Capítulo 69
Se habla de despidos en la oficina
“Era cuestión de tiempo. Si ahora pierdo el trabajo,
no quiero ni pensar dónde terminaré…”
Me deslizo con las pocas fuerzas con las que me he despertado hacia la oficina, sabiendo que hoy se hablará de despidos. No he tenido bastante con todo lo que me ha pasado esta semana, que ahora empezamos con esto. Qué mala pinta tiene…
Encima estoy dormido. Igual me despiden y yo ni me entero.
Cuando empezamos la jornada, la noticia no se hace esperar. Ignacio nos hace ir a la sala de reuniones. Siempre que vamos a esa sala, se nota que se siente importante. Pone cara de estar pasando por una situación complicada, pero que manejará con absoluta diligencia y profesionalidad. Nos mira pensándose que todos, en el fondo, admiramos lo bien que gestiona las crisis de la empresa. Para él, las reuniones deben de ser grandes eventos donde no le queda más remedio que demostrarnos lo buen jefe que es.
La realidad, por supuesto, es que todos pensamos que es un trámite, que él es un flipado, y que a ver qué chorrada dirá hoy. Pero, por desgracia para mí, hoy no entro nada relajado a esa sala. Ya sé de qué se hablará, y no me gusta.
—Primero de todo, quiero que sepáis que estoy orgulloso de esta plantilla.
Nadie le cree. Alberto, tal vez. No, ni eso. Le estoy viendo la cara.
—Una mierda… —escucho murmurar a Hugo.
—¿Has dicho algo? —le dice Ignacio. Hugo solo lo mira con desprecio, pero no contesta—. Bueno. Lo que voy a decir ahora forma parte de las exigencias de la oficina central de Madrid, ¿vale? No es algo que yo quiera hacer.
No te creo. Estás deseando hacer lo que vas a decir.
—Hemos de recortar plantillas. No solo en nuestra oficina. Tiene que ser en casi todas las grandes. Nosotros somos los que tenemos que hacer más sacrificios para que cuadren las cuentas.
Todos murmuran y se quejan.
—Y tú no quieres despedir a nadie, ¿no? —dice Elías, apoyado hacia atrás en la silla. Poco le falta para cruzar las piernas encima de la mesa.
—No me ha gustado ese tono, Elías. Tenemos nuestras diferencias, pero yo no quiero despedir a ningún trabajador con el que ya he trabajado tanto tiempo. Sabemos cómo funcionamos. Queramos o no, somos un equipo, y no tenemos malos resultados, ¿verdad?
—¿A cuánta gente despedirás? —pregunta Eric.
—Todavía no es seguro. Tengo que mandarle la propuesta a… —hace una señal con el dedo hacia arriba, como si no pudiera nombrar a sus superiores porque hay micrófonos o algo. Pone cara de sentirse incómodo y de que todos somos cómplices en esto. Un imbécil, vamos—. Tenemos dos semanas para decidir. Hay que mirar gasto improductivo, saturación en las diferentes secciones… En fin, espero vuestra colaboración para eso.
Después de la jornada, Elías, Eric y yo nos reunimos para hablar del tema. Sabemos que Alberto y Victoria son intocables, pero creemos que Elías, Hugo o yo mismo estamos en peligro.
—Nos tiene manía, Izan —dice Elías—. El Ignazi es un cabrón, ya lo sabes. Y ahora tiene la excusa de los de arriba —imita con el dedo lo que Ignacio ha hecho antes, pero de una forma exagerada, para hacerle quedar como más idiota de lo que ya es—. Lo lleva claro si cree que puede ir a por mí.
—Si sospechamos que despide por motivos personales, igual podemos hacer algo al respecto —dice Eric.
—Como despida a Hugo, tendrá que enfrentarse a la abogada loca que tiene…
Eric y Elías me miran. Creo que esperan a que les cuente algo más sobre ella, pero yo hago una señal con la mano para que le quiten importancia a mis palabras.
Al salir, veo que tengo mensajes de Lydia.
[Lydia. 13:55]
Oye tú
Una pregunta
La predicción de que mañana tienes veterinario
¿Es porque no lo has llevado hasta ahora?
[Izan. 17:25]
¿Qué?
Bueno, no lo he llevado todavía, no…
¿No lo ha llevado su anterior dueña?
[Lydia. 17:29]
¿Y qué si lo ha hecho?
Lo importante es que lo lleves tú para que tú sepas lo que tienes que hacer
Además, no le preguntaste si lo llevó hace poco, o cuando nació, o qué cosas especiales tiene
¿¿ASÍ ES COMO CUIDAS AL ESPINO??
[Izan. 17:32]
Es que en el calendario pone que era mañana…
[Lydia. 17:35]
Lo sabía
SI ES QUE LO SABÍA
Tenías que haberlo llevado el viernes o el sábado, animal!
Y ya si eso mañana volver otra vez por lo que sea
No se te puede dejar solo o qué pasa???
Hoy lo he pensado
Digo
Verás tú el Izan que no lo ha llevado
VERÁS
[Izan. 17:39]
¡Vale!
Vale, no me tortures más, por favor.
Mañana te cuento, y luego me das todos los consejos que me hagan falta.
Me explicas como si fuera idiota todo lo que hay que saber sobre cuidar gatitos.
Pero dame un poco de tregua, por favor.
[Lydia. 17:43]
Más responsabilidad, hombre ya
A LA PRÓXIMA TE QUITO AL GATO
[Izan. 17:45]
Por encima de mi chepudo cadáver…
Llamo y pido hora para llevarlo después del trabajo. Me siento mal todo lo que queda de día por no haber pensado en ello. ¿Así es como cuido de Espino? ¿Y mi excusa es que el calendario me dijo que ya iría el martes? No lo había pensado, pero es muy estúpido ese motivo… ¿Cómo me atrevo a creer que se me puede tomar medio en serio si pienso y digo esas cosas? Si he llegado hasta ese punto, miedo me da que no sea capaz de ver como algo se me escapa para siempre solo porque el calendario me ha hecho creer otra cosa…
Me viene a la cabeza la cara de Abril.
No sé si puedo gestionar todos estos pensamientos. Me cuesta respirar un poco.
Me intento calmar. Me siento en un banco y respiro hondo.
Lo primero es lo primero. Mañana, veterinario y Espino. Es todo lo que me tiene que importar ahora.
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