero, por lo visto, Saúl no lo ha pasado tan bien.
—¿Qué ha pasado? —pregunto, haciéndolo pasar.
—Lydia ha sido recontratada, ¿verdad? —pregunta Saúl, desesperado.
—Sí. ¿No lo sabías? Esta misma mañana se han reunido con ella y hasta le han ofrecido un pequeño aumento.
—Vale… Entonces, bien.
—Pero… ¿Qué pasa?
—Este es el segundo intento de este día. Algo falló en el primero.
—¿Por qué?
—Después de una semana sin reinicios, me ha dolido este en una predicción que pensaba que teníamos atada, no te voy a mentir… En fin. En el primer intento, Lydia me llamó cabreada porque nadie se había puesto en contacto con ella, así que hablé con su jefe, al que había sobornado unos días atrás para que la contratara hoy.
—Lo que nuestra vida se llama: un lunes cualquiera.
—Sí… Pues, el muy gilipollas, me dijo que todo era muy turbio y que incluso se había planteado denunciarme. Yo le pregunté qué pasaba, si estuvo conforme hace unos días cuando le solté la pasta… Y, ¿sabes lo que me dijo?
—Miedo me da…
—Que otra persona estaba haciendo lo mismo, y que esa persona le daba miedo. Que, cuando despedimos a Lydia, tanto yo como esa otra persona ofrecimos dinero, y que ahora los dos hemos vuelto para contratarla de nuevo y hacer como si nada. Que no se fía de nosotros ni de Lydia y que todo es muy raro.
—Otra persona… El ex de Nora, o alguien de ese grupo…
—Seguramente. Alguno de los que quiere cumplir con las predicciones, pero no está tan agobiado como yo con los reinicios, probablemente. Así que… Bueno, sabiendo que el tiempo se iba a reiniciar, le dije de todo al jefe de Lydia, y luego se reinició el día. Al volver a empezar, hablé con él a primera hora de la mañana y me dijo lo mismo, que alguien vino ayer y ahora le da mucho miedo esto. Así que, para garantizar que contrataba a Lydia, que le aumentaba un poco el sueldo y que tenía que comportarse con ella como si nada… Bueno, le solté un pastón, Izan… Pero un pastón… Es que ni te imaginas.
—Hostia. Y… ¿Accedió con eso?
—Claro. Supongo que también ayudó un poco que intenté ir de bueno y mostrarme muy comprensivo y colaborativo con él. Pero fue por ver tanto dinero junto. Todavía no está muy convencido, porque creo que entiende que yo no controlo al otro que le da dinero, que es el que de verdad le da mal rollo… Pero, por el momento, hemos cumplido la predicción.
—Muchas gracias de nuevo, Saúl.
—Por lo menos mañana me podré tomar un descanso, porque vas a darte ese masaje seguro, ¿no?
—¡Hombre! Es que, si Oliver no puede, me voy a pedirle un masaje a quien sea con tal de que alguien haga algo ahí.
—Bien. ¡Te lo doy yo si hace falta! —dice, y nos reímos.
Pues… Nada. Misión cumplida. Lydia vuelve a trabajar, Saúl es un poco más pobre, y el bando del ex de Nora nos ha intentado joder otra vez. Va siendo hora de que sepamos quiénes son… Y hacer que paren ya.
Archivo secreto 5: Las familias poderosas
La familia poderosa más conocida es la de los S, que es la unión entre los Santalla y los Sallares. Además, hay dos personas que se sabe que son de familia rica y que podrían estar conectados a todo esto: Enzo y Jordi.
¿Cómo funcionan sus familias?
La persona que origina la mayoría de estas conexiones no es otra que Salma, una de las tres investigadoras principales de los Voyat. Ella es la madre de Salvador Santalla (recordemos que de una versión más joven de este, ya que el Salvador de esta historia era un viajero del tiempo).
El modelo de familia que mezcla mafia y brujería no es algo nuevo de los S. Salma ya lo utilizaba en el pasado, pero con su hermana Isidora García.
Isidora era una mujer poderosa que se fugó de España hace mucho tiempo y montó una pequeña mafia junto a su primer marido, Roberto Rodríguez, en Cuba.
En abril de 1983, este matrimonio tuvo a Enzo.
Poco después, Isidora y Roberto se divorciaron. Por intereses mutuo, fue una separación amistosa y profesional, manteniendo lazos de negocios para seguir conservando contactos, influencia y fortuna.
El padre de Enzo pasó a ser una figura muy poderosa en Cuba.
Isidora, por su parte, volvió a España y, tiempo después, se casó con su segundo marido, un hombre llamado Antonio José Moreno. De este matrimonio nació la segunda hija de Isidora, y la medio hermana de Enzo: Lucía.
Antonio José tenía un primo llamado Jesús Sallares. Eran casi como hermanos.
Antonio José es el padre de Olivia Sallares.
Esto hace que el padre de Olivia y la madre de Enzo tengan una conexión, ya que el padre de Olivia es el primo (casi hermano) del marido de Isidora. Gracias a esta conexión es que Olivia escuchó rumores de que la tía de Enzo, Salma, sabía sobre cosas mágicas, y esto es lo que llevó a Olivia del primer mundo a conocer a Salma y al maestro Nero, lo que haría que todo comenzara.
Por su parte, Salvador Santalla también fue formando grupos mafiosos, y el más grande que ha tenido lo creó al viajar en el tiempo, usando conocimiento y contactos del futuro.
En todo momento mantuvo contacto con el primer marido de su tía Isidora, y juntos formaron una alianza que les hizo crecer mucho.
Poco a poco empezaron a expandirse, ampliando la familia y las conexiones que ofrecían dinero, recursos y contactos.
Entre las familias con potencial para ser colaboradores principales, hay dos que destacaron.
La primera era la familia Abad. Víctor Abad era rico, inteligente y con contactos, así que formó una alianza con Salvador Santalla. Para terminar de afianzar esas conexiones, casaron al hermano de Víctor, Lucas, con Lucía, que estaba conectada a la familia de Isidora. Esto se hizo porque Salvador tenía más contacto con la rama del primer marido de Isidora (el padre de Enzo) que con la rama del segundo marido (el padre de Lucía) junto a la propia Isidora, que también estaban cosechando una buena fortuna en España. Con esta unión, toda la familia quedaría mucho mejor atada y todos podrían beneficiarse de esta gran alianza.
La segunda familia talentosa a la que quisieron reclutar era la familia Llorach.
La mayoría de contactos que tenía Salvador eran de Cuba o de Galicia, pero el contacto principal en Cataluña era Marcel Llorach, el padre de Jordi. Marcel es un inversor de grupos mafiosos, y sus ideas e inversiones siempre hacen crecer a cualquier grupo al que le pone el ojo. No es una familia que pretenda estar tan vinculada, pero Salvador y Olivia se fijaron en el talento del hijo, Jordi, al que se le comprobó un coeficiente intelectual de 145, y que, pese a que le dan muchísima libertad, se asume que será el digno sucesor de su padre. Los S se obsesionaron con Jordi, haciendo todo lo posible por conseguir que se case con su nieta Nora para tener mucho mejor atada a la familia. En el caso de Olivia, se encaprichó mucho con Jordi, y, en el caso de Salvador, fantaseaba con los hijos que podrían salir de la genética de Nora y Jordi.
Por suerte, ninguno de los dos vive para seguir adelante con ese proyecto.
Así es como las familias García (Salma e Isidora), Santalla (Salvador, y su padre fallecido), Sallares (Olivia y su padre), Abad (Víctor y Lucas), Llorach (Jordi y su padre), Rodríguez (Enzo y su padre) y Moreno (Lucía y su padre) están conectadas entre todas en una gran alianza que, como sabemos, fue rota hace poco por muchos motivos distintos.
Sin embargo, de manera individual, los padres de Enzo y de Lucía seguirán con sus negocios sin interferir en la vida de Izan.
No podemos decir lo mismo de la familia Llorach, que cada vez está más controlada por el propio Jordi, con talento suficiente para retirar a su padre mucho más pronto de lo previsto…
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