Capítulo 322
¡Masaje por fin!
“Mira que tuve la oportunidad de tener esto el domingo, pero oye, no llevarle la contraria al calendario está por encima de mi espalda. Bueno, con cierto control…”
Socorro.
Temo que, por haber dejado para tan tarde lo del masaje, mi espalda esté peor de lo que debería.
Vamos a confiar en las manos mágicas de Oliver.
—Solo con ver cómo has entrado, ya se nota que estará complicado —dice, preparándose para la sesión—. Túmbate, anda.
—No he podido evitarlo. ¿Me meterás la bronca? —pregunto.
—Pues mira, un poco —dice—. ¿No podías quedar ni el domingo ni ayer? ¿Seguro?
—Seguro. Había cosas que no podían cambiarse.
—Vale, vale —Oliver se frota las manos con una crema—. Va. Haré lo que pueda.
Empieza el masaje, por fin.
Como es habitual, Oliver hace magia con las manos. Algunas veces me hace un daño tremendo, pero otras noto una sensación de alivio que… Madre mía.
Espectacular. No tengo nada más que decir.
—Ya estamos —dice—. Puedes sentarte. Muévete despacio.
Hago lo que me dice. Al sentarme, noto que la espalda me duele mucho menos.
—¿Qué tal? —pregunta—. Cuidado. Así, quieto —dice, ayudándome a colocarme bien.
—¡Cambia un montón! Todavía noto algo, pero es residual.
—Sí, es que no será tan fácil. Necesitarás alguna sesión más. Y reposo. ¿Tú para qué trabajas en dos sitios?
Porque el calendario no me ha dicho que deje alguno de los dos. Pero mejor le digo un motivo más fácil de digerir.
—Ahorraré todo lo que pueda y luego dejaré el de la cafetería. Quiero tener un colchón por si vuelvo a perder el trabajo principal como me pasó hace unos meses.
—Bueno… Pero vigila con la postura en el trabajo de oficina, y vigila con cargar peso en el de la cafetería, por favor.
—Sí… Ya he aprendido la lección.
Salvo que en febrero ponga que me tengo que lesionar otra vez.
Oliver se lava las manos y luego mira el reloj de la pared.
—No tengo otro paciente hasta dentro de veinte minutos —dice.
—Ah… ¿Quieres que nos quedemos a charlar o algo así?
—Pues… Sí. Sí, me gustaría. Si no te importa.
Se ha puesto serio. Ya imaginaba que no se habría quitado de la cabeza lo que pasó en fin de año…
Oliver fue de los que se vieron más molestos al leer el calendario. Yo no me he atrevido a enfrentarme a nada de esto desde entonces… Pero ya ha pasado más de medio mes, y va siendo hora de tocar el tema.
—¿Qué pensaste al ver esa hoja…? —pregunto.
—Al principio no me enteraba de nada, pero me dio tiempo a leer la mayoría de las frases. Vi que yo salía mencionado un par de veces. También vi algunas frases que me dieron mucho miedo sobre Anna, y que espero que me expliques… Y luego, al ver nombres como el de Nora, Lydia, o tu amigo el que trajiste a la fiesta de fin de año, Liam… Supuse que todo eso lo habías escrito tú.
—Bueno… Es una historia larguísima, si te digo la verdad. Pero, llegados a este punto, estoy dispuesto a contarle la verdad a quien me quiera escuchar.
—El día de la fiesta te quise preguntar, pero entonces vi que te reuniste con tus mejores amigos… Y Anna también estaba. Me quedé un poco más tranquilo al saber que, sea lo que sea, Anna estaba enterada de eso. Pero no me gustó nada que una predicción hablara de que deja de llevar pañuelo, y que otra dice que alguien le quiere hacer daño.
—Sí… Todavía no sé por qué pone eso. Como te iba a contar, yo no he escrito eso exactamente… Aunque sí que tiene que ver mucho conmigo.
—Déjame adivinar… ¿Es un conjuro de mi abuela?
Yo sonrío. Al contrario que en el caso de Eric, que debe de estar mucho más confuso, Oliver sí que tiene nociones de la existencia de la magia y las cosas raras por culpa de su abuela.
—Es algo que me han hecho un grupo de personas. Tu abuela fue la que aportó el conjuro, pero creo que la idea fue de otra persona. Además, tu hermana y su exnovio han estado metiendo mano en todo esto también…
—Mi hermana y… —dice Oliver, apartándose un poco. Le ha cambiado la cara.
—Oye, ¿estás bien?
—¿A quién te refieres cuando dices exnovio?
Es verdad… ¿Por qué nunca lo he intentado? ¿Por qué nunca le he preguntado a Oliver si conoce al exnovio de Nora? Como mínimo me podría decir un nombre. Supongo que no lo he hecho porque no me atrevía a preguntar, o porque suponía que lo tendrían todo tan atado como para que no pueda sacar información por aquí… O, quién sabe, a lo mejor lo he preguntado en los reinicios y líneas rotas, y eso fue justo lo que hizo que el tiempo se reiniciara o se rompiera. A lo mejor, por preguntar esto a Oliver, acabo de generar una línea rota ahora mismo…
—Ah… No sé —digo—. No lo conozco. Me dijeron que el ex de Nora estaba involucrado en esto. Bueno, me lo dijo Nora, así que vete a saber.
Oliver me mira asustadísimo. ¿Qué le pasa…?
—Izan… Hay muchas cosas de la vida privada de mi hermana que no conozco, así que, con un poco de suerte, estamos hablando de personas diferentes, pero… Mi hermana tiene un ex que…
Oliver pega un bote y empieza a tocarse el bolsillo. Creo que le vibra el móvil. Al darse cuenta de eso, le cambia la expresión. Está conteniendo la respiración con la mirada perdida.
Con un movimiento lento y tembloroso, saca el móvil de su bolsillo y revisa la pantalla. Después, despacio, lo vuelve a guardar.
—¿Qué pasa…? —pregunto.
Oliver niega con la cabeza.
—Izan… Hay gente de la que es mejor no hablar en voz alta…
—¿Qué…? Espera… ¿Qué acabas de ver en el móvil?
—Izan… —me habla con la voz temblorosa. Me sabe fatal verlo así, aunque no entiendo nada—. ¿Podemos hablar otro día…? Por favor…
—Ah… Claro, sí. Pero… ¿Estás bien?
—¡Izan, por favor!
Me sobresalto al recibir el grito. ¿Qué está pasando?
—Perdón… —dice—. No te quería gritar. Es que me he puesto un poco nervioso… Hablaremos otro día… ¿Vale?
—Sí… Sí, vale. No hay problema.
—Gracias… Y cuídate la espalda, por favor.
—Sí, eso haré. Muchas gracias, Oliver…
…
¿Qué acaba de pasar?
Estaba a un paso de contarle a Oliver lo del calendario, pero, al preguntarle por el ex de su hermana… Alguien se ha debido de poner en contacto con él, y, al verlo, Oliver se ha puesto nerviosísimo. Estaba tan angustiado… Pero, ¿por qué?
Parece ser que en ocho días me voy con él a alguna parte, siempre que consigamos que la predicción se cumpla, así que… Supongo que ya me enteraré ese día. De hecho, me pegaré a él como una lapa, quiera o no. Porque, si el ex de Nora tiene amenazado a Oliver de alguna forma… Creo que ya tengo otro motivo para no quedarme quieto con esto.
Aunque… Es verdad que, como reacción, ha conseguido contagiarme ese miedo. Tal vez es una persona más peligrosa de lo que me creo, el puto ex… Ya que Nora tampoco parece muy contenta con él. Pero, bueno… Si la cosa fuera un problema de fuerza, en mi bando contamos no solo con Frank… También con alguien que lo mismo te pega una paliza detrás de la oficina, que te rompe una impresora, y que haría lo que sea por proteger a su hijo. Así que… Más vale que el ex de mierda este vigile con las amenacitas, porque cada vez estoy más seguro de que tenemos las herramientas y personas necesarias para defendernos de todo esto. De mucho más, si hace falta.
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