Capítulo 353
Cierran el Diamond Glass
“Lo que me faltaba ya… Encima seguro que por culpa del calendario.
No habría pasado si no hubiese apuntado esto, creo.”
Ayer por la noche pasé por delante del Diamond Glass, y vi el aviso que indicaba que hoy sería su último día. Luego se lo dije a Eric, a Iris y a Elías, para que podamos quedar ahí por última vez.
Hemos quedado por la noche. Eric está tristísimo.
—Es la mejor coctelería de toda la ciudad —dice—. No habrá otra así. Este ambiente, esta elegancia, esta selección de productos…
—Para gente tan sofisticada como tú, tiene que ser una putada —dice Elías—. A mí las birras no me las quitará ni Dios.
Por mi parte, vengo acompañado de Alex y de Lydia, que tampoco se lo querían perder.
De camino al local, hemos pensado que Jordi debió de ser el que amenazó al Diamond Glass para su cierre. No podemos quejarnos, ya que lo ha hecho para hacer avanzar el calendario, pero… Es una putada enorme. No tendría que haber existido esta predicción.
La charla en el Diamond es animada, y tomamos bastantes copas de todo tipo, para despedirnos de nuestros cócteles favoritos. Eric es el que más veces pide.
—Oye… —dice Eric, un poco borracho—. ¿Dónde te has dejado a Saúl? ¿No viene o qué?
—Saúl no está para salir a ningún sitio… —digo—. Ha tenido una racha muy mala.
—¿Qué le ha pasado? ¿Tengo algo que ver? ¿O Iris?
—No, no. Lo vuestro ya lo ha dejado atrás. Ahora nos estamos enfocando mucho en lo de Olivia, y todo eso…
—Me hago cargo —dice Eric—. Mándale un saludo de mi parte. Me sigue dando mal rollo, pero me terminó pareciendo un tío legal.
—¡Oye, que no me entero! —grita Elías—. ¿De quién estamos hablando?
—¡Del tío que dejé en coma cuando acosó a Iris! —dice Eric, borracho, riendo.
Iris sonríe, incómoda.
—¡¿Qué dices?! —grita Elías—. ¿Y ese es el que te parece legal? ¿Me estás jodiendo?
—Pues sí… —dice Eric, más relajado, de repente—. Es un tío legal. Me sorprendió.
—¿Tú estás de acuerdo? —pregunta Elías a Iris.
—Yo… Entiendo a lo que se refiere —dice Iris—. Fue algo extraño, pero lo hablamos mucho con él, y creo que pudimos entenderlo.
—Además —dice Eric—. Tiene el sello de calidad de Izan. Habrá que fiarse, ¿no?
—¿Mi sello es fiable? —digo.
—¡Oye! —dice Lydia—. Claro que sí. Me has elegido como mejor amiga. ¿Hay mejor sello que ese?
—No puedo rebatir esa lógica —digo.
—¡No te hagas de menos, Izan, cabrón! —dice Elías, golpeando mi espalda con fuerza.
—No, no… —digo, soportando la ráfaga.
—A veces me siento culpable —dice Eric—. Siento que me metí en medio…
—Pero, a ver —dice Elías—. El amigo ese de Izan, ¿qué pasa? ¿Es tu ex? —dice, mirando a Iris.
—Se podría decir que sí… —dice ella.
—Es complicado —dice Eric—. Es que es muy fuerte. Cortaron por un malentendido. Porque el tipo desapareció y no pudo despedirse de ella… ¡Y lo habían secuestrado!
—¿Qué me dices…? —dice Elías.
—Y claro, cuando volvió… Se encontró a Iris saliendo conmigo. Una tragedia.
—¡Pero si parece que apoyes al pavo ese con lo de Iris! —dice Elías.
—¡No! —dice Eric—. No es eso. Es que, yo… —se gira hacia Iris, con una expresión la mar de vulnerable—. ¿Yo te trato bien? ¿Yo soy bueno para ti?
Iris sonríe.
—Claro que sí. Hoy estás tontísimo por lo del Diamond Glass, pero tú sabes que sí.
Eric se quita las gafas y se seca las lágrimas.
—Gracias… Sin ti, no podría soportar el cierre de este sitio.
Eric abraza a Iris, y Lydia y Elías se parten de risa.
Yo miro a Alex, que lleva todo el rato con el móvil, pasando de nosotros.
—¿Tú qué?
—¿Yo? ¿Qué pasa conmigo? —pregunta, desubicado.
—Es muy raro que no estés soltando tus comentarios en conversaciones como estas, y que te pases todo el rato con el móvil. No te pega.
—¡Es verdad! —dice Lydia—. Seguro que ya está chateando con una churri, por lo de… Eso. Ya sabes.
Lydia me mira, como diciendo “hostia, que casi digo lo de la predicción delante de Elías”.
—No, hombre. No —dice Alex—. ¿Con esta? No… No.
—Uy, esa reacción —dice Lydia.
—Sospechoso… —digo—. ¿Quién es la afortunada?
—Con la que estoy chateando, no —dice Alex, tajante, serio—. ¿De quién nos estábamos burlando?
—De ti —dice Lydia.
—¡Antes de eso! —dice Alex, nerviosísimo, algo que es muy poco común.
Me hubiese gustado que hoy fuera un día divertido, pero no lo puedo sentir así. El Diamond hoy ha cerrado sus puertas, y lo peor de todo es que yo todavía no me puedo quitar de la cabeza todo lo que dijo Olivia ayer… Y todo por lo que pasó Saúl antes de ayer, sin que yo me diese ni cuenta…
Hoy ha sido un día para despedirme de este lugar. También para ver que Eric ya está bien con lo de Saúl, y que su relación con Iris va bien. Supongo que esta no es una de esas cosas por las que me tengo que preocupar.
Pero es muy posible que no me pueda preocupar por ninguna… Porque no sé si seguiré vivo para cuando todo esto termine.

Comments