Capítulo 230
Paso la tarde con Saúl
“Me gustaría empezar a sacar información, pero, si de verdad las cosas son como dice… No quiero causarle mala impresión de entrada.”
Por la mañana no pasa nada relevante. Me dedico a contarle a Alex, Liam y Anna por mensajes lo que era eso del mejor regalo. Creo que Alex se ha puesto un poco celoso por eso del mejor compañero de piso, y ahora cree que él también podría ser un candidato para lo de esa predicción. Al final se acabarán peleando por mí y todo.
Salgo a las cinco a dar un paseo. No es nada casual: intento encontrarme con Saúl para ver si empieza a avanzar la cosa. Es molesto por el clima húmedo, pero no me queda otra.
A los que me encuentro, sin embargo, son a dos personas que no esperaba ver. Una de ellas, incluso, la había olvidado…
Son Abril y el hombre calvo y musculoso que iba con ella varias veces hace unos meses. No los veo caminar juntos desde verano, pero veo que sigue teniendo relación con él. ¿Serán solo amigos? ¿Familia? ¿Una posible relación? Si es eso último, me tendré que alegrar por ella, aunque mi instinto más egoísta lo ha visto como algo malo. Pero no, no. Abril tiene que ser feliz con quien ella quiera.
Lo que sí que no he visto venir es que se detendrían a saludar… A Saúl.
Sí. Abril y el calvo musculoso están hablando ahora mismo con Saúl, y yo lo estoy viendo desde lejos. Surrealista. Pero, mira, ya tengo un hilo del que tirar.
Cuando terminan y pierdo de vista a la pareja, me acerco a mi casero.
—¡Hola! —le digo, todo falso con el tono amigable.
—¡Hola, Izan! ¿Todo bien?
—Sí, todo bien. Oye, ¿de qué conoces a esos dos?
—¿Esos dos? —señala en la dirección en la que se han ido—. ¿Abril y Enzo? Los conozco del gimnasio.
No me jodas… ¿Ese es Enzo? ¿Enzo el del calendario? ¿El musculoso de dos metros es con el que me voy a pegar la semana que viene? Si ya sucumbí ante la fuerza de un hombre mayor, oficinista, de constitución completamente normal como es Hugo… ¿Qué posibilidades tengo de aguantar con ese profesional?
—Ah, claro, del gimnasio —digo, como si no me estuviera muriendo de miedo ahora mismo.
—¿De qué los conoces? —pregunta Saúl.
—A Enzo solo lo conozco de vista —digo—. Abril es amiga mía. Casi la saludo, pero no he llegado a tiempo.
—Ah, qué pena. Pues sí, la verdad es que ese gimnasio me ha dado vida, Izan —dice Saúl, entusiasmado, no sé muy bien por qué, pero siento que le tengo que seguir el juego.
—¿Tenemos un gimnasio cerca? No lo había visto.
—Está ahí atrás. La calle parece que solo tiene almacenes abandonados, así que se te habrá pasado por alto. No me parece el mejor lugar ni la mejor promoción, si te digo la verdad, pero qué sabré yo…
—Oye, pues, ahora que lo mencionas… A lo mejor me apunto al gimnasio. Creo que me vendría bien.
—¿En serio? Te acompaño ahora mismo, si quieres. Yo antes tenía un cuerpo débil y nada saludable, y ahora… Bueno, ahora parece que también, pero cumplo unos mínimos, ¿no te parece? —me enseña los brazos. No percibo nada destacable, pero hago como que sí.
Caminamos juntos hacia la calle nada atractiva del gimnasio mientras Saúl me cuenta los beneficios de tenerlo tan cerca de casa y el tipo de cosas que hace ahí. No me esperaba tener una charla sobre gimnasios hoy, ni aunque la predicción de mañana sea la que es.
Gesticula un montón, y tiene como rachas de energía para explicar las cosas. A veces se emociona mucho y hace aspavientos, y a veces se apaga de golpe. Rarísimo, pero todo es acostumbrarse.
Al final, sin poder pensármelo dos veces, termino apuntado, y acordamos ir mañana por la tarde. Genial… No me imagino para nada en un gimnasio, pero va, si lo dice el calendario… Si lo dice Saúl… Pues habrá que ir. Hasta Frank lo vio como la predicción más destacable.
Después del trámite doy una vuelta con Saúl y terminamos hablando de más cosas de las esperables. Videojuegos, series y todo eso. La conversación se hace mucho más amena de lo que me podía imaginar.
Esa conversación nos lleva a que Saúl acabe entrando en mi casa para jugar unas partidas a un juego que nos gusta a los dos. Lo acabo de conocer y ya noto cierta facilidad para hacer este tipo de cosas con él. Además, sabe qué temas tocar y cómo hacerlo para que le haga caso. Creo que Lydia querría que indague un poco más y que active todas mis alarmas internas, pero me lo estoy pasando bastante bien.
Entre partida y partida, por ir llenando silencios, le pregunto cosas aleatorias. Le acabo de preguntar por su trabajo.
—Soy inversor y accionista.
—¿Qué? —pauso la partida y lo miro—. Eso suena como a película, ¿no?
—Sí, algo así me han dicho alguna vez. Nadie reacciona impasible cuando lo digo. Pero sí, me encargo de mover el dinero, y me parece que durante un tiempo será lo más rentable que puedo hacer.
—Te preguntaría qué cosas haces o cómo lo haces, pero creo que no me enteraré de nada. O que me agobiaré al pensar que yo no puedo hacer eso.
—Digamos que he tenido una buena racha. No me durará para siempre, así que estoy aprovechando para ahorrar todo lo posible.
—¿Ganas dinero por una buena racha? —me ha sonado muy raro, dicho así.
—El mundo me lo debe… Nadie me puede culpar por eso —dice, con la mirada completamente perdida en el vacío.
—¿Qué…?
Se queda un rato callado. Después, reacciona y me mira como si acabase de recordar que estoy sentado a su lado.
—Tonterías mías. Mis dramas, qué te voy a contar —empieza a frotarse las manos.
—Cuéntame lo que quieras. Me gusta escuchar —a ver si suelta algo…
—Pues ya te contaré. Pero, para eso, igual faltan algunos días más de partidas así, ¿no?
—Sí, por supuesto. Vivimos muy cerca, así que no será problema. ¡Y también está el gimnasio!
Terminamos las partidas. No vuelve a salir nada relevante en la conversación. Pero ha sido rarísimo lo de la racha y lo de que el mundo le debe algo.
Sea como sea, hemos pasado de ser unos desconocidos a ser dos personas que quedarán para jugar y que irán juntas al gimnasio. Esto ha escalado muy rápido, pero supongo que es lo que toca. No sé si lo está haciendo expresamente o no… Pero, por ahora, no me dice quién es ni de qué me conocía. Pase lo que pase, tengo que enterarme de eso.

Comments