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Sábado 17 de febrero de 2024

Joel Soler

Actualizado: 18 feb 2024


Capítulo 354


¡VA!


“Aquí es donde Izan pondría una frase en su cuenta privada para quejarse de lo imprecisa que es la predicción, pero yo no tengo un @LydiaSecreto en el que poner nada. ¡Y no me voy a quejar! Yo le pienso gritar esa palabra a cada persona con la que me encuentre, si hace falta. Que por mí no sean los reinicios.”


 

    A ver, para empezar, ya sabiendo cómo funciona esto de las predicciones, Saúl y Alex me han confirmado que, si la letra es mía, los Voyat se unirán a mi mente para que se cumpla cuando yo esté satisfecha. En primer lugar, eso me deja una inquietud importante… ¡¿Quiere eso decir que tengo ahora mismo en mi cabeza unos bichos espaciales que pueden romper el tiempo si quieren?!

    Yo no sé cómo hace Izan para aguantar esa realidad tan grimosa, pero… ¡Va! Solo es un día.

    He pensado “¡va!”, y lo he hecho en un contexto que tiene sentido. ¿Eso cuenta, bichitos? ¿La damos ya por cumplida?

    Imagino que no me contestarán, así que voy a colar la palabrita en algunos sitios más, para no fallar.

    Por lo pronto, estoy aquí con los del mercado. Estamos Anna, Iris, Serena, Andrés y yo. La parejita ha podido venir junta porque Frank se ha ofrecido a cuidar al bebé durante ese rato, para que ellos se relajen y desconecten. Bueno, por eso, y porque Frank se siente padre de ese niño.

    —Oliver tampoco ha querido venir hoy —dice Anna—. Es raro.

    Lo peor de todo es que la muy cabrita lo ha dicho mirándome a mí. Ay, Dios… Que Anna es bastante perceptiva y lee la mente cada que puede. Seguro que lleva un pañuelo que sirve para leer la mente. Lleva el pañuelo verde lima, que no tengo ni idea de lo que significa. Será el pañuelo de leer mentes.

    Yo me hago la tonta, claro.

    —¡Va! ¿Qué pedimos? —pregunto. Yo voy colando los “va”—. Hay que explotar a Izan hoy también, que tiene que mejorar como camarero ahora que no tiene el otro trabajo.

    —¿Despidieron a Izan del otro sitio? —pregunta Andrés, que está un poco más desconectado de nuestras vidas.

    —Sí, pero no le saques el tema, que bastante tiene con lo que tiene, el pobre.

    Anna no deja de mirarme. Sospecha cosas. Seguro que ya se piensa que Oliver está metido en el ajo. Bueno, claro… Seguro que Oliver se ha comportado raro con ella estos días, y habrá atado cabos. Joder, Oliver… ¡Una cosa tenías que hacer! Cómo se nota que te la pela ya esta versión del mundo…

    Izan viene a atendernos y, como siempre, le pido cosas muy complicadas. Cuando está Eric es más divertido, pero está de resaca. Los demás son más sosos que otra cosa y hacen pedidos de lo más normales.

    Cuando voy al baño (porque me he tomado un té, y pasa lo que pasa), Anna se levanta para acompañarme. Vamos, que me interrogará. Lo tengo más que asumido, sinceramente.

    Mientras me retoco el flequillo, veo por el espejo que me está mirando mucho. ¿Voy a saco? ¿Me enfrento? Aunque Izan no querría hacerlo así. Pero, ¿qué le hago? Si ella parece tenerlo claro. A ver, calma… Quedan menos de dos semanas para que termine el calendario. Si la mareo un poco…

    —¿Pasa algo? —digo, con mi tono más inocente.

    —Izan no me quiere contar quién está detrás del calendario —dice.

    —Lo sé, me dijo que hablasteis —digo, como quitándole importancia—. Me dijo que estabas de acuerdo, ¿no?

    —Lo estaba… —dice—. Pero el mes se me está haciendo eterno. No paro de pensar cosas raras.

    —¿Qué tipo de cosas? —digo, y creo que no ha sido la mejor pregunta, ahora que lo pienso. Pero ya está hecho. Sin miedo al éxito, Lydia.

    —¿Oliver tiene algo que ver?

    Hala, venga. La primera en la frente. Qué directa que es esta chica cuando quiere. A ver qué coño digo yo ahora.

    —Una cosa —digo—. ¿Me lo preguntarás persona por persona para ir eliminando? Lo digo porque es una manera de hacer lo que Izan dijo que no teníamos que hacer.

    —Tú has visto el calendario, ¿no?

    —Sí. Lo he visto. De hecho, hoy soy la protagonista de una predicción.

    No sé para qué le he dicho eso. Supongo que porque me hacía ilusión.

    —Entonces, ¿es verdad que yo no tengo que saber lo que pasa?

    —Es verdad —digo, sin pensármelo mucho. Supongo que se podría abrir un buen debate sobre eso, pero ahora tengo que pensar a toda hostia.

    —Lydia… Yo sospecho de Oliver. Se comporta raro. Si no me confirmas si es él o no, le acabaré preguntando por mi propia cuenta.

    Me jode. Me jode muchísimo, porque la siguiente predicción en la que se menciona a Anna, que es la del día veinte, indica que estará muy mal por culpa de Izan. O sea, hagamos lo que hagamos, acabará mal. La idea sería que esté bien hasta entonces, para que no esté mal desde antes, pero… No parece que podamos frenar lo mal que se está sintiendo estos días. Es una mierda, todo. Puto Oliver…

    —¡Va, hombre! —digo, con otro “va”, que no falten—. Ya sé que es una mierda no saber nada, pero deja que nosotros hagamos lo que tenemos que hacer. Te juro que Izan y yo estamos priorizando que tú termines lo mejor posible. Pase que no te fíes de la torpeza de Izan, ¿pero no te fías de tu amiguísima del alma?

    Anna me mira con lástima. Jo, pensaba que había sido una buena jugada. Me suena bastante bien lo que he dicho.

    Creo que lo único que pasa es que está harta de todo…

    —Haz lo que tengas que hacer —dice Anna—. Yo no te voy a juzgar. Sé que son decisiones difíciles.

    —Sí, lo son.

    —Pero entiende que yo haga lo que creo que tenga que hacer…

    —¡Espera! —digo—. Piensa que, si las cosas salen mal, se puede hacer mucho daño a Saúl. Y no te haces a la idea de lo que ha sufrido él estos últimos días…

    —Lo siento —dice.

    ¿Lo siento? Me he quedado muerta, te lo juro…

    La Anna de siempre hubiese preguntado si le había pasado algo a Saúl. Yo ya tenía preparada toda la historia de los experimentos de la bruja de mierda. Pero, educadamente, me acaba de mandar a la mierda, dejando claro que Saúl le importa poco.

    ¿Tan mal está?

    Bueno, es que, ahora que me fijo… Ya no lleva el verde lima. Ahora lleva uno azul marino, muy oscuro. Creo que ese era de los feos, porque me suena mucho.

    Anna no le da más vueltas a su fallida conversación conmigo, y se va. Yo voy detrás de ella. No parece que quiera hablar.

    Nadie se da cuenta de que lleva ese pañuelo.

    Nadie se fija en los pañuelos de Anna, aunque sean importantes para ella.

    Empiezo a entender la frustración de Izan y de Oliver al respecto. Me comprometo a fijarme más de ahora en adelante, pero es que se me da fatal acordarme de estas cosas.

 

    Después de despedirnos de Izan, que se queda ahí trabajando, y de Anna e Iris, que se van para sus casas, yo acompaño a Serena y a Andrés para llevarme al canguro del año.

    —¿Cómo se ha portado el nene? —pregunta Serena—. ¿Te dio problemas?

    —¡Qué va! —dice Frank, con una euforia que madre mía—. Que me acabo de enterar de que se queda tranquilito con música.

    —¿En serio? —pregunta Serena—. Primera noticia. ¿Qué clase de música?

    —Pues mira, he fichado las que mejor me han funcionado, por si encuentras cuál es el patrón…

    Frank le enseña a la pareja una lista de reproducción que ha hecho con músicas que funcionan con el pequeño Óscar. El minito regio, como dice Izan. Ellos están encantados con los servicios de Frank. Al principio lo hacía gratis el muy idiota, pero ahora le están pagando un pequeño sueldo como canguro y como ayudante de tareas de la casa, porque subir y bajar escaleras en ese edificio… Es que vaya tela.

    —¡Va! —digo—. Que nos tenemos que ir.

    Nos despedimos de Serena y de Andrés, y volvemos para casa.

    —¿Cuántos “va” llevas? —me pregunta, con una sonrisa burlona, que pone porque hoy está contento.

    —Si te contara… Y solo acabo de empezar.

    Después de hacer unas compras rápidas que teníamos pendientes (Frank y yo somos los encargados de comprar, limpiar y cocinar, a cambio de que Izan nos deje el alquiler mucho más barato que a Alex, que está forrado), volvemos a casa. Alex apenas nos saluda, porque está muy absorto con el móvil.

    —¡Míralo! —grito, para que se me oiga bien y salga de su trance—. Otra vez chateando con la churri.

    —Y dale… —dice Alex—. Deja de decir eso.

    —¡Confiesa, alimaña! ¿Con quién te chateas con tanta insistencia?

    —A ti te lo voy a decir —dice Alex, escondiendo su móvil.

    —Cuánta perfidia desprenden tus acciones… —me giro hacia Frank—. ¿Verías moral quitarle el móvil a la fuerza?

    —Normalmente te diría que no. No es moral, y está feo usar la violencia en contra de la privacidad de otra persona —dice Frank—. Dicho eso… Creo que con Alex se puede hacer una excepción.

    —Frank se unió a mi ejército —digo—. Es hora de sucumbir…

    Frank y yo nos acercamos a Alex, que está acojonado.

    —¡Va! ¡Saca el móvil! —grito.

    —¿Cuántos “va” llevas? —pregunta Alex.

    —¡Otro! ¿Me dejáis que cumpla mi predicción a mi manera?

    Frank y yo seguimos acercándonos al móvil de nuestra presa, hasta que este, que ya no puede hacerse más bolita en el sofá para defender su tesoro, proclama su pertinente rendición.

    —¡Vale! Me rindo. Vosotros ganáis, capullos.

    —¿Quién es la desafortunada? —decimos Frank y yo a la vez, y nos miramos con los ojos muy abiertos por haber dicho la misma frase. Por supuesto, esto amerita un choque de manos bien violento. Tanto, que Frank casi me deja sin mano. Mereció la pena. Lo volvería a hacer.

    —Será mejor que os lo cuente a vosotros antes que a Izan… —dice.

    La cosa se ha puesto seria de repente. No me gusta cómo ha sonado eso.

    —No te estás ligando a Anna, ¿no? —pregunto.

    —¡No, hombre! —dice Alex—. ¿En serio has pensado eso?

    —Si supieras lo mal que puedo llegar a pensar sobre ti, te echarías a llorar —digo.

    —¿Abril? —pregunta Frank.

    —No, Abril tampoco —dice Alex, acorralado, porque pronto sabremos la verdad.

    —Perdón —dice Frank—. Hemos asumido que habrías ido a por alguna ex de Izan, al decirnos eso.

    —Ya… Bueno… —dice Alex.

    Frank y yo nos miramos.

    A mí, por lo menos, se me acaba de congelar el riego sanguíneo.

    —¿Alex…?

    —No digo que sea ella la de la predicción del lunes —dice Alex—. Solo digo que es la persona con la que estoy chateando.

    —¿Alex…? —repito.

    —¿Pero qué pasa? —pregunta Frank, que no asume—. ¿Es la chica esa de internet? ¿Aurora?

    —Es Nora —digo—. Alex se está ligando a la jodida Nora Santalla Sallares.

    —No le gusta que la llamen por los apellidos… —dice Alex.

    —Me tomas el pelo, ¿no? —pregunto, porque es que me tiene que estar tomando el pelo. ¿Este tío es tonto?

    —Escucha, Lydia… —dice Alex—. Hemos bromeado con hacer un paripé para que Izan se lo crea, y así cumplir la predicción. Es verdad que hemos hablado mucho. Sí, vale. Pero… ¡No os preocupéis! Hombre… Que yo no soy Izan. Y Nora ya no es la Nora de siempre. Ya con lo de la lista y todo eso, ha mostrado sus debilidades. Y ya no tiene la misma limitación con su familia, y…

    —¡Que sí! —digo, porque no aguanto más la batería de excusas—. Que ya te he entendido. Tú verás.

    —A mí no me parece mal —dice Frank.

    —¿En serio? —pregunto—. ¿Por qué?

    —Nora está descubriendo que no tiene que seguir siendo como era hasta ahora, y Alex siempre la ha desarmado con sus palabras. A mí me cuadra. Podría salir algo bueno de ahí.

    —Madre mía. En fin, los pibes… —digo—. Cada día más bollera, te lo juro.

    Mira, yo no quiero saber nada. Que se apañen ellos. Total, la predicción de Alex es pasado mañana, así que no me tendré que molestar en ocultarlo mucho tiempo.

   

    Por la tarde me da por hacerle una visita a Saúl, a ver cómo está.

    Apenas me habla, así que no saco gran cosa.

    —¡Va! —grito, a ver si reacciona, y por aquello de la predicción.

    —Es verdad, que hoy te tocaba a ti… —dice.

    —Te la voy a cumplir a la primera, ya verás.

     —Gracias… Espero que así sea.

    —Oye, Saúl, ya que me hablas por fin… Te quería preguntar algo. ¿Cómo era nuestra relación en el mundo anterior? Porque me suena que dijiste que no era muy buena, y no sé, nunca me ha dado por preguntarte, pero siempre me ha rallado.

    —No había ningún motivo en particular. Hay personas que te caen mal…

    —Pero ahora no me caes mal —digo.

    —Porque ya conoces mi historia. A veces, eso cambia si conoces la historia de alguien. Seguro que te ha pasado con más gente.

    —¿En serio era solo por eso?

    —Supongo. Nunca nos pasó nada en concreto. A lo mejor no te gustaba mi relación con Izan, o con Iris. No lo sé.

    —Vete a saber… A lo mejor dirías alguna frase chunga, o pondrías una mala cara. Yo es que soy muy intensa.

    —No pasa nada… Yo tampoco estaría en mi mejor momento. Después del reinicio del mundo y tal…

    —¡Pues ahora me caes bien! Que lo sepas. Y que sepas también que haré lo posible para que se cumplan todas las que quedan a la primera. En especial la de hoy, que depende de mí.

    —Muchas gracias…

 

    Por la tarde, vuelvo otra vez a la cafetería, para pedirle más cosas complicadas a Izan. Esta vez voy con Estrella. Ya nunca la llamo por su nombre porque sé que no le gusta.

    La verdad es que está siendo una tarde muy agradable.

    A estas alturas, ya tengo claro que me gustaría volver con ella. Creo que estoy esperando a que todo esto del calendario termine y estemos más tranquilas, sinceramente.

    Al salir del local, damos un paseo por algunas tiendas, y también por el parque. Nos tomamos un té de esos de bolas que explotan.

    Llevo tanto rato dejándome llevar por esta especie de cita improvisada, que me he olvidado de la predicción. Hasta ahora, claro. Pero, a ver… Yo la he cumplido ya, ¿no? Llevo todo el día con la palabrita de los huevos.

    Al final, terminamos en un parque mucho más alejado de casa que el primero en el que hemos estado, y que resulta que es en el que nos besamos por primera vez.

    —Anda —digo—. ¿Cómo hemos acabado aquí?

    Ella se ríe.

    —Tú sabrás. Yo te estaba siguiendo.

    —¿Qué dices?

    No, en serio. Yo ni me enteraba de por dónde íbamos. ¿De verdad la he traído yo aquí? Ahora quedará como que disimulo fatal, pero es que hablo en serio.

    Nos hemos sentado en un banco, y Estrella apoya su cabeza sobre mi hombro.

    Vale. Vale, a ver… Creo que me petará el corazón. En serio lo digo. Esto ya no lo soporto más, ¿eh? Es que ni terminar el calendario ni hostias, yo le planto un beso aquí mismo.

    No, a ver… Calma, Lydia.

    Miro a Estrella, y ella me mira a mí, y… Es que está claro. Ella piensa lo mismo que yo.

    Está preciosa… Está más guapa que nunca.

    No creo que me pueda resistir. Seguro que ella piensa igual.

    Un momento… Creo que me estoy mareando un poco.

    Estoy como… Joder, no sé qué pasa… Estoy… ¿Viendo una imagen? ¿Es Izan super depre en la cama…? Espera, sí, esto es…

    —¡Va! —grito, en toda la cara de Estrella. Ella se asusta, claro.

    —¿Qué ha pasado? —dice, con los ojos muy abiertos, pobrecita mía.

    Mierda, ahora se pensará que le estoy metiendo prisa para que sea ella la que me bese. Ha quedado fatal ese grito ahí, pero es que tiene una explicación.

    —Acabo de conectar con un recuerdo que no es mío —digo—. Esto tiene que ser la cosa esa del mundo anterior.

    —¿En serio? ¿Qué era?

    —Izan. Depre en la cama. Yo pidiéndole que se despierte de una vez y salga a hacer cosas. Entonces le grito “¡va!”, y luego se lo apunto en el calendario y todo. ¡Es el recuerdo de la predicción de hoy! Era yo, desesperada por que Izan saliera de la cama.

    —Eso cuadra tan bien con la teoría que he estado desarrollando con el maestro Nero… —dice.

    —¿A qué te refieres?

    —Aunque hay personas que tienen más sensibilidad a los recuerdos de otra vida… Es posible que el sistema de rebobinado sea insostenible con la estabilidad de la memoria.

    —Vale —digo—. Es lo que yo digo siempre. Raro es que, con tanto rebobinado, haya una sostenibilidad sobre el sistema de la memoria… Estabilizada. O algo así.

    Se ríe un poco. Todo tímida, ella.

    —Lo que quiero decir es que, cuando el mundo se rebobina, parte de los recuerdos se quedan en nuestro subconsciente. Se van diluyendo, en teoría, pero si es el mismo año el que se reinicia una y otra vez… Tal vez no da tiempo a que se diluyan antes de que se solapen con el siguiente lote de recuerdos. Si sumamos eso a que los Voyat tienen mucho que ver con esto… Es posible que, cuantos más reinicios del mundo, más reinicios de los días, y más Voyat en el planeta… En especial durante los últimos meses de los años bisiestos… Sea mucho más común que toda la humanidad conecte con sus recuerdos reprimidos.

    —Hostia.

    —Hoy te ha pasado a ti porque tienes a los Voyat, y porque estamos muy cerca del veintinueve de febrero. Es posible que nos pase a todos conforme se acerque esa fecha. Y, si hay un nuevo reinicio… En febrero de la cuarta versión de este mundo… Puede que exista un colapso de gente recordando cosas que no son su vida.

    —Otro motivo más para evitar el rebobinado, ¿no?

    —No solo para eso —dice Estrella—. También para eliminar a Olivia, y asegurarnos de que sus hechizos no salen a la luz. Si más gente usa esto…

    —Entiendo. Puede ser horrible, tanto para Saúl, como para todo el mundo. Lo pillo.

    —Sí… Tú lo has dicho. El maestro Nero y yo llevamos días trabajando en teorías, en modos de comunicación con los muertos, y en formas de recuperar el cuerpo de Dana. Tenemos toda la documentación que robamos del despacho secreto de Olivia, así que tenemos mucho material con el que trabajar. Queremos conseguirlo a tiempo para la última semana del calendario. Le dedicamos muchísimas horas al día…

    —Eres una heroína en la sombra, ¿no? —digo, sonriendo.

    —No lo sé. Soy la que tiene el papel de la hechicera sabia que prepara sus pócimas en las montañas.

    —¿Qué montañas? —digo, riendo.

    —Es una metáfora. ¿No te gustan las metáforas?

    —A ver, cuéntame tus metáforas, que seguro que me encantan.

    Estrella y yo tenemos un tonteo que madre mía.

    Después de un rato así, nos levantamos del banco para volver a casa.

    Me he quedado con las ganas de mi beso.

    Y no me da la gana.

    Me detengo y me quedo atrás. Ella se gira.

    —¿Qué pasa?

    —¡Estrella! Te pido perdón por haber desconfiado de ti durante tanto tiempo, por haber sido tan dura, y por ser tan lenta ahora. Sé que no has querido hacer nada porque querías que fuera yo la que sanara y decidiera. Lo sé perfectamente, y lo has hecho muy bien. Pero estoy segura de que, hoy por hoy, queremos lo mismo.

    Ella se sonroja, y no niega lo que estoy diciendo. Menos mal, porque hubiese sido una cagada.

    —Así que… ¡Va! —me digo a mí misma, pegándome dos buenas palmadas en la cara—. No sé por qué iba a esperar. Te pido perdón por eso también. Ya no me espero más.

    Ella espera, quieta, nerviosa. Yo me acerco.

    Nos besamos.

    Me invade la nostalgia, de cuándo comenzamos. Pero siento que ahora es mejor. Que ahora será de verdad. Noto que todo ha vuelto a encajar, y que ahora podremos estar juntas, sin que Olivia le haga daño, o sin que el capullo de Jordi nos manipule, y después de haber aprendido todo lo que hemos aprendido de esta experiencia…

    Ahora sí que está todo en su sitio. Por fin seremos nosotras mismas, juntas. Estoy segura.

    No quiero que el beso termine. No quiero que el día termine.

    Por favor, día… No te reinicies. Quiero que el día sea exactamente así.

    Quiero que este sea mi recuerdo del día de hoy, para siempre.



Archivo secreto 15: La segunda versión del Mundo 6 (Parte 1 de 6)

    El segundo Izan, que comenzó su historia tras el primer rebobinado, vivió todo el año con las mismas frases que nuestro Izan en el calendario, ya que él mismo fue el que las apuntó. Por lo tanto, hay un hilo conductor que une las dos historias siguiendo un orden concreto. Sin embargo, podemos decir que fueron dos vidas bastante diferentes. ¿Cómo le fue a ese Izan a lo largo de cada una de las frases?

 

Marzo

1-Me golpea un balón

Izan charlaba con Oliver sobre el calendario que iban a hacer, y paró con su propio cuerpo un balonazo de unos niños que jugaban en el parque. De esta forma, decidió apuntar eso como primera frase.

 

2-Me resfrío

Ya le venía del final de febrero. Se resfrió igual.

 

3-Contratan a Lydia

Ocurrió igual, porque los jefes tomaron la decisión unos días antes.

 

4-Gano algo de dinero

Ocurrió igual, con la señora Ángela.

 

5-Me caigo al suelo

Por ir despistado se tropezó con su propia habitación desordenada. Apuntó eso y se lo contó a Oliver para echarse unas risas.

 

6-Pierdo el día entero porque soy idiota

Izan tenía algo de faena acumulada que quería adelantar en casa, pero tuvo un día en el que era difícil salir de la cama, y no hizo nada.

 

7-Mi equipo gana 91 a 76

La diferencia es que aquí no apostó nada.

 

8-Juego a baloncesto

La euforia de ganar el partido el día anterior hizo que se apuntara, de la misma forma, a la partida con los amigos de Abril.

 

9-Trabajo todo el día

Por culpa de perder el día con el trabajo pendiente (el día seis), ahora tenía faena acumulada, y la tuvo que recuperar.

 

10-Voy a una coctelería de lujo con Eric

Eric le enseñó el Diamond Glass por primera vez.

 

11-Se lo cuento a Lydia

Izan presumió del Diamond Glass con Lydia. Tal y como supuso Saúl en nuestra historia, Izan enlazó las frases del diez y el once.

 

12-Paso el día en la cueva

Como pasa la mayoría de domingos.

 

13-Estoy harto del trabajo

Como pasa siempre. Después de apuntar eso, Izan se encontró con Anna, y pasaron mucho tiempo charlando, y ella lo animó.

 

14-Conozco a una bruja

Igual que en el primer mundo, Estrella se fijó en Izan por su aura, que venía cargada por el reinicio y por el hechizo del calendario.

 

15-Mi profesor me da un buen consejo

Ocurrió de forma similar.

 

16-Me preguntan algo muy raro

Uno de los amigos de Abril, de los del baloncesto, se encontró con Izan y le hizo preguntas raras sobre la forma de chillar de Izan en diferentes contextos como, por ejemplo, en la cama. El motivo de esto es que, en este mundo, Izan hizo algún chillido jugando a baloncesto que derivó en burlas en secreto por parte de alguno de los amigos más cabrones de Abril. Este chico (Selim), que estaba enamorado de Abril y vio en Izan una amenaza, era el que más ganas tenía de burlarse de él. En nuestra versión de la historia esto no ocurrió porque Selim nunca se encontró con Izan, y porque no existió ese chillido para burlarse de él.

 

17-Casi golpeo a Hugo

Es habitual. Anna fue la que luego lo animó, chateando con Izan durante horas.

 

18-Me enamoro

Anna hizo los pasteles y trató muy bien a Izan ese día. Eso, sumado a todo el ánimo que le dio Anna esos días, hicieron que empezara a verla con otros ojos. Además, Izan notaba cosas que no entendía (debido a su conexión con el mundo anterior).

 

19-Chateo con Abril todo el día

Izan le pidió explicaciones a Abril sobre Selim. Ella dijo que no había que tomárselo en serio. Aprovechando esa conversación, Izan le confesó lo de Anna, y Abril quiso enterarse de todo el cotilleo, y se pasó el día charlando con Izan para apoyarlo con el tema de Anna. Así es como se definió que Abril sería como la psicóloga de Izan en temas emocionales.

 

20-Alguien me sigue por la calle

Como Oliver le explicó a Olivia toda la situación al inicio del reinicio (ya que Oliver pudo mantener sus recuerdos durante el primer día, y luego iría alternando entre un Oliver y otro), Olivia se pasó un tiempo siguiendo a Izan para hacerse una idea del tipo de persona que era. Ya llevaba varios días, pero Izan no se dio cuenta hasta ese día.

 

21-Reunión de vecinos

Todo normal.

 

22-Frank sale de la cárcel

Ya estaba programado, así que ocurrió igual (solo que aquí fue una sorpresa para Izan).

 

23-Día de chismes con Lydia

Aquí fue cuando Lydia se enteró de lo de Frank y también de los sentimientos de Izan por Anna.

 

24-Quedo con Frank

Todo igual.

 

25-Gran día en el mercado

La relación con Anna empezaba a prosperar mucho. Izan fue muy feliz ese día.

 

26-Los de abajo son insoportables

Al igual que en el mundo que conocemos, los LuLu se mudaron al segundo segunda por estas fechas. La diferencia es que aquí ocurrió de forma casual, y en nuestra versión ocurrió de manera dirigida, para replicar el evento.

 

27-Pelea en el trabajo

Es normal.

 

28-Pruebo una bebida rara

Igual que en nuestro mundo, probó la pócima de Estrella.

 

29-Pelea en el rellano del primero

Izan pudo asistir a los problemas entre Gemma y Gabriel de la misma forma.

 

30-Me visita alguien muy extraño

Lo visitó un vendedor ambulante desesperado por captar clientes haciendo una especie de “show” muy original. Alguien absolutamente irrelevante para la vida de Izan. Le pareció muy payaso y pasó de él. Este vendedor sigue actuando en nuestra versión del mundo, solo que se hizo otra ruta por la ciudad, y nunca llegó a encontrarse con Izan.

 

31-Frank viene a mi edificio

De la misma forma, lo hizo para visitar a Izan y también para tener controlado a Lucas.

 

 

Abril

1-Lydia viene a casa

Algunas veces, los sábados, si Lydia se peleaba con su madre, luego del mercado se iba a casa de Izan para no volver a la suya. Eso es lo que pasó, y también aprovecharon para cotillear más tiempo.

 

2-VDLS

Al igual que en nuestra historia, los VDLS agregaron a Izan. Estrella fue de nuevo la responsable, porque, al conocer el aura de Izan y charlar con él varias veces, decidió investigarlo un poco, y supo que Rojo lo conocía de algo (ya que se le escapó en una charla con Estrella). Investigando un poco más, supo que Izan era el ex de Nora. Por su aura extraña, su conexión con Rojo y su conexión con Nora, Estrella decidió ver hasta dónde llegaba todo esto, y lo metió en los VDLS.

 

3-Ceno con Eric

Todo normal.

 

4-Tomo algo con Frank

Todo normal.

 

5-Hugo viene con ganas de pelea

En esta versión del mundo, los VDLS conocieron la identidad de Izan desde mucho antes (ya que Estrella no fue tan cuidadosa como en nuestro mundo, en el que protegía el secreto del calendario para no abrumar a Izan). Eso hizo que Hugo se sintiera muy tenso, porque sabía que Izan estaba ahí por seguir conectado con Nora, y por esconder secretos. Hugo no le dijo nada de esto a Izan, pero sí se veía mucho más tenso.

 

6-Me encuentro con Flora en las escaleras

Todo normal. Aquí empezaron a hacerse amigos (o socios) también.

 

7-Paseo por las tiendas

Paseó con Anna y con Oliver, creando un vínculo más fuerte entre los tres.

 

8-Tengo una… ¿Cita?

Quedó de nuevo, pero esta vez a solas, con Anna. Ella parecía tomárselo también como una cita, o así lo vio Izan, que estaba cada vez más enamorado. Izan le compró aquí el molde que luego, en nuestra versión del mundo, recordaría junto al olor. Esto hizo que Anna empezase a fijarse en Izan también.

 

9-Liam habla de su pasado

Todo normal.

 

10-Pierdo una pelea a puñetazos

Siguió la tensión con Hugo.

 

11-Me pierdo por el barrio

Izan acompañó a Oliver a unas gestiones, pero se dejó el móvil en la oficina, así que, cuando se quedó solo, no supo cómo volver a su casa con facilidad.

 

12-Frank me cuenta la verdad

Frank le contó lo de la mafia.

 

13-Discusión intensa

Lo mismo. Había mucha tensión en el trabajo. Hugo, Elías e Ignacio estaban en momentos muy tensos.

 

14-Tres personas, dos sombreros y una copa

Izan tenía que ir a ver la obra de la hermana de Alex, y se llevó como acompañantes a Anna y a Oliver.

 

15-Lydia y Estrella tienen una discusión

Se encontraron de casualidad, y aquí fue cuando Izan descubrió la verdad sobre ellas. Ese día, por torpeza, Lydia fue muy borde con Izan (ya que él se estaba haciendo amigo de Estrella).

 

16-VDLS otra vez

Otro chat con ellos. En esta charla, Izan empezó a notar que casi todos los VDLS lo conocían.

 

17-Hugo rompe una impresora

Lo de siempre. Además, la charla del día anterior lo dejó muy tenso.

 

18-Lydia se autoinvita

Lydia se quedó muy mal por la pelea con Estrella y por tratar mal a Izan, así que apareció en su casa para pedirle perdón y darle explicaciones.

 

19-Me informan de una muerte muy dolorosa

Al igual que en nuestro mundo, el profesor murió este día.

 

20-Paso el día en el tanatorio

Igual.

 

21-Me reúno con viejos amigos

La diferencia es que aquí sí que pudo venir Alex, y por eso no tuvo problema en llamarlos amigos.

 

22-Abril me consuela

En calidad de psicóloga, Abril ayudó mucho a Izan con lo de la muerte del profesor Rafael.

 

23-Paso el día investigando

Izan se las dio de detective y empezó a teorizar sobre la identidad de cada VDLS, examinando formas de hablar y contrastándolas con chats de gente a la que conoce. Apuntó personas de su vida que fueran sospechosas. De esta forma, empezó a sospechar que Estrella podía ser Lila.

 

24-Los del primero son muy raros

No tiene nada de raro que piense que esos tres son raros.

 

25-Estrella ha desaparecido

En esta historia, aunque Jordi no tenía ningún vínculo con la historia de Izan, sí que seguía siendo un cabrón que se aburría. Al enterarse de que Lydia y Estrella se habían peleado, y de que Estrella estaba de bajón, Jordi aprovechó para pedirle que se quedara unos días en su casa, y que él se lo pagaría todo. El objetivo de Jordi era que Estrella dependiera mucho de él.

 

26-Acompaño a Abril de compras

Surgió de casualidad.

 

27-Veo una escena lamentable

Vio una escena de los LuLu con Flora.

 

28-Felicidad en el Diamond Glass

Normal.

 

29-Paso uno de mis mejores días

La relación con Anna iba cada vez mejor.

 

30-VDLS se intensifica

Izan empezaba a ir más a saco en contra de los VDLS, y ellos cada vez ocultaban peor que conocían a Izan de antes. También se empezaron a pelear entre ellos.






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