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Miércoles 23 de agosto de 2023

Joel Soler

Actualizado: 24 ago 2023


Capítulo 176

Me acuesto con Gemma

“¿Qué sentido tiene esto?

No tengo ninguna intención de hacerlo, y la predicción es hoy.”

No tengo ganas de acostarme con Gemma. Apenas tengo relación con ella, y en teoría estoy a la espera de que pase algo entre Abril y yo en este viaje, en el pueblo de Anna.

Mi teoría es que veré a Abril otra vez con el forzudo ese. Cuando pienso en ello, me entran unos celos tontísimos. No sé ni qué relación tienen ni sé nada, pero me sienta fatal cuando pienso en ello.

Después de comer, salgo a dar una vuelta y termino en un parque en el que me quedo sentado, reflexionando sobre todo lo que me está pasando. A veces solo quiero eso, sentarme y desconectar la cabeza.

Compro una cerveza en la tienda de alimentación y me siento a leer el relato del zodíaco que ha salido hoy, el de Virgo. Tiene gracia que el día que me acuesto con alguien sea el día del relato de virgo. El de la virgen. Tengo un calendario que gusta de una buena ironía.


Oh... ¿Tendré en mi vida una luz virtuosa yo también? ¿Cómo trataré a las luces de mi vida? Uf, la verdad, estas reflexiones solo se pueden hacer bien si se acompañan con otra cerveza.


Vuelvo a la tienda de alimentación y me sugieren que, si voy a comprar más, me sale más barato comprar el pack de cuatro o el de seis. No me vuelvo tan loco como podría y solo compro el de cuatro. Eso que me ahorro. Yo tenía pensado beber una más y ya está, pero es que sale más barato.

Vuelvo al banco y preparo las cuatro latas.

Me bebo la primera. Esta es por Aurora, Accel y todo su jueguecito de mentiras y cosas raras.

Me bebo la segunda. Esta es por lo mal amigo que ha sido Liam.

Me bebo la tercera. Esta es por Rojo de los VDLS, que no quiere que yo sepa nada de nada de su vida de mierda.

Me bebo la cuarta. Esta por el forzudo de mierda que agarra de la cintura a Abril para pasear con ella. Asqueroso.

Todavía podría comprarme algunas más, que no faltan los temas locos en mi vida.

¿Voy a por una más o qué? Aunque no hay ganas de moverse…

—¡Pero bueno! ¡Míralo el Izan! —dice una voz a mis espaldas. Creo que es Aaron. Me giro. Sí, es Aaron.

—No me pillas en mi mejor momento —le digo.

—¿Te has bebido tú las cuatro? ¿A estas horas de la tarde? A ver, que yo no juzgo ni nada. Tú bebe cuando te dé la gana. Pero no sé, así tan solito y tan triste…

—Pues hazme compañía. Háblame de tus mundos, Aaron.

—Te sienta mal la cerveza, ¿verdad?

—Qué va. ¿Compramos un par más y nos las tomamos juntos? —le digo.

—Bueno, tampoco tenía nada que hacer.

Le doy el dinero y Aaron compra otro pack de esos de cuatro. Él también sabe oler las buenas ofertas.

—Oye, Aaron, ¿tú nunca tienes nada que hacer? ¿No te ganas la vida con nada?

—¡Pero bueno! —dice, riendo—. Mira quién habla. ¿No te habían despedido?

—¡Oye! Que yo llevo desde entonces mandando currículums y mandando cosas a las páginas de esas de empleo que son una mierda. No me llaman de ningún sitio. Estoy más jodido de lo que pensaba…

—Yo hago mis cosillas, pero también estoy estudiando —dice Aaron, con poca convicción en eso último—. Bueno, a ver, “estudiando”, ya me entiendes.

—Sí… Bueno, no. Me da igual.

—¿Ya estás borracho, Izan?

—¡Qué va! Estoy triste y asqueado. Llévame a tu casa, dile a Pol que me haga un ritual para quitarme las malas energías o algo.

—¿Pol sabe hacer eso? A mí nunca me lo ha dicho.

—No sé. ¿Sabe hacerlo? Para mí, tiene toda la cara de poder hacerlo.

—Oye, pues sí, la verdad es que sí que la tiene.

—Sí… La tiene, ¿eh?, je, je, la tiene…

—Madre mía, Izan. Estás fatal. Venga, vente para casa, que, si te dejo solo, te atropellará un coche.

Aaron me lleva a casa, así como agarrándome del hombro. Tremendo brazo musculoso que tiene para estar tan delgadito, la verdad.

Estamos en casa de Aaron, creo. Me siento en el sofá y no tardan en unirse a la fiesta Gemma y Pol. Sacan cosas para picar y todo tipo de bebidas que no tengo ni idea de lo que son. Dicen que Pol ha hecho algunas. ¿Serán pociones espirituales?

La tarde se basa en hacer el tonto, decir la primera cosa que se me pase por la cabeza, quejarme de la gente, pero con cuidado de no decir nada del calendario, y probar toda clase de cosas nuevas. También hablamos muy bien de Alex. Les encanta Alex. A todos nos encanta Alex.

No sé… Empiezo a no conectar bien lo que hago. Encima han puesto una música que madre mía. Parece psicodélica, o algo de eso. Oye, tendría que mirar si Espino está bien.

—Aaron, tengo la llave en el bolsillo. Mete tu mano en mi bolsillo.

—¡Izan, por favor! Eres super atrevido.

—¡Que no es eso! Bah, déjalo. Pol, hazlo tú.

—Solo meteré la mano en ese bolsillo si es lo que tú quieres —dice Pol.

—Anda que el otro… —dice Aaron.

Gemma mete la mano en mi bolsillo y saca la llave.

—¿Quieres que le demos de comer a tu gato? —dice.

—¡Eso! Tú sí que sabes.

—¡Eh, quieta ahí! —dice Aaron, y le quita la llave a Gemma—. Izan me ha pedido que lo haga yo. Tú alimentas al Espinito bonito cuando te lo pidan a ti.

—Haz lo que te dé la gana —dice Gemma, y después de eso se tumba conmigo en el sofá.

Nos quedamos solos los tres, sin Aaron. Pol se va… En algún momento. No sé cuándo se ha ido. Estoy solo con Gemma. Creo que me está ofreciendo cosas, o que estoy tomando cosas o no sé el qué. ¿Qué tiene esta gente en casa? ¿Se pasan todo el día drogados o qué?

Ahora estoy en una cama. Será la habitación de Gemma, porque ella está conmigo.

Le digo que no quiero, que me encuentro mal. Que quiero a otra persona. Le digo que quiero a Abril. Creo que le da igual. No estoy seguro de lo que pasa. No estoy seguro de lo que hacemos o lo que no hacemos. No me encuentro bien.

Gemma me está besando. No, creo que bastante más que eso.

No quiero. No me encuentro nada bien.

Noto el olor… Creo que es el olor, pero lo noto corrompido. A lo mejor es porque huele muy fuerte aquí. Huele a toda clase de bebidas y hierbas, y los inciensos de Pol, y no sé qué más. El olor debería ser algo más puro… Un olor dulce y suave… Un olor precioso… Un olor que, en teoría, debería odiar. Pero odio más que lo ensucien los olores de esta gente.

Ah, creo que ya hemos acabado.

Está tumbada en la cama. Se ha dormido, creo.

Me limpio un poco y me visto. Creo que es mi ropa. Supongo que es mi ropa.

Aaron me está mirando raro. Está muy serio. No sé qué le pasa. Nunca me ha mirado así. ¿Qué le pasa?

A lo mejor le he robado la ropa a él. Vete a saber.

Oye, yo estoy muy mareado. No me sienta bien hacer cosas con esta gente.

Me voy a la calle a tomar el aire.

Hace una noche muy bonita.








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