Capítulo 216
Hemos encontrado una buena opción
“Que sea una buena opción para dejar de sufrir
de la forma más rápida posible, por favor…”
Lydia lleva todo el día en mi casa. Dice que le debían un día libre y lo ha querido usar para hoy. Estamos, por supuesto, comentando el calendario de octubre. También las cosas que han pasado recientemente. No sabemos cómo enfocar todo esto.
—Lo del funeral… Lo de la mudanza… Hay muchas cosas que dan mucho mal rollo —dice.
—Me da igual. Me da igual todo.
—¡Izan! ¿Vas a estar así todo el día?
—En cualquier momento vendrá Lucía para preguntarme por qué Espino sigue aquí. Y, si no, vendrá Olivia a decirme que le ha contado lo del calendario a más personas, o que ha matado a alguien porque ya no sale más en los siguientes calendarios. O vendrán las dos de la mano junto con el Salvador Santalla ese que te quiere matar.
En cuanto Lydia supo lo de la amenaza de Salvador y de Lucía, su reacción fue sentirse muy culpable, ya que entendía que estaba ocurriendo así porque secuestró a Flora. Por eso, mientras resuelvo el tema de la mudanza, será Lydia quien se quede con Espino. Al principio estaba un poco en contra, porque tiene a su propia gata y su casa no es la más adecuada para tener a dos, si encima no conoce bien a uno, pero dice que ya ha pensado mecanismos de seguridad y todo. No sé cómo lo tiene montado, pero me da igual, mientras Espino esté bien.
—Me hace gracia la predicción de Raúl. Lo pones entre comillas, como diciendo: ya… “Raúl”… —hace las comillas con las manos—. Claro…
—En pocos días estaré fuera de este edificio. Es tan extraño… Igual ni me entero qué pasa con el Raúl este.
—¡Pero parece que tendrás trabajo!
—Con Julia. En una cafetería. Y pone que soy un desastre. No tengo muy buenas esperanzas.
—También pone que te irá bien una entrevista al final del mes. No seas tan negativo, por favor.
—Vale, vale…
—Además… Conocerás a Saúl por fin. A ver qué pasa con esa persona. ¡Tendrá protagonismo en el mes y todo! ¿Nos podremos enterar ya de quién es, o nos pondrá otros problemas?
—Lo segundo.
—¡Izan!
Seguimos comentando las predicciones, alternándolo con mis frases negativas y sus gritos o golpes que indican hartazgo hacia mi actitud.
Mientras comentamos todas estas cosas, recibimos una llamada del todo inesperada.
Es Frank. Sin intermediarios y sin que Dana me avise.
—¿Cómo es que me has podido llamar? —pregunto.
—¿El calendario no te ha avisado de que hoy tocaba hablar conmigo? Me estás dando por hecho, Izan. No valoras que siempre me escape para llamarte.
—¡Yo qué sé! No soy yo el que lo escribe. Bueno, no yo siendo consciente. Tú me entiendes…
—Espero que pronto me puedas contar mucho mejor todo lo que te pasa, Izan… De verdad que te quiero ayudar.
Es una sorpresa poder hablar con Frank un día como hoy. Me siento mucho más confiado gracias a eso, aunque también estoy bloqueado, ya que no se puede resumir todo lo que me ha estado pasando así como así. Por lo tanto, lo que hago es contarle algunas cosas sueltas. Cuando le explico lo de que me quiero mudar, Frank parece especialmente involucrado en ese tema.
—¿Es culpa de Lucas y de Lucía? Esos dos sabrán lo que es haberse metido con mi gente.
—Espera, Frank, por favor… No te metas en más problemas con esa gente.
—Mira, Izan… Si de verdad te quieres mudar, creo que tengo algo bueno. Estaba fichando un sitio cerca del mercado que te gusta que tiene buena relación calidad precio. Dana me lo estaba mirando para cuando pudiera salir. Hoy mismo he preguntado cómo está el tema y parece que sigue en venta o alquiler. Si quieres, habla con Dana y lo miras.
Lydia me mira con una cara extraña. Yo no la consigo interpretar y continúo hablando con Frank. Le agradezco la información y, cuando termino de hablar con él, me pongo en contacto con Dana para que me explique lo que necesito saber sobre ese sitio.
Es un edificio similar a este, con algunas viviendas más, algo menos de espacio, cosa que no debería importarme mucho si vivo yo solo… Y es verdad que tiene una buena relación calidad precio. Lo malo es que no es nada fácil, incluso aunque encuentre trabajo, que ahora haga este cambio. Habría que ver si el alquiler no se dispara demasiado respecto al que tengo ahora, porque mi dinero es limitado, incluso aunque reciba algo de ayuda de mi familia, y aquí, en el piso de mi tío... Es que se paga muy poco de alquiler. Tampoco estoy del todo seguro de lo que pasará con mi tío, y no quiero pensar en ello a la hora de tomar esta decisión.
—Oye, Izan… —dice Dana—. Si es por temas de dinero… Te puedo ayudar. Al menos temporalmente.
—¿Por qué me ibas a ayudar? Con algo tan serio como el dinero…
—Rojo tenía mucho dinero, y, por lo visto, ese dinero ha pasado a mí. Creo que Rojo querría ayudarte… Y, además, según cómo se mire… Es tu dinero, ¿no?
—El dinero de Rojo… ¿Estás segura?
—Sí. Te puedo dar un poco, y prestar el resto si necesitas más. Podemos llegar a un acuerdo para que no abuses de mi buena fe, pero, sí, por qué no decirlo: te quiero ayudar.
—Oye… Muchas gracias, Dana, de verdad. Me ha sorprendido mucho. ¿Me pongo en contacto con la persona que alquila el piso?
—Sí, tú mismo.
Me ha parecido que Lydia volvía a poner caras raras, pero no le hago mucho caso.
Eso hago. Es un hombre de mi edad o un poco más, por lo que intuyo al escuchar su voz. Parece que está cansado y un poco nervioso. Hablo con él y le digo que me guarde la oferta, que estoy pendiente de algo. Él accede sin problemas y dice que lo guardará unos días.
Lydia vuelve a mirarme raro.
Cuando por fin cuelgo, es momento de preguntar.
—¿Qué te pasa? Me has mirado raro como siete veces en diversos momentos de las llamadas de hoy.
—Es que… Jo, no sé cómo decírtelo. ¿No se te han activado doscientas red flags con las conversaciones de hoy?
—¿De qué hablas? Yo no he notado nada raro.
—¿Seguro? A ver, Izan, céntrate, mi joven aprendiz. Recapitulemos.
—Vale, recapitulemos.
—Frank te ha llamado. Es la primera vez que eso pasa sin que el calendario te avise.
—No tiene que ser siempre así.
—Vale, tienes razón. Pero… ¿Y qué me dices de que te haya llamado sin que Dana te avise?
—Eso ha sido raro, pero no sé cómo lo tienen montado tampoco…
—No, escucha. Dana te avisa por un motivo muy concreto todas las veces: quiere confirmar que estás avisado y disponible para asegurarse de que, en el poco rato que tiene Frank para hacer una llamada, tú contestarás, ya que él no es libre de hablar cuando quiera y por lo tanto hay que garantizar que todo sale bien en el momento exacto. Eso lo entiendes, ¿no?
—Sí… Es verdad.
—Vale. Entonces… A ver. Habéis hablado y todo normal, bien, pero… Cuando has sacado el tema de la mudanza, Frank ha puesto mucho hincapié en eso. Casi como si esperara que llegases a ese tema en particular.
—Ahí creo que te estás flipando.
—¡No! Piénsalo. Aprovecha que hoy tengo un cerebro de galaxia, Izan, por favor. Hazme caso y escucha.
—A ver…
—El Frank de siempre hubiese batallado mucho más contra la idea de que te mudes. Encima, al enterarse de que los culpables son Lucas y Lucía, se hubiese encendido muchísimo más. Te hubiese dicho algo tipo: no, Izan, joder, no, joder, por culpa de esos no, Izan, no, por Lucas y Lucía no, Izan, joder. Tú no te mueves de ahí, izan. Hazme caso, Izan. Hazme caso. Por esos no.
—Bueno… Es verdad que no ha hecho nada de eso —digo, rascándome la barbilla como si estuviera pensando. Lo cierto es que mi cabeza no funciona bien, y Lydia lo sabe, por eso me guía con preguntas concretas.
—¿Qué ha hecho en su lugar? En lugar de batallar… ¿Qué ha hecho?
—Decirme dónde puedo encontrar un sitio donde vivir…
—¡Lo tenía preparadísimo el tío! Alguien que está en la cárcel y que no sabe cuándo saldrá… No sé, no sé.
—Bueno, se estaría planificando para la salida.
—Ya… Bueno, pero eso nos lleva a la conversación con Dana. La conversación, en resumen, ha sido: ¿no te es fácil mudarte al sitio que te decimos? Yo te doy todo mi dinero y así te mudas seguro.
—No, espera. No tires por ahí, Lydia. Dana está como está después de lo de Rojo, y puede tener sus motivos sentimentales para querer usar el dinero de Rojo en mí, que soy otra versión de él, y que viví esa horrible experiencia con ella.
—No te digo yo que no. Pero todo suma, Izan… Todo suma. Y, finalmente, la tercera llamada. La del dueño del piso. Una persona que estaba nerviosa y que, cuando le has dicho que te lo guarde, ha dicho “pues vale”. ¡Le ha dado igual que no le ofrecieras nada especial! No te conoce, no sabe si habrá más personas interesadas, no sabe si eres fiable… Nada. Pero él te lo guarda unos días a cambio de… ¿De qué? ¿Qué le has ofrecido?
—Le he ofrecido… ¿Seguridad para cerrar el trato una vez pasen esos días?
—¿En serio? Piénsalo dos veces. ¿En serio?
—Vale… Pero, a ver, no conocemos a este chico. A lo mejor es tímido y nervioso y no sabe cómo gestionar estas cosas…
—Si muchas cosas tienen explicación por separado, no te digo yo que no. Pero todo así juntito… Me ha parecido raro, sinceramente.
—¿Y cuál es tu conclusión? ¿Dana y Frank se han aliado para tenderme una trampa?
—No te diré ni que sí ni que no. Solo te expongo las red flags. ¡Hoy estoy más avispada que tú, concédeme eso!
—Pues mira, si Frank está metido en esto, entonces es algo fiable. Y si me está engañando, lo estará haciendo por mi bien.
—No lo niego. Es muy posible que sea eso que acabas de decir. Pero… ¿Por qué Frank te iba a engañar? Si te engaña es porque en primer lugar sabe cosas… ¿Qué sabe? Desde la cárcel… ¿Qué sabe que tú no sepas?
Esa pregunta es la que no me dejará dormir hoy. ¿Qué sabe Frank para que me tenga que engañar? ¿Me está engañando en primer lugar? Y, si me está engañando… ¿De verdad lo hace por mi bien? Puedo fiarme completamente de Frank… ¿Verdad? ¿Y de Dana? Después de todo lo que hemos pasado…
O es algo bueno, o Lydia se ha flipado mucho y aquí no está pasando nada. Tiene que ser una de esas dos cosas.
En cualquier caso, sea un complot o no… Lo cierto es que sí que es una buena oportunidad. Creo que esa será mi nueva casa sí o sí. Sea por azar, por destino, o por gracia de la estrategia de alguien… Lo importante es que me largaré de aquí.

Comentários