Capítulo 300
Los cuatro juntos
“Milagro Navideño, tal y como estaban las cosas.
Este año la Navidad me está curando muchísimo.”
De verdad, nunca he sido de darle demasiada importancia a la Navidad, pero… Creo que este año son las fechas que más están curando mi alma. Es como si llevase muchísimo tiempo en una oscuridad gris y desoladora, y escuchar esas músicas y ver esas luces lo identifico con un pequeño oasis de salvación.
La cena de ayer fue muy buena para mí, y hoy, a la hora de comer, volverá Frank. Si él y Alex no se pelean para que alguno salga corriendo otra vez, podremos comer los cuatro juntos por Navidad, y eso es algo que necesito mucho más de lo que quiero admitir.
A las doce del mediodía, Frank llega con algo de comida, una botella de vino y… Regalos.
—¡Es Sanfranklaus! —grita Lydia.
—Menos bromitas…—dice Sanfranklaus.
—¿Has traído uno para cada uno? —pregunta Alex—. ¿Para mí también?
—Sí, para ti también.
—¿No será carbón? —dice Alex, manteniéndole una sonrisa desafiante a Frank, que solo contesta entregando el regalo en su mano.
—Son solo detallitos. Y el carbón lo suelen traer los reyes magos, o eso me han dicho.
Alex abre su regalo y es una botella de su licor favorito.
—¡Pero bueno! ¿Cómo sabías tú esto?
—Lo dijiste el año pasado, y no está muy caro.
—¿Y te acuerdas de algo que dije el año pasado? Seguro que Izan o Lydia no se acuerdan, porque no han traído ese licor.
—¡Oye! —grita Lydia—. Tráelo tú, no te jode.
—Es que sabe mejor si mis amigos se acuerdan —dice Alex—. Ahora tengo que replantearme mis creencias.
Frank y Alex se miran, y tanto Lydia como yo nos quedamos paralizados, sin saber en qué terminará todo eso.
—¿He acertado o no? —dice Frank.
—De lleno. Muchas gracias.
Se dan un apretón de manos, y Lydia y yo suspiramos, aliviados.
Lydia procede a abrir su regalo. Es una caja con… Un poco de todo.
—¡Una caja con un poco de todo! —grita.
—¿Qué es eso de una caja con un poco de todo? —pregunta Alex.
—Una caja con muchas cosas pequeñas, ¿no lo ves? —dice Lydia—. Así son muchos regalos en lugar de uno solo, y ya me encargaré yo de darle un buen uso a todos los posibles. O sea, que mi regalo es mejor que el tuyo, porque son muchos regalos.
—¿Pero qué tipo de cosas son? —pregunta Alex.
—Juguetes para mi gata, pulseritas, gomas para el pelo, cosas para hacer alguna manualidad, caramelos… ¡De todo!
Eso es perfecto para Lydia. Seguro que sabrá darle uso a cada una de las cosas, y nos lo explicará con todo lujo de detalles.
Ahora me toca abrir el mío. También es una caja. Dentro hay unos papelitos.
—¿Qué son? —preguntan Alex y Lydia, asomándose.
—Son… Un vale para una sesión de meditación con Pol, una de masaje con Oliver y una copa en el Diamond Glass, firmada por Eric. ¿Cómo puede ser que tengas vales de esto…? ¿De Eric también…?
—He ido a hablar con cada una de esas tres personas, y les he pagado lo correspondiente a cada uno. He pensado que merecías algo que pudieras usar cuando quisieras, para relajarte o encontrarte en esos huecos entre las predicciones.
—¿Has ido a hablar con cada uno de los tres…? Si ni los conoces…
—Pero hablas mucho de ellos, y sé que son cosas que te vienen bien.
No tengo palabras. Le doy un fuerte abrazo a Frank. La verdad es que ha triunfado.
Nosotros nos sentimos mal por no tener nada para él, así que optamos por invitarlo a varias comidas y cenas de estas fechas y que no tenga que preocuparse de pagar nada. También le prometemos que no lo incomodaremos con preguntas sobre el calendario hasta el uno de enero, así que podrá estar tranquilo con nosotros.
Nos sentamos a comer y hablamos sobre todo lo relacionado con el Proyecto Esmeralda. Hoy sí que me veo más capacitado para tratar el tema.
—Cuando Olivia terminó de contarme toda su historia de viajes en el tiempo, me dejó ahí durante unas horas…
—Espera —dice Frank—. Joder, Izan, frena un poco, porque… A ver. Izan. No he podido procesar todo eso que me has contado.
—Imagínate nosotros —dice Lydia—, que el capullín llegó a las dos de la madrugada, con sangre, diciendo que nos lo contaría, pero que no quería contestar preguntas. ¡Nos tuvo jodidísimos!
—¡Eh, no digas lo de la sangre! —dice Alex—. Eso se podría considerar un spoiler.
—No, hombre. Es parte del tráiler. Es para enganchar —dice Lydia.
—Es mejor no perderse en los detalles de la historia de Olivia… —digo—. Si luego quieres expandir más esa parte, lo hacemos. Ahora vamos a hablar de lo importante.
Le cuento todo lo referente a Nora y Salvador. Me recreo hablando del momento del asesinato. También explico qué pasó después con Olivia, cómo traje a los VDLS, y todo lo que pasó después. Todos escuchan en silencio, incluidos Alex y Lydia, que parece que fuera la primera vez que lo cuento para ellos también. ¿Tan mal lo expliqué cuando llegué el veintitrés?
—Eso fue todo —digo, para terminar.
—Te parecerá poco… —dice Lydia.
—Oye —dice Alex—, ¿te puedes creer que Nora me empieza a caer bien? Aunque la muy cabrona todavía sigue escondiendo lo del calendario… Pero, no sé, ahora casi que me arrepiento de haberle jodido el patinete. Menos mal que ya le he prometido uno nuevo. No se lo he comprado todavía, por cierto.
—Izan… —dice Frank—. ¿En serio ha pasado todo eso? Nora mató a Salvador… ¿Y Dana mató a Olivia?
—Sí, te lo puedo asegurar.
—Joder… No sé qué decir… Joder. El mes pasado ya tuviste un evento peligroso con Salvador y los Abad, y ahora esto…
—Tranquilo, Frank. Nora me sacó de esa celda, y todo salió bien al final. Lo único que no sé por qué Saúl y el gilipollas cachas que iba con él, colaboraban con Olivia…
Frank no contesta. Solo tiene la cabeza agachada.
—Yo pienso lo mismo que Alex sobre Nora —dice Lydia—. Creo que vamos a tener que seguir vigilando lo que hace, pero ahora entiendo un poco mejor su situación. Además… Tú estás entre sus seis personas protegidas, ¿no?
—Sí. Yo soy de esos seis. Oliver y su madre son otras dos, casi seguro. Los tres que faltan no tengo ni idea de quiénes son.
—Es muy posible que Nora os tratase tan mal porque quería alejarte de ella y de su familia… —dice Lydia—. Bueno, en parte por eso, y en parte porque está mal de la cabeza y es muy oscura. Pero creo que… Lo principal es lo de proteger de su familia a sus seres queridos.
—Oye —dice Alex—, tú te has vuelto muy bien pensada, ¿no? ¿Eso es porque ahora confías en Estrella tanto como para volverla a querer?
—No seas capullo… —dice Lydia—. Tanto si vuelvo con ella como si no, no me voy a acostar contigo.
—Nunca digas nunca. Tenemos una cuenta pendiente.
—Lo siento, Alejandrito… —dice Lydia, acariciando la cabeza de Alex—. Ya solo te puedo ver como un amigo. Eres como un Izan surfero para mí.
—¿Por qué siento que me acabas de insultar…? —dice Alex.
—¿Por qué siento que me acabáis de insultar los dos…? —pregunto.
Los dos se ríen, pero Frank sigue serio.
—Oye, Izan… Tengo muchas preguntas. Es mucha información la que me has dado. Mucha información, Izan… Muchísima.
—Ya. Yo todavía lo sigo procesando —digo.
—Es normal —dice Lydia—. Nosotros ahora podemos estar de bromas porque lo hemos hablado mucho entre los dos, y porque ya tenemos unos días con esa información. Pero nosotros también flipamos… Con Nora y con Dana, especialmente.
—Salvador se merecía lo que le pasó —dice Alex—. Que Nora se recrease tanto me ha provocado muchísima simpatía. Dejaré de burlarme de ella cuando me la encuentre. Tiene mis respetos.
—Olivia y Salvador muertos… Eso no lo vi venir… —dice Frank—. Eso quiere decir que ahora tendremos mucho más margen de maniobra… ¿Verdad? Será más fácil todo…
—No cantaría victoria —dice Lydia—. Si no me equivoco, eran unos pocos más los que estaban detrás del calendario. Nora entre ellos. No nos relajemos, que en enero seguro que nos viene otra buena tormenta de mierda.
—Creo que Estrella será clave… —digo.
—¿Estrella? —pregunta Lydia—. ¿Por qué?
—Mira cómo se sonroja… —dice Alex—. Para que luego vayas negando.
Lydia pega una patada a Alex en la rodilla, o por ahí, y este empieza a retorcerse de dolor.
—Eh… Sí —digo—. Estrella ahora tiene acceso a todos los tomos e investigaciones de Olivia. Seguro que podrá sacar muchísimas cosas, y que el bando del calendario no contaba con ello, porque Olivia contaba con seguir viva.
—Es verdad… —dice Frank—. Eso puede ser muy importante. Creo que es una oportunidad perfecta…
Sí. Es una oportunidad perfecta, siempre que no hubiese estado previsto también eso, y que no esté pasando algo por alto. Porque, por ejemplo… ¿Quién robó el tomo dorado? Es que… Sí, estoy seguro de que había tres, y luego pasaron a ser dos. Todos lo negaron. Claro, lo normal es pensar que ha sido Nora. Casi seguro que ha sido Nora. Pero… ¿Y si no lo ha sido? ¿Y si hay alguien que tenía motivos para que Estrella o yo no encontrásemos ese tomo? Y si… ¿Uno de los VDLS está en mi contra y todavía no lo sé?
—Izan —dice Frank.
—Ah… ¿Qué?
—Estabas poniendo tu cara de pensar más de la cuenta y de pasarlo mal. Vamos a dejar el tema.
—¿Qué? ¿Tengo una cara para eso?
—¡Pues claro! —dice Lydia.
—Por favor, Izan… —dice Alex.
Los tres me miran, sonriendo. Me conocen mejor que nadie. Yo me relajo un poco y me dejo llevar.
—Tenéis razón. Muchas gracias. Hoy me calmaré.
—¡Eso! Que es Navidad —dice Lydia.
Miro a cada uno de los tres. Me siento cómodo y seguro.
—Feliz Navidad a todos… —digo—. Y muchas gracias. Gracias por estar aquí conmigo. Sois los mejores amigos que podría tener.
Alex y Lydia se burlan un poco de mí porque me he puesto sentimental, pero no importa. Lo diría una y otra vez.
El resto del día es tranquilo y feliz. No sé qué me espera el resto del mes, o en enero y febrero… Pero hoy, la Navidad es para pasarla con los míos.
Otros años la frase “Feliz Navidad” no ha tenido ningún significado para mí. Pero, de tanto repetirla… Alguna vez se tenía que hacer realidad, ¿no?
Archivo secreto 1: Los conjuros de Olivia
Como regalo de Navidad y para conmemorar el capítulo 300, abro la sección “Archivos secretos”. Los días terminados en 0 y en 5 desde aquí hasta que termine el libro, contendrán un archivo secreto al final del capítulo. Archivos que solo podrán leerse para aquellos que están al día, y por eso vendrán dentro de la misma página de los capítulos correspondientes, para evitar que sean leídos antes de tiempo. El primero será una recopilación de los conjuros de Olivia Sallares.
Aunque sea una bruja con casi doscientos años de experiencia, Olivia pudo conseguir muy pocos conjuros a lo largo de toda su existencia. Tiene muchos conocimientos teóricos y ha conseguido descifrar formas de anular los conjuros de otras personas conocedoras de magia, como hizo con el Proyecto Esmeralda para anular por un momento los efectos que Salma provocó en el cuerpo de Salvador.
Sin embargo, la especialidad de Olivia es la de utilizar los conjuros relacionados con esos bichos capaces de mover el tiempo. Nero llamó a esos bichos “Voyat”. Nunca quiso explicar el motivo, y Olivia nunca quiso nombrarlos como tal.
Olivia recopila todo lo necesario sobre los conjuros de los Voyat en los tomos dorados. Hasta la fecha, solo han existido tres tomos.
Tomo 1
-Primer conjuro:
El tomo 1 contiene los dos únicos conjuros que lograron Nero y Salma por su cuenta. El primero nació de su necesidad de comunicarse con los Voyat. Se trata de la forma de confeccionar un tipo de papel que atrae a los Voyat y que sirve para conectar su mente con la del ser humano, escribiendo cualquier cosa en el papel. Los Voyat se encargarán de mover el tiempo, sumando líneas, repitiendo bloques de tiempo y borrando mundos que sobren, con tal de llegar a un mundo en el que, lo que ponga en el papel, se cumpla de alguna forma. Si no pueden, después de trastear muchas veces con el tiempo, se rinden. Se dice que las primeras interacciones entre un Voyat y un humano fueron gracias a este papel. Antes de eso, solo podían transmitir emociones y mensajes abstractos.
A día de hoy, solo Nero, Salma y Olivia tienen la capacidad de crear esos papeles. Ninguno de sus alumnos o imitadores han conseguido el mismo efecto.
-Segundo conjuro:
El conjuro del túnel del tiempo nació de la creencia de que la manipulación del tiempo de los Voyat podía ser compartida con los humanos. Sin embargo, ellos no pueden tener la conciencia de las diferentes líneas y repeticiones, salvo, tal vez, un niño que Nero perdió de vista hace muchísimo tiempo. Para el resto de humanos, la única forma de moverse en el tiempo era dejar que los Voyat los guiasen a través de un túnel creado por ellos, y les propinasen protección por el camino. Ni Nero ni Salma se atrevieron a probarlo, así que tuvo que ser Olivia la encargada de poner su vida en peligro para demostrar la fuerza de este experimento. Solo los 29 de febrero se puede usar con fiabilidad, ya que, el resto de días, los Voyat no hacen ni caso a la invocación.
Solo puede viajar de forma más o menos segura una persona, aunque con riesgos. Si otros viajan con esa persona, los riesgos se multiplican.
En este primer tomo dorado, Olivia creó una expansión del conjuro que sirvió para marcar cuántos viajeros del tiempo teníamos en este mundo. Si alguien usa el túnel, genera una marca en este primer tomo. Si esa persona muere, la marca desaparece.
Solo se puede viajar entre los días 29 de febrero, y las condiciones son muy específicas para aumentar las probabilidades de éxito.
Al viajar, no puedes cambiar nada de tu mundo, ya que lo que haces es crear una línea temporal nueva que inicia desde que terminas el viaje, hagas lo que hagas, incluso aunque intentes no tocar nada, ya que el efecto mariposa no necesita más que un movimiento minúsculo para cambiarlo todo de formas impredecibles y desproporcionadas.
Tomo 2
-Tercer conjuro:
Olivia investigó durante décadas que, además de manejar el tiempo y el espacio, los Voyat también tenían un buen control sobre la muerte y los espíritus. Investigó lo que había después de la muerte y vinculó a los Voyat la capacidad de jugar con las almas de los muertos. Olivia ya tenía nociones de comunicación con los muertos, y, en el tomo dos, recoge toda clase de trucos y rituales para comunicarse con los que ya no están. Sin embargo, el tercer conjuro se basa en hacer que tu alma, justo después de morir, pueda unirse al cuerpo de la persona más cercana. Con muchas limitaciones, solo si la persona está muy cerca y si esta no está preparada para defenderse.
Olivia ha detallado toda una serie de trucos para controlar el cuerpo de la otra persona desde dentro, lo que ayudó a mermar la voluntad de las otras Olivias que fueron parasitadas por la principal, hasta el punto de anular su cuerpo.
-Cuarto conjuro:
Para traer a Nora de vuelta, tenía que utilizar un principio similar al del tercer conjuro, pero poniendo como base la voluntad de una persona muerta que no tuviese sus nociones del conjuro. Al final pudo conseguirlo, comunicándose con esa persona para informarla, vincularse mentalmente y, después, arrastrarla hasta el cuerpo propio.
Aunque el experimento funcionó, se podría considerar el menos exitoso hasta la fecha, y Olivia todavía quería pulirlo mucho más, pues el alma de la otra persona no está preparada para su nuevo cuerpo, no hay una sintonía real, y lo único que ocurre es que dicha alma se funde y nunca se puede controlar cuándo domina el cuerpo de su anfitrión y cuándo no.
Tomo 3
Qué extraño… ¿No había un tercer tomo? Ese tomo contaba con un conjuro más, y con una teoría que Olivia estaba desarrollando para combinar ese conjuro con uno de los cuatro anteriores para lograr algo mucho más grande. Era el tomo más importante, y en el que Olivia estaba trabajando durante más tiempo. ¿Llegaría a terminar su investigación? Y… ¿Dónde está el tercer tomo?
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