Viernes 30 de junio de 2023
- Joel Soler
- 30 jun 2023
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 9 jul 2023
Capítulo 122 Me doy asco
“Quiero que se marche. No quiero que se marche.”
Nora se acaba de despertar. Yo no he dormido en toda la noche.
Se levanta sin decirme nada. Está muy seria. Pensaba que sonreiría triunfal.
—¿Cómo has dormido? —pregunta, mientras se pone la camiseta.
—No he dormido.
—Ya veo.
Vuelve el silencio incómodo. ¿También se da asco a sí misma? Porque yo sí, me doy asco.
—Nora… No quiero que volvamos. No sé qué me pasó ayer, pero no puedo…
—Ayer no pensabas lo mismo.
—Ayer no sé ni lo que pensaba. Volví por un momento a uno de nuestros pocos momentos felices.
—Ya.
—Pero lo he pensado toda la noche… Y no creo que sea capaz de volver contigo.
—Después de follar, ya lo ves todo con otros ojos, ¿no?
—¿Qué? ¡No! Sabes que no es por eso. Sabes los problemas que tengo contigo…
—No te preocupes. No pienso eso, pero por las cosas que estabas diciendo, no me he podido resistir.
—Ah… Lo siento, no sé ni lo que digo.
Se pone de pie y se gira hacia mí. Todavía no se ha terminado de vestir.
—¿No quieres que me quede?
—Será mejor que no. Quiero que vuelvas a tu promesa de no entrar más en mi casa, por favor.
—Claro. No será ningún problema.
Se acerca al bolso que llevó durante todo el día y rebusca entre sus cosas.
—¿Seguro que no será ningún problema? —pregunto.
—Sí —sigue rebuscando—, porque el día cuatro me marcho del edificio. No me tendrás más de vecina. Serás libre.
—¿Qué…?
Nora saca por fin lo que estaba buscando en su bolso. Es un sobre del cual saca una hoja de papel.
—Sí. Yo solo tenía que venir aquí para cumplir mi cometido —pone la hoja sobre mi cama—. Mi cometido con el calendario del mes de junio.
—¿Qué acabas de decir…?
Mi cerebro tarda en procesarlo, tanto lo que ha dicho, como lo que tengo delante de mis ojos. Pero lo veo con claridad: Nora acaba de poner sobre mi cama el calendario de julio.
No puedo respirar.
Miro la hoja esperando a que mi cerebro se ponga en orden y deje de imaginarse cosas, pero es que la hoja sigue ahí. Repaso lo que me acaba de decir Nora, pero lo ha dicho. Ha mencionado el calendario de junio.
—Perdona… —digo, con la voz medio afónica y seca—. ¿Puedes explicarme qué me estás queriendo decir?
Nora se acerca hacia mí, gateando por la cama, y pone su mano en mi mejilla. Está sonriendo.
—¿Qué es lo que no entiendes, Izan? Mi pobre Izan… Yo solo he sido tu vecina durante todo el mes porque el calendario quería que lo fuera. Pero ahora el calendario dice que me voy el cuatro de julio. Empiezan nuevas aventuras para ti, Izan, lejos de mí, como tú querías.
—Pero espera… ¿Me estás hablando de mi calendario…? ¿Del calendario predictivo? O sea… ¿Me estás diciendo que conoces la existencia de mi calendario?
—Claro que la conozco. ¿No ves que te acabo de entregar la hoja de julio? Yo fui la que te entregó el mes de junio, cuando fuiste a aquel parque junto con tu gatito para esconderte de mí. Llegué por detrás y puse la hoja debajo del trasportín. Mi pobre Izan… No te enteraste de nada.
—¿Tú me entregas las hojas…?
—Solo junio y julio.
—Espera, espera…
La aparto y me levanto de la cama. Me pongo algo de ropa para ganar tiempo. No sé qué decir. Mi cabeza se ha bloqueado.
—Desnudo estabas más sexy.
—¡Cállate! Déjame pensar.
Me pongo una camiseta y unos calzoncillos. No sé ni qué preguntarle. Son muchísimas preguntas, pero la ansiedad no me deja pensar en ninguna.
—¿Sabías desde el principio lo del calendario? ¿Me has engañado?
—No te confundas… Todos los sentimientos son reales. Todo lo que te digo es verdad. Lo único que te he ocultado es lo del calendario, y no porque yo quiera.
—Eres… De verdad que eres la persona más horrible que existe… Me doy mucho asco por haber caído en tu puto juego. ¡Me doy mucho asco!
—Vaya. Se ha vuelto a cumplir la predicción.
—¿Todos los días has actuado sabiendo que se cumplirían las predicciones?
—Sí. Estaba preparada para salvar a Flora en el momento justo. Y cuando discutí con el presidente, lo hice sin ganas. No quería pasarme tanto con él. Aunque me pasé un poco con una acusación que le hice… ¡Bueno! Si debías estar mirando por la mirilla, ¿verdad? Ya sabes de qué hablo.
—No me lo puedo creer… No me creo que de verdad seas tan horrible…
Ella me mira seria, casi triste. No lo sé. No sé cómo me mira. Me da igual.
—Me voy a ir a disfrutar de mi casa durante estos últimos días. Si no nos vemos hasta entonces, nos vemos el día cuatro. Espero que vengas a despedirme.
—No. Tú no te vas.
—¿No me has pedido antes que me vaya?
Me coloco frente a la puerta para bloquearle el paso.
—Tú no te vas hasta que me cuentes todo lo del calendario. Todo. Quién lo envía, además de ti. Por qué existe, por qué tiene mi letra y por qué me estáis haciendo pasar por todo esto. Me lo contarás todo.
—Estás tan sexy así… —se acerca y me besa. La aparto de un empujón. Por su expresión, creo que le he hecho daño.
—No sacarás gran cosa de mí… Yo solo soy una enviada.
—¡Y una mierda!
—¿No me crees?
—No, no te creo.
—¿Entonces para qué me preguntas? Si no vas a confiar en mi palabra, da igual lo que te diga.
—Dime lo que sepas y yo te diré si me convence o no.
—Claro, pero te aviso de que te quedarás con las ganas —me quita la hoja de julio y se sienta en la silla más cercana—. Mira, sé que los calendarios existen, conozco a la persona que te los envía y, como vio que en junio yo tenía mucho protagonismo, me explicó cómo funcionaban y me mandó a cumplir mi papel. Yo pensé que, si era pasando tiempo contigo y recuperando una porción ficticia de lo que teníamos, me compensaba. Y así ha sido… Bendito calendario, ¿verdad?
—¿Quién me los envía y por qué?
—No pienso hablarte de él…
—¿Es alguna mierda rara de tu familia y sus negocios turbios?
—No, no es de mi familia. Por suerte no es de mi familia…
—¿Pues quién es? ¡¿Quién es?!
Nora se asusta con mi último grito. Me he roto la garganta gritando. No puedo más.
Ella me mira seria.
—Es mi ex. Y no pienso hablar de él.
—¿Tu ex? ¿Tu expareja está enviándome los calendarios? ¿Me estás tomando el pelo?
—Si me lo permites, me voy ya.
La agarro fuerte del brazo.
—Cómo se llama tu ex y por qué me envía los calendarios.
—¿Quieres que grite, Izan? La acústica de este edificio es buenísima…
La suelto poco a poco, pero no del todo.
—Dime quién es…
—No te diré quién es. Y sé que voy a salir de aquí victoriosa, ¿adivinas por qué?
—¡Dime quién es!
—Pues porque los siguientes calendarios indican cuándo te enterarás de cada cosa, y desde luego no será hoy. Así que me voy a ir tranquila, sabiendo que no te voy a revelar nada que no deba. Lo siento, Izan, pero tienes que desistir. Puedes soltarme ya, si eres tan amable.
—Dime quién es…
—No sales de ahí, ¿verdad? Izan… No te diré quién es, pero sí que te diré una cosa de la que me he enterado siendo participe de todo esto. ¿Sabes por qué te están enviando estos calendarios? ¿Lo quieres saber?
—Dime… Quién…
—Te envían estos calendarios porque has sido un chico muy malo. Has sido una persona horrible, Izan. Horrible. Una oscuridad que ni yo podría abrazar, por lo que sé. Sabes que tienes un lado muy oscuro, ¿verdad?
—No… Si no estoy contigo, no lo tengo…
—Sí que lo tienes. Yo solo te ayudo a explorarlo, controlarlo y reconciliarte con él. Si no te ayudo yo, esa oscuridad se desborda… Eso es lo que pasa si no estoy a tu lado. Pero lo malo que has sido te ha llevado hasta aquí, eso no se puede negar.
—¿Qué he hecho…? ¿A quién…?
—Tenía una pequeña esperanza de que esta mañana te despertases de otra manera. Si me hubieses abrazado… Si no te hubieses arrepentido de lo de ayer… Si aceptases lo nuestro… Yo lo mandaría todo a la mierda por ti. Te contaría todo de verdad, traicionaría a quien hiciese falta, me quedaría sola… Todo por ti. Pero hoy me has demostrado que siempre has tenido razón. Que no podemos estar juntos. Y eso está bien, no estemos juntos si eso te daña. Tienes razón, soy horrible… Pero si no has sido capaz de quererme como yo a ti, aunque ayer tuvimos esa última y efímera posibilidad… Entonces, lo siento, Izan, pero no te voy a contar nada más. Además, si has sido un niño tan malo… Tienes que ser castigado, ¿no?
Nora empieza a irse. No puedo detenerla.
—¡Espera! No te marches… Por favor… Dime algo más… Necesito saber de qué va esto…
—Hasta otra, Izan. Ha sido un placer volver a tenerte dentro.
—Espera, por favor…
Antes de que Nora salga, llaman a la puerta. Corro a abrir, desesperado por si es alguno de sus aliados. Por si es su ex. Por si es cualquier pista que me diga lo que Nora no me quiere decir.
Al abrir la puerta, quien está al otro lado es Frank.
—Lo sabía… —dice, mirándonos tanto a Nora como a mí.
Yo solo agacho la cabeza.
—Ah, tú sí que sabes lo del calendario… Qué pena que no podrás ayudar mucho tiempo más —dice Nora.
—¿Qué acabas de decir? —pregunta Frank.
Yo también me pregunto eso. ¿Qué acaba de decir? No he entendido eso.
—Le he dejado a Izan el calendario de julio en su cama. ¿Quieres mirar la predicción del día tres?
Frank me mira, esperando una explicación de mi parte.
—Nora sabe lo del calendario… Ella es parte del grupo que me los envía. No me quiere contar quiénes son ni por qué lo hacen…
—¿Tú estás enviando esos calendarios…?
—Sí, portero… Pero no podrás sacar nada. El calendario sabe que no lo conseguirás. ¿Por qué no vas a ver la predicción del día tres?
Me acerco a mi habitación y cojo la hoja para leer ese día.
—¿Qué…? No… No…
—¿Izan? —pregunta Frank—. ¿Qué pasa? ¿Qué pone?
—Adiós, bonitos… —dice Nora, y cierra la puerta.
—Pone… Frank vuelve a prisión…
—¡¿Qué?!
—Pone que vuelves a prisión…
Frank me quita el calendario de las manos y lo lee para asegurarse. Luego deja caer la hoja al suelo y se sienta en el sofá.
—No me jodas… No… No me jodas…
Así es como termina el mes de junio… Un mes que sabía que sería el más duro de todos. Lo ha sido, y llego vivo a julio, pero no se puede decir que lo haya podido soportar. Mi vida ahora es una mierda, y todo se seguirá desmoronando a mi alrededor. Ha sido un mes horrible y, aunque en el siguiente se va Nora… Frank vuelve a la cárcel. No es justo…
Frank y yo revisamos las predicciones de julio. No comentamos casi ninguna. No queremos pensar en ninguna de esas cosas. No sé quién es Aurora, no sé por qué me hago amigo de Hugo ni sé nada, pero al final de mes hay otra predicción demoledora: me despiden.
He perdido muchas cosas este mes, y el mes que viene perderé a Frank y también el trabajo.
Y me doy asco. He caído en el juego de Nora. He caído mucho más bajo de lo que pensaba. Ella sabía lo del calendario… No me puedo creer lo imbécil que he podido llegar a ser…
—Izan… Aunque yo no te pueda ayudar, quiero pedirte algo.
—Dime…
—No te rindas.
—Ya… Es fácil decir eso, pero…
—Escúchame. No quiero tus excusas de pesimista. Joder, Izan, concédeme eso, que vuelvo a la cárcel. ¿Me concedes eso?
—A la cárcel… Vale, sí. Sí, te lo puedo conceder, pero…
—No quiero que te rindas. Pero de verdad. No te rindas. Aunque todo el mundo te dé la espalda. Aunque pierdas el trabajo. Aunque te sientas horrible. No te rindas. Ahora tenemos un nuevo hilo del que tirar, y seguro que hay más hilos. También sabemos que hay un motivo, y que lo sabe más de una persona. Al final saldrá por algún sitio. Pero lo más importante, Izan… Escúchame bien —espera en silencio hasta que le miro a los ojos—. Aunque esté en la cárcel, o aunque tenga que volver a alejarme de ti… Yo siempre estoy ahí. Estoy ahí para ti. Siempre podrás contar conmigo. Por eso, Izan, no te rindas. Pase lo que pase. Aquí tienes a alguien que nunca te dará la espalda, ¿me has entendido?
Lo miro, paralizado. No hace falta que contenga cómo me siento. Puedo ser sincero con él. Está ahí conmigo. Le abrazo y hundo mi cabeza en su pecho. Me pongo a llorar, sin contener nada. Lloro y grito. Me insulto. Digo que me doy asco. Sigo llorando. No he podido contenerlo por más tiempo.
Él me abraza sin decir nada hasta que me tranquilizo.
—Muchísimas gracias… Muchas gracias. Gracias, de verdad…
—¿Me prometes que no te rendirás?
—Claro… —digo, sonriendo por primera vez en todo el día—. Puedo concederte también eso.
Frank sonríe también y me da la mano.
—Es un trato. No te rendirás.
—No me rendiré.
Exacto… Será una época horrible, pero no me rendiré.
No lo haré porque Frank siempre estará ahí, y porque ahora, más que nunca… Tengo que descubrir qué es el calendario, quién me lo está enviando y por qué. Y lo voy a hacer, tarde los meses que tarde. Tarde las predicciones que tarde. Me despidan o me quede solo.
Será difícil, Frank… Pero te lo he prometido, y lo único que me falta es que encima no sea capaz de cumplir una promesa contigo… Así que no, Frank. No me rendiré.

Capitulazo. No me esperaba para nada eso. Sí que es verdad que creía que Nora estaría involucrada de algún modo (VDLS, por ejemplo), pero no esperaba que estuviera profundamente involucrada como parece ser. La verdad es que esta revelación da un vuelco muy interesante a la historia. Con ganas de seguir leyendo más 👏👏
No me esperaba para nada ese giro al final, pensé que este mes era difícil, pero no tenia idea de lo que se venia jajaja, este mes paso muy rápido y sobre todo ahora que cuento cada día del calendario, después de estos meses y de superar el capitulo 100 de forma diaria, solo quiero decir que estoy dentro y pienso quedarme hasta el final, se que no estas recibiendo la atención que uno esperaría después de las visitas al primer capitulo, pero como citando a Frank: "no te rindas".