Capítulo 277
No me fiaré más de Nora
“No tendría que ser una novedad, pero me da miedo que el calendario ya sepa que,
en el fondo, empezaba a fiarme de ella más de lo que debería.”
Hoy trabajo todo el día en la cafetería, cuestionándome si seguiré aquí mucho tiempo más, o si debería de conformarme con el trabajo en la otra empresa. Todavía no sé si alguno de los dos es algo fijo, así que supongo que me toca resistir hasta que tenga más clara la situación de uno de los dos.
Al mediodía, cuando subo las escaleras para comer en mi casa, decido detenerme en el segundo piso y poner la oreja en la puerta de Saúl, por si lo escucho hablar con alguien. Lo he hecho sin ninguna esperanza, y más teniendo en cuenta que la predicción de hoy no trata sobre él, pero, ya que quedó pendiente una charla después de lo que pasó antes de ayer… Tego que probar.
Está hablando con alguien. Lo escucho un poco mal, pero hay alguien más en casa de Saúl. No me puedo resistir, tengo que escuchar todo lo posible. Necesito saber de qué habla en su intimidad. Tengo que sacar pistas de donde sea.
No escucho con la claridad que me gustaría, pero sí sé que Saúl está hablando con una chica.
Puede que sean más personas, porque me parece escuchar la palabra “vosotros” de boca de Saúl. Podría estar dirigiéndose a un grupo o, a lo mejor, la chica representa a un grupo.
Mientras intento identificar la voz, escucho unos pasos desde dentro que se acercan hacia la puerta. Debería actuar rápido y salir corriendo de ahí, pero no se me conoce por tener un buen tiempo de reacción.
Escucho el sonido que hace la tapa de la mirilla al ser destapada. Saúl o alguna persona que lo acompaña me está mirando.
Empiezo a irme escaleras arriba cuando la puerta se abre poco a poco.
Es curioso… Puede que sea por la predicción, claro, pero… Creo que soy capaz de reconocer a Nora incluso si lo único que hace es abrir una puerta. Lento, disfrutando del sonido y de la tensión, siempre en el peor momento…
—¿Espiando? —dice.
—¿Qué haces en casa de Saúl? —pregunto, procurando no mirarla a los ojos.
—No te lo diré. No importa, ¿no? Tú no confías en Saúl. Lo pone en tu calendario.
—Sí, y sabes en quién más no confío, ¿verdad?
—Claro… No te fiarás más de mí. Lo pone bien claro. Así que, ¿para qué te voy a contestar?
—Dime qué hacías con Saúl… —insisto.
—No. No te fías de nosotros, así que no me creerás. O no te interesará.
—Entonces, dime lo que es el proyecto Esmeralda.
—¿Por qué piensas que sé lo que es?
—¿Es una broma? —pregunto—. Me dijiste que la última predicción de tus abuelos es la del día veintidós. Ese día solo pone “Proyecto Esmeralda”. ¿Qué pasa?
—Tampoco te lo diré, y te aseguro que a mi abuela le daría mucha rabia si te enteras antes de tiempo. No te conviene, hazme caso.
—Pero no es la última predicción de tus abuelos. Podrías haberme nombrado alguna más clara, ¿no? Si yo no sé lo que es el Proyecto Esmeralda, cualquiera de las personas que pululan a mi alrededor para manipular las predicciones, como el propio Saúl, podría darle otro significado. Yo mismo podría darle otro significado.
—¿Y por qué iba a hacer eso? ¿Para qué querría ayudarte, Izan?
—Porque…
Es verdad, ¿por qué? Nora siempre ha sido uno de mis enemigos, lo admita o no. Que a veces me cuente sus historias más oscuras y me consiga dar pena no quita lo evidente: Nora es mala, peligrosa y está colaborando con personas que intentan hacerme daño. Por mucho que sus abuelos sean horribles para ella, seguirá en su bando. ¿Por qué he creído que me ayudaría? ¿Tan idiota soy?
—No aprenderás nunca, Izan, y eso me gusta. Te quiero así: ingenuo y perdido.
—Más bien estúpido y perdedor —digo—. No sé por qué me he fiado de ti, de verdad… Pero el calendario tiene razón, porque no pienso volver a hacerlo.
Nora me mira con una sonrisa tranquila, aunque… Puede que también sea una sonrisa triste. No estoy seguro.
—Nos vemos el diecisiete —dice.
—¿Cuál es la del diecisiete?
—“Los S son horribles”. Yo soy una S, y soy horrible, ¿no? —se despide de mí con la mano—. Hasta entonces, guapo.
Nora se va, y yo me quedo quieto, sin ánimos ni expresión.
Llamo a la puerta de Saúl, pero se hace el tonto. Hace ver que no está. No sé ni para qué lo intento.
Frank, además, sigue sin volver…
Nora no es de fiar, Saúl no es de fiar y Frank no es de fiar. Nadie es de fiar.
A veces solo quiero que el último día de febrero llegue rápido y se termine todo esto sin que yo me preocupe de nada ni nadie por el camino.

Yorumlar